22 febrero 2007

Ecumenismo espiritual, la vía hacia la unidad

El Presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, cardenal Walter Kasper, ha participado esta mañana en las XLII Jornadas de Cuestiones Pastorales, organizadas por el Centro Sacerdotal Montalegre y la Delegación Diocesana de Ecumenismo del Arzobispado de Barcelona, en la que están participando más de 450 personas y representantes de las diversas confesiones.




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S. E. Mons. Carlos López, S. Em. R. Cardenal Walter Kasper y S. E. Mons. Lluís Martínez Sistach.

Barcelona, 19 de febrero de 2007.- “Todos los cristianos hemos de trabajar para conseguir la plena comunión que el Señor nos pide”. Con estas palabras, el arzobispo de Barcelona, Lluis Martínez Sistach, ha abierto las XLII Jornadas de Cuestiones Pastorales.

El acto principal de la jornada ha sido la conferencia del cardenal Kasper. En su intervención, ha asegurado que, en los últimos 40 años, “el diálogo ecuménico ha dado grandes pasos adelante” que han hecho posibles “acercamientos sustanciales en varias materias y, en algún caso, llegar a un consenso”. En el balance positivo figuran la reciente visita del Papa Benedicto XVI al Patriarca ecuménico y la visita a Roma del Arzobispo de Atenas y de toda Grecia, que ha considerado “históricas”.

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Pese a estos progresos tan alentadores, no se puede negar que, más allá de las dificultades singulares, normales y que forman parte de la vida, el diálogo de alguna manera se haya encallado, aunque no se hayan parado los coloquios y los encuentros, las visitas y la correspondencia”, ha asegurado Kasper. Entre los motivos de esta situación, explica el cardenal, se encuentra el hecho de que “tras haber superado muchos malentendidos y haber conseguido un consenso fundamental” ahora “hemos llegado al núcleo duro de nuestras diferencias eclesiológicas

Para continuar avanzando, Kasper apuesta por un ecumenismo espiritual, “corazón del movimiento ecuménico”, no tanto centrado en los diálogos teológicos como en “oración ecuménica común, conversión personal y reforma institucional, penitencia y esfuerzo por la santificación personal”.

En este sentido, ha animado a que haya entre las confesiones cristianas una “cooperación en favor de la vida, de la justicia, de los derechos del hombre y de la paz”. Mediante esta cooperación, ha concluido, “nos conocemos mejor y crecemos juntos”.


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Kasper ha acabado apuntando cuál es el objetivo que persigue el diálogo ecuménico: “no se trata de una fusión como las de las grandes empresas internacionales de nuestro mundo globalizado; no es tampoco un sistema complejo, desde el punto de vista especulativo o institucional, en el cual los opuestos se anulan, siguiendo una dialéctica de tipo hegeliano. En esto reside la diferencia de fondo entre diálogo y dialéctica. Ciertamente, el diálogo intenta disipar los malentendidos y superar las divisiones entre los partner, tendiendo a la reconciliación. Pero la reconciliación propiamente no elimina la alteridad del otro, no la absorbe ni la aspira, haciéndola desaparecer. Por el contrario, la reconciliación reconoce el otro en su alteridad. La unidad en la caridad no se logra cuando la identidad del otro es anulada y absorbida, sino al contrario, cuando ésta llega a ser confirmada y plena”.

(TEXTO COMPLETO DE LA CONFERENCIA)


Con ocasión de su intervención, ha presentado su libro Ecumenismo espiritual, una guía pastoral sobre la práctica del ecumenismo.

Presentación de la III Asamblea Ecuménica

Representantes de diversas confesiones


En el encuentro ecuménico celebrado en Barcelona, en el marco de las XLII Jornadas de Cuestiones Pastorales, también se ha presentado la III Asamblea Ecuménica Europea (AEE). Se trata de una iniciativa conjunta del Consejo de las Conferencias Episcopales de Europa (CCEE) –católicos- y de la Conferencia de las Iglesias Europeas (CEC), que agrupa las confesiones cristianas excepto la Iglesia católica, que busca contribuir a una mayor comprensión y acercamiento de las diferentes confesiones cristianas. La fase final tendrá lugar en Sibiu (Rumania), con la celebración, del 4 al 9 de septiembre, de nueve foros de diálogo sobre los retos históricos de la Iglesia en el viejo continente.

La presentación ha sido hecha por el Prof. Pedro Rodríguez, delegado de la Prelatura del Opus Dei en la III AEE.

