21 enero 2010

Rusia restituye el instituto de capellanes militares en las Fuerzas Armadas


Moscú, 18 de enero, RIA Novosti. Las tareas del restablecido instituto de capellanes militares en Rusia deben centrarse en el fomento de la tolerancia religiosa y la lucha contra los principales males que achacan la sociedad rusa, reveló hoy el arcipreste castrense, Dmitri Smirnov.




El restablecimiento de la institución del clero castrense en Rusia, suprimida en 1918, cuenta con dos etapas. Durante la primera fase, concluida el año pasado, 13 primeros clérigos fueron destinados a las bases militares de Rusia en el exterior y el Cáucaso Norte. Se estima que la segunda fase acabará a finales de 2010, cuando en las tropas rusas prestarán sus servicios 250 sacerdotes.



El pasado 21 de julio de 2009, el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, secundó la iniciativa de la cúpula religiosa del país sobre el restablecimiento del instituto de capellanes militares en Rusia.




Más tarde, el ministro ruso de Defensa, Anatoli Serdiukov, precisó que el número de los capellanes en el Ejército ruso, que cobrarán alrededor de 20.000 rublos (670 dólares) al mes, no superará las 250 personas.

Según dijo a RIA Novosti el sacerdote militar, el Ejército no puede gozar de buena salud, mientras la sociedad permanezca enferma.

"El Ejército es un reflejo (de la sociedad) y, por ello, sus males son comunes", dijo Smirnov en alusión a los problemas existentes entre el cuerpo militar ruso, incluida la corrupción.

Según el capellán, "hay que curar estas enfermedades desde la infancia, en el seno de las familias, después en los colegios y en las universidades".



"Por eso el clero castrense, en una cooperación con todas las instituciones estatales y sociales, incluidos los medios de comunicación, debe profesar la moral", afirmó el cura al añadir que "un militar religioso no puede ser mal soldado".

Al mismo tiempo, Smirnov destacó la necesidad de predicar la tolerancia religiosa en el Ejército.

"La comprensión de otra persona se adquiere con el respeto de sus convicciones. De eso depende la paz en los cuarteles y en las familias de los militares", concluyó el sacerdote.
Los rusos se bañan en el agua helada para celebrar el bautismo de Cristo

MOSCÚ- Miércoles 20 de enero de 2010— Miles de rusos celebraron este martes la Epifanía ortodoxa sumergiéndose en las aguas heladas de lagos, ríos o estanques bautismales, en una ceremonia dedicada al bautismo de Jesucristo y a lograr el perdón de los pecados.


El ministerio de Situaciones de Emergencia indicó este martes en su sitio de internet que espera unos 65.000 bañistas en la capital rusa.
La noche del lunes, unos 200 fieles en traje de baño o vestidos con largas camisas blancas se congregaron en un club de golf de las afueras de la capital, con una temperatura de -25º, para zambullirse en el río, en un hueco en forma de cruz tallado en el hielo para esta ocasión.



La religión ortodoxa vive un renacimiento desde la caída de la Unión Soviética, cuando el ateísmo tenía un lugar preponderante en la ideología oficial.
Con su bikinis, sus pareos y sus sonrisas, podrían ser dos turistas divertidas de alguna playa tórrida y con marcha de Ibiza refrescándose los pies en la orilla. No tienen pinta ellas de devotas, ni la barba de él es de sacerdote. Pero lo son. Celebran la Epifanía recordando el bautismo de Jesús por San Juan en el Jordán, a la rusa.



Tal vez ellos hubieran preferido saltar al agua en agosto, pero la tradición manda que lo hagan el 19 de enero, seis de enero para los que utilizan el calendario juliano (de Julio César). El gregoriano, que se usa en España, por ejemplo, –y oficialmente en Rusia– decidió en 1582 comerse trece días de la historia


Por eso, día más día menos, para ellos es seis de enero, la fiesta de la Epifanía, una celebración que podría tener un origen previo a la de la Navidad. Para entenderse, el Nuevo Testamento define este fenómeno cómo la revelación de Jesús al mundo, una noticia cuya simbología tiene que ver, entre otros episodios, con la adoración de los Reyes Magos y el agua que derramó sobre Cristo San Juan. En aquellas, el Bautista dijo lo de «Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Desde entonces, los rusos lavan sus pecados en frío.


