21 septiembre 2009

Bielorrusia aplaude el posible encuentro del Papa con el patriarca ruso

Declaraciones de monseñor Kondrusiewicz, arzobispo de Minsk


MINSK, lunes, 21 septiembre 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo católico de Minsk-Mohilev ha manifestado el entusiasmo de la Iglesia local ante el anuncio de un posible viaje de Benedicto XVI a este país, en el que podría tener lugar un encuentro con el patriarca ortodoxo ruso, Su Beatitud Kirill.





Benedicto XVI

Monseñor Tadeusz Kondrusiewicz ha reconocido que por el momento no hay nada oficial. El arzobispo Hilarión de Volokolamsk, presidente del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú, tras ser recibido por el Papa este viernes deseó que pueda tener lugar pronto un encuentro entre los pastores de Roma y Moscú (Cf. Representante ortodoxo ruso: no hay rivalidad con los católicos).

Por otra parte, medios de comunicación de Bielorrusia revelaron este domingo que este encuentro podría tener lugar en 2010 en su país.

En declaraciones a la página web católica bielorrusa "Catholic.by", monseñor Kondrusiewicz, que en el pasado ha sido arzobispo de la arquidiócesis de la Madre de Dios en Moscú, ha reconocido que "esta noticia, si bien no está corroborada oficialmente, ha sido acogida con alegría por todos los creyentes".

"Los sacerdotes, que lo han sabido durante una misa de acción de gracias por la cosecha, en Minsk, exultaron de alegría, pues todos nosotros estábamos esperando que ocurra este acontecimiento. Sería estupendo, pues finalmente se cumpliría el sueño de los católicos bielorrusos".



Su Beatitud Kirill

El arzobispo informa que el presidente de Bielorrusia, Aleksandr G. Lukashenko, ha invitado oficialmente al Papa.

"El pontífice respondió en ese momento que vendrá cuando Dios abra las puertas. Quizá ha llegado el momento en el que Dios quiere hacerlo".

Por lo que se refiere al posible abrazo, sin precedentes, entre el patriarca Kirill del Papa, monseñor Kondrusiewicz confiesa su alegría: "Sueño ya con ese encuentro".

"Siempre recé por un evento así cuando estaba en Moscú y ahora lo hago en Bielorrusia. Un encuentro así abriría una nueva página en nuestras relaciones entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa".





Monseñor Kondrusiewicz

"Tenemos necesidad de esta nueva página en nuestras relaciones, pues los desafíos del presente, los desafíos del mundo secularizado son enormes. Es obvio que necesitamos responder unidos a estos problemas", subraya.

"Sería una estupenda orquesta, una orquesta católico-ortodoxa u ortodoxa-católica, una orquesta cristiana, que preservaría las raíces cristianas de Europa y los valores cristianos. Por este motivo, tenemos que rezar y pedir a Dios que haga realidad la visita y el encuentro", concluye monseñor Kondrusiewicz.

20 septiembre 2009

Dios va delante de nosotros y nos espera en Siberia



20 Sep 2009 CAMINEO.INFO.- Barcelona/ESPAÑA.- Juan Ricart y Cecilia Goday se conocieron en Guayaquil (Ecuador) cuando apenas tenían ocho años de edad. Hasta allí habían viajado con sus respectivas familias para anunciar el kerygma y vivir en este pobre país suramericano la experiencia gozosa de la fe. Veinte años después, Juan y Cecilia, ahora como matrimonio con hijos (Inés, Juan, María y Pedro), toman el relevo de sus padres y emprenden ellos mismos la llamada de la misión. Con una valentía que sobrecoge, la familia Ricart-Goday, lo ha dejado todo en Barcelona rumbo a Siberia, donde se han unido a otra familia y a un sacerdote para formar en las frías estepas rusas una pequeña comunidad misionera del Camino Neocatecumenal.





- ¿Qué hace que una familia con cuatro hijos (y otro en camino) decida dejarlo todo para irse a evangelizar a Siberia?