Católicos, ortodoxos, protestantes: buscando puntos de unión

En la línea de la recomendación del cardenal Kasper de encontrar puntos de unión en el trabajo pastoral, el encuentro ecuménico ha contado con una mesa redonda interconfesional, centrada en la respuesta de los cristianos ante una sociedad laicista. Participaron S. E. Dimitri Tsiamparlis, vicario general del arzobispo metropolita de España y Portugal de la Iglesia Ortodoxa griega del Patriarcado ecuménico de Constantinopla, S. E. Mons. Adolfo González Montes, Obispo de Almería y Presidente de la Comisión de Relaciones Interconfesionales de la Conferencia Episcopal Española, S. E. Mons. Carlos López Lozano, Obispo de la Iglesia Española Reformada Episcopal, Rvd. Antonio Cruz Suárez, Pastor de la Iglesia Evangélica Unida, y el Dr. Domènec Melé, director del Departamento de Ética del IESE.


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El martes 20 incluye una segunda mesa redonda interconfesional, centrada en las acciones hacia los más desfavorecidos, donde intervendrán: Rvd. Josep Monells, Ex-director europeo de ÁGAPE, Asociación Internacional Protestante, Lic. Salvador Bacardit, Delegado de Càritas de Barcelona y Vicario Episcopal, Dr. Josep Masabeu, Director del Centro Braval, de Barcelona, P. Aurel Bunda, Sacerdote ortodoxo, y Rvd. Javier Garcia, Pastor evangélico y Director europeo de ÁGAPE.

Diversas confesiones

Han asistido también a este encuentro, entre otros: mons. Joan Carrera, obispo auxiliar de Barcelona, mons. Pere Tena, obispo auxiliar emérito de Barcelona, mons. Joan Enric Vives, obispo de La Seo de Urgell y secretario de la CET; monseñor José Angel Sáiz, obispo de Tarrasa, mons. Romá Casanova, obispo de Vic; Dr. Antoni Pujals, Vicario delegado de la Prelatura del Opus Dei en Barcelona; P. Joan Botam , presidente del Centro Ecuménico de Cataluña; Dr. Antonio Matabosch, representante católico en el Grupo de Trabajo Estable de las Religiones; P. Joan García, de la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Serbia; P. Vladimir Abrosimov, de la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Moscú; P. Aurel Bunda, de la Iglesia ortodoxa del Patriarcado de Rumanía; Rvdo. Antonio Cruz Suárez, Pastor de la Iglesia Evangélica Unida; Rvdo. Felipe Carmona, Pastor evangélico, y Guillem Correa, del Centro Evangélico de Cataluña. También, por parte de otras religiones, han asistido Jamal el Attouaki, del Centro Cultural Islámico de Cataluña; Jorge Mario Burdman, de la Comunidad Israelita de Barcelona, y Mario Saban, de la Comunidad Israelita de Barcelona.




¿Qué es teológicamente el Ecumenismo? (1ª clase) (30:09). Una clase del Prof. Pedro Rodriguez, Catedrático de Eclesiología en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España, y experto en Ecumenismo



¿Qué es teológicamente el Ecumenismo? (2ª clase) (30:02). Una clase del Prof. Pedro Rodriguez, Catedrático de Eclesiología en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España, y experto en Ecumenismo



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "Introducción" (32:23). Una clase del Prof. Pedro Rodriguez, Catedrático de Eclesiología en la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "El Espíritu Santo en la Sagrada Escritura" (44:37). Una clase del Prof. Francisco Varo, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "La Trinidad de Dios: síntesis" (34:00). Una clase del Prof. Lucas F. Mateo Seco, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "La Procesión del Espíritu Santo" (30:57). Una clase del Prof. Lucas F. Mateo Seco, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "El Espíritu Santo y Jesús" (31:20). Una clase del Prof. Lucas F. Mateo Seco, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "El Espíritu Santo y la Iglesia" (26:19). Una clase del Prof. José Ramón Villar, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "El Espíritu Santo en la vida del cristiano (parte 1ª)" (28:27). Una clase del Prof. José Luis Illanes, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "El Espíritu Santo en la vida del cristiano (parte 2ª)" (29:34). Una clase del Prof. José Luis Illanes, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España



Lecciones de pneumatología: Espíritu Santo: "El Espíritu Santo y la misión del cristiano" (31:56). Una clase del Prof. Ramiro Pellitero, de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra-España





10 febrero 2007

Ecumenismo: Focolares y Comunidad de San Egidio


Publico el discurso que pronunció Benedicto XVI al recibir en audiencia a los obispos amigos del Movimiento de los Focolares y a los obispos amigos de la Comunidad de San Egidio, el 8 febrero 2007.



Venerados hermanos en el episcopado:

Os doy la bienvenida con gusto en esta audiencia especial y os saludo cordialmente a todos vosotros, que venís de diferentes países del mundo. Dirijo también un particular saludo a todos los que están aquí con nosotros y que pertenecen a otras Iglesias.

