06 junio 2010




Medvédev promulga la ley sobre la instauración del Día de la Cristianización de Rusia como fiesta nacional


Moscú, 1 de junio de 2010, RIA Novosti. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, promulgó la ley que establece el 28 de julio, Día de la Cristianización en Rusia, informó hoy la oficina del Kremlin.


El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev.


"La ley federal establece como fecha conmemorativa este importante acontecimiento histórico que tuvo una influencia significativa en el desarrollo social, espiritual y cultural de los pueblos de Rusia y en la consolidación del Estado", dice el comunicado difundido a la prensa.

La iniciativa de declarar este día como feriado nacional fue propuesta por la Iglesia Ortodoxa de Rusia que designa el 28 de julio para la conmemoración del Príncipe Vladímir I el Grande que inició la cristianización de la Rusia pagana.

La ley fue aprobada el pasado 21 de mayo por la Duma de Estado (cámara baja del parlamento ruso), y luego, ratificada por el Consejo de la Federación (cámara alta), el 26 de mayo.



Monumento de bronce de conmemoración del Milenio de Rusia, situado en el interior del Kremlin de Veliki Nóvgorod.



El príncipe Vladímir rechazó el paganismo y fue bautizado a los 30 años de edad, en el año 988, en Quersones, ciudad bizantina, en la costa del mar Negro, que actualmente es una de las ciudades de la península de Crimea.

Tras el bautizo, Vladímir inició la cristianización de la Rusia pagana, lo que tuvo un significado singular para su vida espiritual, política y cultural. Así, Rusia se convirtió en uno de los aliados principales del Imperio Bizantino, y la religión única contribuyó a la consolidación de los principados aislados, la alfabetización del pueblo y al desarrollo de las artes.




Vladímir Sviatoslávich el Grande.




El 28 de julio se celebra en Rusia el Día de la Cristianización de la antigua Rus, la que este año tiene el estatus de fiesta nacional. La Iglesia Ortodoxa Rusa venera en este mismo día al santo príncipe apóstol, Vladimir, cristianizador de la antigua Rus en el año 988.




El bautismo de Vladímir, un fresco de Víktor Vasnetsov.



La nueva fiesta rusa es un buen motivo para meditar no solo en la opción histórica de los antepasados, sino también en la determinación el camino propio. Así obró justamente hace más de mil años el Gran Príncipe Vladimir Sviatoslavovich. Según un cronista, dos años antes de aquella decisión histórica, Vladimir se entregó al estudio de las religiones fundamentales de Europa y de Asia occidental.

En un comienzo, el líder de la Antigua Rus invitó a Kiev a sabios de distintos países, para luego enviar al extranjero a emisarios propios con el objeto de estudiar las religiones. Como resultado, el Gran Príncipe se formó una noción cabal de los tipos fundamentales, como dirían hoy geopolíticos, de la civilización mundial.



Fresco/Icona que representa el bautismo de Kiev, en la Iglesia Ucrania Grecocatólica de San José el Degollado de Chicago.



La embajada rusa que había visitado Bizancio quedó asombrada con la belleza de los oficios religiosos en la Catedral de Santa Sofía de Constantinopla. "No sabíamos donde estábamos; si en la tierra o en el cielo", informaron al Gran Príncipe. Un antiguo cronista señaló que aquello justamente determinó la opción del príncipe Vladimir a favor del cristianismo. Sin embargo, hablando de aquellos hechos, el cronista omite algunos detalles sustanciales. Resulta que, en aquel tiempo, en la antigua Rus y en Kiev mismo habían ya iglesias cristianas y, por consiguiente, feligreses, y sus pastores, los sacerdotes.

Los templos ortodoxos habían sido construidos por la Gran Princesa Olga, abuela de Vladimir. Los cristianos en la antigua Rus habían aparecido mucho antes. Según testimonios de cronistas helenos antiguos, a mediados del siglo I, en un bote pesquero arribó a Jerson el apóstol Andrés. Investigaciones históricas contemporáneas revelan que no solo estuvo en los lugares donde más tarde iba a ser construido Kiev, sino que, además, llegó hasta el noroeste de Rusia. Desde Novgorod navegó por el río Voljov hasta el lago de Ladoga y seguidamente hasta Valaam. En su camino, a través de toda la antigua Rusia convirtió a la fe cristiana a millares de paganos.

Las ruinas de Quersonesos: el lugar donde las iglesias rusa y ucraniana nacieron.



En esencia, ante el Gran Príncipe Vladimir, con el que la antigua Rus alcanzó el poderío y la prosperidad, estaba planteada la tarea de dar cima a la cristianización del país. Estudiando la fe y las costumbres de los Estados vecinos buscaba las vías de desarrollo que se ajustaran más a las aspiraciones espirituales de su pueblo. Y un modelo para él fue el reino ortodoxo de Bizancio.