- No vamos a hacer otra cosa que «dar gratis lo que gratis hemos recibido ». La gente nos dice que estamos locos, y realmente puede parecerlo, pero esta opción responde a una llamada de Dios. Si esto no se ve desde la fe es algo inhumano y absurdo. En Barcelona vivimos muy bien, sin problemas de trabajo y con buenos ingresos. ¡Incluso nosotros estamos asombrados de ver que el Señor ha puesto en nuestro corazón el deseo de seguirle y abandonarnos a lo que tenga preparado para nosotros y para nuestros hijos!

¿Cuál será vuestra misión en las estepas rusas?

A Siberia vamos simplemente a vivir, a vivir como una familia cristiana. Vamos a una ciudad que se llama Barnaul, la quinta ciudad más poblada de Rusia, con aproximadamente 800.000 habitantes. Allí nos espera una familia italiana, con tres hijos, que llegó hace un mes a la ciudad, y un sacerdote italiano que lleva en Barnaul dos años, al frente de la única iglesia católica que existe en la ciudad.

- ¿Durante cuánto tiempo estaréis allí?

- No lo sabemos. Puede que dos días, o puede que toda la vida. Nosotros ahora mismo sólo sabemos que hoy el Señor nos llama a esto: «Id y anunciad el evangelio a todas las gentes, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» Si no nos creyésemos estas palabras sería imposible ir a ningún sitio, porque es otra cultura, hace mucho frío (en invierno se alcanzan los 40ºC bajo cero), tenemos miedo por los niños, pero tenemos la certeza de que Dios va delante y nos espera en Barnaul.

- ¿Cómo lo viven los niños?

- Los niños son pequeños y no se dan cuenta todavía, pero están ilusionados, y como les gusta la nieve, tienen ganas de ir.

- ¿De qué vais a vivir?

- Una vez lleguemos allí tendremos que buscar trabajo. Esta llamada a la misión implica también aceptar vivir en precariedad cuando toque. No obstante, contamos con la experiencia vivida en Ecuador, donde estuvimos con nuestros padres durante diez años, en los que no nos faltó nunca lo necesario. Es más, el Señor siempre ha sido abundante y nos ha provisto de todo.

- ¿Por qué creéis que es tan importante emprender este tipo de misiones familiares para evangelizar?

- Creemos que es importante evangelizar porque lo dice la escritura: «Ay de mí si no anunciase el Evangelio.» La sociedad tiene necesidad urgente de escuchar este kerygma (que significa «buena noticia»). A nosotros se nos anunció un día que Dios nos amaba así, tal y como éramos, y fue algo realmente nuevo frente a lo que nos ofrecía el mundo, que era buscar la vida en cosas que no duraban. Eso supone siempre seguir buscando, porque la noche, las juergas del fin de semana, el sexo, las drogas, etc. Al final te dejan un tremendo vacío que no lo llena nada, excepto este amor de Dios, este Dios que nos ha amado tanto que ha entregado a su hijo, para que a través de su resurrección experimentemos todos los días que la muerte no tiene poder sobre nosotros.

18 septiembre 2009







Benedicto XVI recibe al representante del patriarca ortodoxo de Moscú

El arzobispo Hilarión de Volokolamsk se encuentra en el Vaticano por invitación del cardenal Walter Kasper







CIUDAD DEL VATICANO, viernes 18 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- Este viernes, Benedicto XVI recibió en Castel Gandolfo el arzobispo Hilarión de Volokolamsk, Presidente del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú.


Hilarión, en su primera visita a Roma tras el nombramiento para su cargo actual, había tenido el jueves un coloquio con el cardenal Walter Kasper, Presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.


Con el cardenal Walter Kasper

Sucesivamente, el purpurado afirmó a los micrófonos de "Radio Vaticano" que "el encuentro ha mostrado la nueva situación entre la Iglesia católica y el Patriarcado de Moscú: hemos superado todas las tensiones que existían en años pasados y tenemos actualmente una relación normal, tranquila e incluso positiva, constructiva".