Algunos de vosotros participan en la anual cita de los obispos amigos del Movimiento de los Focolares, que tiene por tema: «Cristo crucificado y abandonado, luz en la noche cultural». Aprovecho con gusto esta ocasión para enviar a Chiara Lubich mis mejores deseos y mi bendición, que extiendo a todos los miembros del Movimiento que ella ha fundado.



Otros participan en el IX Congreso de obispos amigos de la Comunidad de San Egidio, que afronta un argumento particularmente actual: «La globalización del amor». Saludo a monseñor Vincenzo Paglia, y con él al profesor Andrea Riccardi y a toda la Comunidad, que en el aniversario de su fundación se reunirá esta noche en la Basílica de San Juan de Letrán para participar en una celebración eucarística solemne.

No tengo aquí todos los nombres, pero saludo también a todos los queridos hermanos, obispos, cardenales, y de todo corazón a los queridos hermanos de la Iglesia ortodoxa.

Queridos hermanos en el episcopado, quisiera deciros ante todo que vuestra cercanía a los dos movimientos subraya la vitalidad de estas nuevas agregaciones de fieles y manifiesta al mismo tiempo esa comunión entre los carismas que constituye un típico «signo de los tiempos».

Me parece que estos encuentros de carismas de la unidad de la Iglesia en la diversidad de los dones son un signo muy alentador e importante. La exhortación postsinodal «Pastores gregis» recuerda que «las relaciones recíprocas entre los obispos van mucho más allá de sus encuentros institucionales» (n. 59). Es lo que sucede también en congresos como los vuestros, en los que se experimenta no sólo la colegialidad, sino una fraternidad episcopal que encuentra en los ideales compartidos y promovidos por los movimientos un estímulo para hacer más intensa la comunión de los corazones, más fuerte el recíproco apoyo y más compartido el compromiso de mostrar la Iglesia como lugar de oración y de caridad, como casa de misericordia y de paz.

Mi venerado predecesor, Juan Pablo II, ha presentado a los Movimientos y a las nuevas comunidades surgidas en estos años como un don providencial del Espíritu Santo a la Iglesia para responder de manera eficaz a los desafíos de nuestro tiempo. Y vosotros sabéis que esta es también mi convicción. Cuando era profesor y después cardenal tuve la oportunidad de expresar mi convicción: los movimientos son un don del Espíritu a la Iglesia. Y precisamente en el encuentro de los carismas muestran también la riqueza, tanto de los dones como de la unidad de la fe.



¿Cómo olvidar, por ejemplo, la extraordinaria vigilia de Pentecostés del año pasado, que fue testigo de la participación conjunta de muchos movimientos y asociaciones eclesiales? Todavía está viva en mí la emoción experimentada al participar en la Plaza de San Pedro en una experiencia espiritual tan intensa.

Os repito lo que entonces les dije a los fieles, venidos de todas las partes del mundo, es decir, que la multiformidad y la unidad de los carismas y ministerios son inseparables en la vida de la Iglesia. El Espíritu Santo quiere la multiformidad de los Movimientos al servicio del único Cuerpo que es precisamente la Iglesia. Y esto lo realiza a través del ministerio de quienes Él ha puesto para regir a la Iglesia de Dios: los obispos en comunión con el sucesor de Pedro.

Esta unidad y multiplicidad, que se da en el pueblo de Dios, se manifiesta en cierto sentido también hoy aquí, al reunirse con el Papa muchos obispos, cercanos a dos movimientos eclesiales diferentes, caracterizados por una fuerte dimensión misionera.

En el rico mundo occidental, en el que también está presente una cultura relativista y en el que no falta al mismo tiempo un difundido deseo de espiritualidad, vuestros movimientos testimonian la alegría de la fe y la belleza de ser cristianos. Con una gran apertura ecuménica en las grandes áreas deprimidas de la tierra, comunican el mensaje de la solidaridad y se acercan a los pobres y a los débiles con ese amor, humano y divino, que he querido presentar nuevamente a la atención de todos en la encíclica «Deus caritas est».

De la comunión entre los obispos y los movimientos puede surgir, por tanto, un válido impulso para un nuevo compromiso de la Iglesia en el anuncio y en el testimonio del Evangelio de la esperanza y de la caridad en todos los rincones del mundo.

El Movimiento de los Focolares, precisamente a partir del corazón de su espiritualidad, es decir, de Jesús crucificado y abandonado, subraya el carisma y el servicio de la unidad, que se realiza en los diferentes ámbitos sociales y culturales, como por ejemplo, en el económico, con la «economía de comunión», y a través de los caminos del ecumenismo y del diálogo interreligioso.