Los habitantes de Sosnovka (al oeste del país) lo hacen a quince grados bajo cero (temperatura ambiente) y con el agua del río Dios sabe a cuántos grados. Y no son cuatro locos. Ayer repitieron la ceremonia miles de paisanos. Los sacerdotes acuden a la orilla del río Kara Baltan y abren en el hielo grandes agujeros en los que se dan un agua los fieles para deleite de las cámaras de la prensa internacional. Ellos aseguran que el baño helado purifica y la medicina, que provoca vasoconstricción, tonifica los músculos, relaja la frecuencia cardíaca y que si uno le echa valor, ni duele. Les deja en la gloria.

Los baños masivos de unas 200 personas en Ruza, un pueblo en las afueras de Moscú, a una temperatura de 30 grados bajo cero, entran en el 'Libro Guinness de los récords mundiales'.

Entre la población del país nunca se había registrado tal cantidad de gente que se sumergiera al mismo tiempo en aguas heladas.

Cada uno de los bañistas recibió un diploma: 'Participante en los baños invernales masivos'. Los organizadores del evento esperan que el año próximo superarán el récord establecido.

El Bautismo de Jesús es una de las doce principales fiestas ortodoxas en honor al episodio en la vida de Jesucristo dentro de la Historia Sagrada del cristianismo que aparece relatado en el Nuevo Testamento. En él, Jesús llega a orillas del río Jordán procedente de Galilea y allí pide a su primo Juan que le bautice. Juan procede a la ceremonia y el Espíritu Santo desciende para anunciar: "Este es mi hijo muy amado, mi predilecto".




Desde entonces, entre los creyentes apareció la tradición de sumergirse en el agua cada año la noche del 19 de enero. Antes de los baños, los sacerdotes y parroquianos cortan en el hielo un agujero en forma de cruz. A este agujero lo llaman Jordán, en honor al río sagrado.

El Patriarca ruso pide solidaridad ante la crisis en su mensaje navideño

Rusia celebra hoy la Navidad ortodoxa con un llamamiento de su Patriarca a la solidaridad y la paz social ante la crisis económica, en medio de una marcada sintonía entre el Estado y la Iglesia Ortodoxa Rusa (IOR).

El acto central de las festividades se celebró anoche en la catedral de Cristo Salvador, el templo mayor de la Iglesia rusa, donde el nuevo Patriarca ortodoxo, Kiril, ofició por primera vez la misa del gallo, retransmitida en directo por la televisión estatal.

Patriarca ortodoxo, Kiril.

A este servicio religioso con motivo de la Navidad -que la IOR celebra según el antiguo calendario juliano- asistieron hasta 6.000 personas, incluidos el presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, y su esposa, Svetlana, creyentes confesos.

En su sermón, el Patriarca deseó que todos los rusos sean solidarios para hacer frente juntos a la crisis económica, que en su opinión no debe enfrentar al pueblo y al poder en un país donde todavía está vivo el recuerdo de la caótica y dolorosa transición postsoviética.

"El pasado año ha resultado importante para nuestra identidad nacional, pues ha demostrado que el pueblo y el poder pueden superar juntos las duras pruebas y desgracias que afectan nuestra vida", señaló Kiril.

Dirigiéndose al jefe del Kremlin, el Patriarca subrayó que "en particular, fue la actitud de los dirigentes del Estado la que no ha permitido que el país retrocediera al terrible y profundo precipicio en el que se vio debido a las turbulencias políticas de (la pasada década) los años 90" tras la caída de la URSS y el comienzo de las reformas liberales.

En su alocución, Kiril deseó "paz y prosperidad a la patria" y "ayuda divina" al presidente ruso, así como "al Gobierno, a las autoridades de todos los niveles y a todos de quienes depende el desarrollo económico y el progreso" de Rusia.


La Gruta de Belén con Iconos.

La primera dama de Rusia estuvo a la cabeza de los fieles a los que dio comunión el Patriarca, quien además regaló al jefe de Estado una colección de obras de escritores rusos editada por la Iglesia, y recibió de él un evangelio manuscrito moderno con miniaturas.