"Desde el principio -añadió- Hilarión ha expresado su alta estima por el Papa Benedicto XVI, que es muy apreciado en la Iglesia ortodoxa rusa, y después hemos hablado de nuestras relaciones, sobre todo del diálogo teológico que tendrá lugar en Chipre en las próximas semanas".

La Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto se reunirá para su XI sesión plenaria en Chipre, del 16 al 23 de octubre de 2009, para examinar un proyecto de documento esbozado en un encuentro en Creta en 2008.

La Comisión está reflexionando actualmente sobre el papel del Obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio - cuando aún no se había producido el Gran Cisma de 1054 -.

Otra cuestión que deberá estudiarse es cómo el contenido del primado del sucesor de San Pedro ha evolucionado en el segundo milenio, tras la ruptura entre las dos confesiones, y cuál es la situación tras el Concilio Vaticano I y II.

El tema ya había sido profundizado con ocasión de la X Asamblea Plenaria de la Comisión Mixta que había reunido en Ravena, del 8 al 14 de octubre de 2007, a 30 delegados católicos y 30 ortodoxos para reflexionar sobre el tema: "Las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: comunión eclesial, conciliaridad y sinodalidad en la Iglesia".



En Ravena, la delegación del Patriarcado de Moscú decidió retirarse en signo de protesta contra la participación en el evento de los miembros de la llamada Iglesia apostólica estonia, creada por el Patriarcado de Constantinopla en 1996 en Estonia, y en seguida declarada "autónoma", un estatuto que no reconoce la Iglesia moscovita.

"Ahora quieren volver a retomar el diálogo - explica el cardenal Kasper -, han superado estas tensiones entre Moscú y Constantinopla sobre el caso de Estonia, y quieren colaborar normalmente".

"Después hemos hablado también de nuestras relaciones bilaterales: como muestra, de un concierto que quieren hacer aquí en Roma; yo he sugerido que también nosotros podamos hacer una exposición en Moscú", prosiguió el purpurado alemán.

"Hemos hablado del intercambio de sacerdotes, de teólogos y de todo aquello que pueda ayudar a mejorar las relaciones y a superar también los prejuicios y las resistencias que existen en Rusia contra la Iglesia católica y contra el ecumenismo; pero, paso a paso, podemos superar también esto".


Con el cardenal Bertone

"Ambas partes están decididas a seguir adelante", añadió, subrayando después que "por el momento, la visita del Papa a Moscú no está en la agenda", aunque "ellos no rechazan un encuentro con el Papa".

El 17 de septiembre, el arzobispo Hilarión asistió a la oración de la tarde de la Comunidad de San Egidio, en la Basílica de Santa María en Trastevere, dirigiendo un saludo a los presentes.

En aquella ocasión, agradeciendo a los miembros de la Comunidad de San Egidio por su "contribución al diálogo" y el compromiso hacia los pobres y los más necesitados, habló del desafío común representado por "un mundo descristianizado", dominado por el "consumismo, el hedonismo, el materialismo práctico y el relativismo moral".

"Sólo unidos podremos proponer al mundo los valores espirituales y morales de la fe cristiana - dijo el prelado ortodoxo -; juntos podremos ofrecer nuestra visión cristiana de la familia, de la procreación, de un amor humano hecho no sólo de placer; afirmar nuestro concepto de justicia social, de una más equitativa distribución de los bienes, de un compromiso por la salvaguarda del medio ambiente, por la defensa de la vida humana y de su dignidad".


El arzobispo Hilarión de Volokolamsk

"Por tanto, es hora de pasar del desencuentro y la competencia a la solidaridad, al respeto recíproco y a la estima -afirmó-; diría incluso sin duda que debemos pasar al amor mutuo".

"Nuestra predicación cristiana puede tener efecto, puede ser convincente también en nuestro mundo contemporáneo si sabemos vivir este amor recíproco entre nosotros los cristianos", concluyó.