La cristianización de Rusia determinó el destino histórico del país, razón por la que esta efemérides se convirtió en fiesta estatal. Es relevante no solo para aquellos rusos que se consideran creyentes ortodoxos, sino para todos los rusos, independientemente de su fe o religión, considera monseñor Gueorgui Zavershinski, jefe del servicio de comunicaciones del departamento de relaciones Exteriores de la Iglesia Ortodoxa Rusa.



Pintura de Vasili Perov que ilustra las reuniones clandestinas de cristianos en el Kiev pagano.




Resulta que, con la cristianización de la antigua Rus se hizo una opción histórica. Esta opción determinó el desarrollo del país por muchos siglos. La cultura y las tradiciones que tenemos hoy es el fruto de la elección hecha por el príncipe Vladimir.

El bautismo es el nacimiento espiritual del ser humano. Pero, en este caso fue la autodeterminación de todo el pueblo, hecha en la persona del gobernante. El bautismo es además la opción de un modelo cultural determinado, de un modelo de desarrollo del pueblo. Pero, en el caso individual, es la opción hecha por la persona como personalidad, con el objeto de organizar su vida, explica el prelado.

El camino hasta la fiesta nacional de la Cristianización de la antigua RUS, que en adelante se celebrará el 28 de julio fue trazado en 1988. Entonces fue celebrado solemnemente el milenio de la Cristianización de Rusia. En aquellos días parecía que se había desplomado el muro que separaba al pueblo de su pasado histórico. El estatus de fiesta nacional, instituido este año, revela que, en la conciencia de la sociedad, la Iglesia es la misma que fuera desde los tiempos del santo príncipe Vladimir, a saber, el sostén espiritual de las Patria.




Ivan Eggink representa en su pintura a Vladímir escuchando a los sacerdotes ortodoxos, mientras que el enviado papal espera a un lado con gesto descontento.



En Rusia por primera vez se celebra una nueva fecha conmemorativa, el Día del ‘Bautismo de Rusia’, establecida para recordar el bautizo de los habitantes de Kiev en 988, que fue el inicio de un largo proceso de adopción del cristianismo por las ciudades y pueblos de la antigua Rusia.

La nueva fecha fue designada oficialmente el pasado 1 de junio, cuando el presidente ruso, Dmitri Medvédev, promulgó la ley que establece el 28 de julio como el Día del ‘Bautismo de Rusia’. Los principales actos festivos tienen lugar en Moscú, en la Plaza Roja, en muchas iglesias capitalinas y en la plaza Púshkinskaya. La fecha se celebrará con exposiciones especiales, conciertos y ceremonias religiosas.

También se trata de un día señalado en Ucrania, donde hace 1022 años tuvo lugar el bautismo de los habitantes de Kiev, la capital de la antigua Rusia. Algunas misas y ceremonias tienen lugar en la ciudad de Sebastopol, en el territorio del antiguo Quersoneso, donde supuestamente fue bautizado el Gran Príncipe Vladímir, quien inicio el proceso de cristianización de Rusia.



‘El bautismo de la Rus’, un fresco de Víktor Vasnetsov.



Antes del fin del siglo X, Rus de Kiev era un Estado pagano. El Gran Príncipe Vladímir decidió instalar una nueva religión en el país que pudiera unir al pueblo mejor que los primitivos cultos paganos. Las crónicas históricas cuentan que Vladímir envió representantes para que estudiaran las religiones de diferentes naciones vecinas cuyos delegados habían estado urgiéndole para abrazar sus respectivas confesiones.

Según una anécdota apócrifa, los enviados informaron de que la religión de los musulmanes no era deseable debido a su tabú respecto a las bebidas alcohólicas y el cerdo. Supuestamente, Vladímir comentó: “El beber es la alegría del Rus”. Las fuentes rusas también describen las consultas de Vladímir con los enviados judíos, pero su religión también fue rechazada en última instancia, debido a que su pérdida de Jerusalén era una evidencia de que habían sido abandonados por Dios.

Finalmente, Vladímir se decidió por el cristianismo, ya que sus enviados quedaron impresionados por los rituales de la Iglesia Bizantina. Además, no hay que subestimar en su decisión el hecho de que la alianza con los bizantinos le daba más ventajas políticas.



‘El bautismo de los Kieveses’, una pintura de Klavdi Lébedev.



El propio Gran Príncipe fue bautizado, según las diferentes versiones, en Constantinopla o en Quersoneso en el año 987 o 988. Después Vladímir bautizó a sus súbditos en la capital de su principado, Kiev. En los años posteriores otros bautismos en masa se realizaron en diferentes ciudades y colonias de la Rusia antigua.

La instauración de la nueva fecha conmemorativa provocó opiniones encontradas en la sociedad rusa. Algunos sectores sociales manifestaron su indignación por el hecho de que la Iglesia irrumpa en la vida civil. El Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, Kiril, destacó que el pueblo ruso se formó bajo la influencia de una fuerte tradición religiosa, iniciada con el bautismo de los Kieveses, y agregó que “al rechazar el significado histórico de la Cristianización de Rusia, rechazaríamos el pilar, la base de nuestra civilización”.






En Rusia se celebra una nueva fecha conmemorativa, el Día del ‘Bautismo de Rusia’