El jefe de Estado emitió a su vez un mensaje de felicitación a la nación en el que alabó "la actividad común del Estado y la Iglesia Ortodoxa Rusa por mantener la paz civil, impulsar el diálogo entre las religiones y educar a la generación joven en el espíritu del verdadero patriotismo y el respeto de los valores familiares".

"La fiesta de la Navidad nos devuelve a las raíces de nuestras tradiciones espirituales, a los ideales cristianos de la alta moral y la caridad, que durante siglos fueron valores cruciales para la gente y la vida social en Rusia", subrayó Medvédev.

Según los sondeos, dos de cada tres rusos se proponían celebrar la Navidad, que según la tradición ortodoxa se festejará hasta el 19 de enero, cuando la IOR conmemora este año la Epifanía, fiesta en la que se recuerda el bautizo de Jesucristo.

Unos 135.000 creyentes asistieron a los oficios religiosos en las iglesias de Moscú, cuyo número solo en los últimos ocho años aumentó de 400 a 800, y también se celebraron misas en los 30.000 templos que tiene la IOR en toda Rusia y en otros países del mundo.

El primer ministro y ex presidente ruso, Vladímir Putin, por una tradición personal celebró la Navidad fuera de Moscú, esta vez en la iglesia de la aldea de Selische, en la región de Kostromá, a orillas del Volga.

Putin aprovechó las fiestas para anunciar la devolución a la IOR este año del emblemático monasterio Novodévichiy (de las Doncellas), en cuyo cementerio yacen los personajes más ilustres de Rusia y que actualmente es una filial del Museo Histórico Estatal.

El Gobierno indicó que mantendrá bajo jurisdicción y financiación del Ayuntamiento de Moscú el funcionamiento del famoso camposanto, y que este año estará listo el proyecto de ley que sentará las bases jurídicas para la devolución a la IOR de las antiguas propiedades religiosas que ahora se encuentran en poder del Estado.

El titular de Cultura, Alexandr Avdéyev, aprovechó la ocasión para acusar a la prensa de "instigar las pasiones" en torno a la devolución o cesión temporal a los templos de la Iglesia Ortodoxa Rusa de famosos iconos que se encuentran en los museos estatales.


El Patriarca de Moscú felicita la Navidad a los fieles

La Navidad una fiesta indivisible para el mundo cristiano


En Moscú, la Catedral de la Inmaculada Concepción de la Virgen María se convierte en el centro de la celebración. Un total de 21 parroquias en Rusia decoran el árbol navideño y colocan, antes de la "misa del gallo" la figurita de Jesucristo en el pesebre. A los agnósticos extranjeros les espera también un programa de actividades que puede asombrar al "fiestero" más exigente.

Iglesias Católicas

Como suele ocurrir por estas fechas, se celebran tres misas de Nochebuena en cada catedral y capilla católica en Rusia. La Catedral de la Inmaculada Concepción de la Virgen María oficia ritos en ruso, después en polaco y otra vez en ruso. La misa a medianoche la dirigirá el obispo Pavel Pezzi. La vigilia navideña dura hasta las cinco de la madrugada.

Benedicto XVI y el Arzobispo de la Madre de Dios de Moscú, Mons. Pavel Pezzi.


En las iglesias de Moscú se rinde gloria a Dios en armenio, inglés, español, italiano, alemán, polaco, coreano, filipino, vietnamita y otras lenguas. Y no es porque aquí vivan católicos de estos países, sino que todas las iglesias cristianas, menos las que se rigen por el calendario juliano, celebran la Navidad del 24 al 25 de diciembre.

Los curas se hicieron eco de las palabras del Papa durante su mensaje tradicional a la Curia Romana. Benedicto XVI manifestó que es necesario volver a aprender a arrepentirse. Afirmó que hoy en día, en el mundo, los católicos deben descubrir por sí mismos el misterio de la penitencia y la reconciliación. El hecho de que la confesión regular deje de ser “la costumbre vital de los cristianos” es “un síntoma de la pérdida de la capacidad de ser sincero”. “Sin reconciliación con Dios, el hombre no puede reconciliarse ni con otros, ni consigo mismo”.


Los católicos rusos celebran la Navidad