Representante ortodoxo ruso: no hay rivalidad con los católicos


Es necesaria una alianza al servicio de los valores, afirma el arzobispo Hilarión


ROMA, lunes 21 de septiembre de 2009 (ZENIT.org).- La Iglesia católica y la ortodoxa deben ser aliadas a la hora de reafirmar los valores cristianos en el mundo de hoy: así lo declaró el arzobispo Hilarión de Volokolamsk, en una rueda de prensa celebrada tras el encuentro del pasado viernes con Benedicto XVI en Castel Gandolfo.

El prelado, presidente del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú, auguró que Benedicto XVI y el Patriarca Kirill puedan encontrarse pronto, durante una conversación con un grupo de periodistas reunidos en la iglesia ortodoxa de Santa Catalina en Roma.

"Nosotros apoyamos al Papa en su empeño por la defensa de los valores cristianos - afirmó - lo apoyamos también cuando sus valientes declaraciones suscitan reacciones negativas por parte de algunos políticos o personalidades públicas, o son recibidas con hostilidad y a veces tergiversadas por parte de algunos medios de comunicación". "Creemos que él tiene el deber de dar testimonio de la verdad y por tanto estamos también con él cuando su palabra encuentra oposición", añadió el arzobispo.

Precisamente por esto, el arzobispo ortodoxo ha augurado que se realice cuanto antes el encuentro tan largamente esperado entre el Papa y el Patriarca de Moscú. "Personalmente espero que pronto o tarde se realice el encuentro esperado por muchos entre el Papa y el Patriarca de Moscú. Puedo decir con responsabilidad que en ambas partes existe el deseo de preparar cuidadosamente este encuentro", aseguró. Un encuentro, declaró, que representaría un gran salto adelante en las relaciones entre católicos y ortodoxos.

Hilarión aseguró que existe actualmente una amplísima posibilidad de cooperación entre ambas Iglesias. "Ante nosotros - afirmó - se abre el vastísimo campo del mundo descristianizado de hoy".

"A estos retos todos nosotros cristianos y particularmente ortodoxos y católicos podemos y debemos responder juntos - añadió -. Juntos podemos ofrecer nuestra visión cristiana de la familia, afirmar nuestro concepto de justicia social, de un empeño por la salvaguarda del medio ambiente, por la defensa de la vida humana y de su dignidad".

La Iglesia "no es un supermercado del espíritu", prosiguió, la Iglesia "hace la vida más plena, más humana y divina". El prelado manifestó esperar que la relación entre ortodoxos y católicos se desarrolle más intensamente y que se superen pronto los problemas que subsisten entre ambas tradiciones.

El arzobispo Hilarión mostró también que el Patriarcado de Moscú quiere abrir también una nueva página en las relaciones con el Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, en nombre de un diálogo abierto y sincero.

06 septiembre 2009

Atea, luego ortodoxa, abrazó la fe de Roma en 1982

El largo camino de conversión al catolicismo de Svetlana, la hija del dictador Stalin

Svetlana, hija del gran dictador ruso Joseph Stalin, nació y creció en una sociedad atea. Se hizo católica en 1982, tras una vida que le llevó del sufrimiento al bautismo ortodoxo y luego a la Iglesia católica.

5 septiembre 2009




De tal palo tal astilla… Normalmente. Que no siempre. Adagio precisamente fallido en la historia que sigue. Designamos «palo» a Joseph Stalin, jefe máximo de la gran potencia soviética. Uno de los mayores genocidas de la historia humana. Moderno Nerón, feroz perseguidor de la presencia y recuerdo de Dios en la tierra.





La «astilla» derivada ha sido Svetlana, la benjamina de la familia, conocida escritora, mundialmente famosa desde que escapó de Rusia, refugiándose en Occidente, en 1967. En la treintena explotó. Así lo recoge el libro «Edith Stein y convertidos de los siglos XX y XXI» de la editorial Edibesa.

El ejemplo de los cristianos

«Los primeros 36 años que he vivido en el estado ateo de Rusia no han sido del todo una vida sin Dios. Sin embargo, habíamos sido educados por padres ateos, por una escuela secularizada, por toda nuestra sociedad profundamente materialista. De Dios no se hablaba. Mi abuela paterna, Ekaterina Djugashvili, era una campesina casi iletrada, precozmente viuda, pero que nutría su confianza en Dios y en la Iglesia. Muy piadosa y trabajadora. Mi abuela materna, Olga Allilouieva, nos hablaba gustosamente de Dios: de ella hemos escuchado por vez primera palabras como alma y Dios. Para ella, Dios y el alma eran los fundamentos mismos de la vida». (…)

«Cuando mi hijo tenía 18 años enfermó. No quería ir al hospital, a pesar de la insistencia del doctor. Por primera vez en mi vida, a los 36 años, pedí a Dios que lo curara. No conocía ninguna oración, ni siquiera el padrenuestro. Pero Dios, que es bueno, no podía dejar de escucharme. Me escuchó. Después de la curación, un sentimiento intenso de la presencia de Dios me invadió. Con sorpresa de mi parte, pedí a algunos amigos bautizados que me acompañaran al templo. Dios no sólo me ayudó a encontrarlo, sino deseaba darme mayores gracias». (…) «Bautizada el 20 de mayo de 1962 en la fe ortodoxa, tuve el gozo de conocer a Cristo, aunque ignorase casi toda la doctrina cristiana».



«Encontré por vez primera en mi vida católicos romanos, en Suiza, cinco años después de mi bautismo en la Iglesia ortodoxa rusa. Después me trasladé a América y me casé; parecía que llegaba para mí la posibilidad de una vida normal. Pero pronto sobrevino de nuevo la turbación y la amargura; todo terminó con la separación conyugal. Durante estos años, mi vida religiosa era confusa, como todo el resto».

«Un día recibí una carta de un sacerdote católico italiano de Pennsylvania, el P. Garbolino. (…) Nuestra correspondencia de amistad duró más de 20 años y me enseñó muchas cosas”. (…)
“En 1976 encontré en California una pareja de católicos, Rose y Michael Ginciracusa. (…) Su piedad discreta y su solicitud hacia mí y mi hija me conmovieron profundamente. En 1982 partimos para Inglaterra».

El abrazo a la fe de Roma

«La lectura de libros notables y el contacto con los católicos contribuyeron a acercarme cada vez más a la Iglesia Católica. Y así, en un frío día de diciembre, en la fiesta de Santa Lucía, en pleno Adviento, un tiempo litúrgico que siempre he amado, la decisión, esperada por largo tiempo, de entrar en la Iglesia Católica, me brotó naturalísima. (…) Los años desde mi conversión han sido plenos de felicidad. (…) La Eucaristía se ha hecho para mí viva y necesaria. El Sacramento de la Reconciliación con Dios a quien ofendemos, abandonamos y traicionamos cada día, el sentido de culpa y de tristeza que entonces nos invade: todo esto hace que sea necesario recibirlo con frecuencia».

«Por muchos años he creído que la decisión crucial que había tomado de permanecer en el extranjero en 1967 fue una importante etapa en mi vida. Yo iniciaba una vida nueva, me liberaba y progresaba en mi carrera de escritora itinerante. El Padre celestial me ha corregido dulcemente. Fui nuevamente sumergida en una maternidad tardía que debía hacerme presente mi puesto en la vida: un humilde puesto de mujer y de madre. Así, en verdad, fui llevada en los brazos de la Virgen María a quien no tenía la costumbre de invocar, teniendo la idea de que esta devoción era cosa de campesinos iletrados, como mi abuela Georgiana, que no tenía otra persona a quien dirigirse. Me desengañé cuando me encontré sola y sin sustento. ¿Quién otro podía ser mi abogado sino la Madre de Jesús? Imprevistamente, Ella se me hizo cercana».