La Comunidad de San Egidio, al poner en el centro de su propia existencia la oración y la liturgia, quiere hacerse cercana a quienes se encuentran en situaciones de pobreza y de marginación social. Para el cristiano, el hombre, aunque esté alejado, no es nunca un extraño.

Juntos podemos afrontar con un empuje más fuerte los desafíos que nos interpelan de manera apremiante en este inicio del tercer milenio: pienso en primer lugar en la búsqueda de la justicia y de la paz y en la urgencia de construir un mundo más fraterno y solidario, a partir precisamente de los países de los que procedéis algunos de vosotros, y que sufren sangrientos conflictos. Me refiero especialmente a África, continente que llevo en mi corazón y que espero que pueda experimentar finalmente un tiempo de paz estable y de auténtico desarrollo. El próximo Sínodo de los Obispos africanos será seguramente un momento propicio para mostrar el gran amor que Dios siente por las queridas poblaciones africanas.

Queridos amigos: la fraternidad que existe entre vosotros y los movimientos de los que sois amigos os empuja a «llevar mutuamente vuestras cargas» (Gálatas 6, 2), como recomienda el apóstol, sobre todo en lo que se refiere a la evangelización, al amor por los pobres y la causa de la paz. Que el Señor haga cada vez más fecundas vuestras iniciativas espirituales y apostólicas.

Yo os acompaño con la oración y con gusto os imparto la bendición apostólica a los que estáis aquí presentes, al Movimiento de los Focolares y la Comunidad de San Egidio, y a los fieles confiados a vuestras atenciones pastorales.



Entrevista al Cardenal Joseph Ratzinger (21:17)
Entrevista con el Emmo. Cardenal Josehp Ratzinger el día 2 de febrero de 1998, con ocasión de su estancia en Pamplona donde acudió para recibir el Doctorado Honoris Causa por la Universidad de Navarra(España).


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07 febrero 2007

Los desafíos de Rumanía


Entresaco algunos párrafos del Discurso de Benedicto XVI al nuevo embajador ante la Santa Sede -Marius Gabriel Mazurca-, al recibir sus cartas credenciales, el 20 de enero de 2007.




Señor embajador:

Me alegra acoger a su excelencia en el Vaticano para la presentación solemne de las cartas que lo acreditan como embajador extraordinario y plenipotenciario de Rumanía ante la Santa Sede. Le ruego que exprese a su excelencia, el señor Traian Basescu, presidente de Rumanía, mis mejores deseos para su persona así como mis deseos de felicidad y prosperidad para el pueblo rumano. Ruego a Dios que acompañe los esfuerzos de cada uno en la obra de edificación de una nación cada vez más fraterna y solidaria.

Al principio de este año, señor embajador, su país se ha alegrado legítimamente de ser admitido oficialmente, después de largos años de esfuerzos, en la Unión europea. La Santa Sede, que desde hace mucho tiempo mantiene relaciones estrechas y fructuosas con Rumanía, como usted mismo ha subrayado, ha acogido esta nueva situación con satisfacción, puesto que consolida cada día más la unidad recuperada del continente europeo, después del largo y triste período de separación de la guerra fría.

Su país tiene una larga tradición cristiana, viva y fecunda en su cultura así como en el dinamismo de las diferentes Iglesias y comunidades eclesiales, y en su participación activa en la vida social. Por eso, me alegro de que Rumanía, con la riqueza de este "innegable patrimonio cristiano (...), que contribuyó ampliamente a modelar la Europa de las naciones y la Europa de los pueblos" (Discurso al Cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede, 8 de enero de 2007: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 12 de enero de 2007, p. 8), aporte su contribución original al edificio europeo, para permitir que no sea solamente una fuerza económica y un gran mercado de bienes de consumo, sino que pueda encontrar un nuevo impulso político, cultural y espiritual, capaz de construir un futuro prometedor para las nuevas generaciones.


Recepción de Juan Pablo II al Patriarca de Rumanía, Su Beatitud Teóctist (04:28)


Como recordé recientemente al Cuerpo diplomático: "Sólo será posible promover la paz si se respeta a la persona humana, y sólo construyendo la paz se sentarán las bases de un auténtico humanismo integral. Aquí encuentra respuesta la preocupación ante el futuro de tantos contemporáneos nuestros" (ib.).

Desde hace años, su país está comprometido en una profunda obra de renovación de la sociedad, con la finalidad de sanar las heridas del pasado y permitir a todos gozar de las libertades fundamentales y beneficiarse del progreso económico y social. Me alegro por ello, y aliento a los responsables políticos a velar con atención por las exigencias de una solidaridad activa entre todos los estratos de la población, para evitar que con la globalización se abra una brecha cada vez mayor entre los ciudadanos que acceden legítimamente a los beneficios del desarrollo económico y los que se encuentran progresivamente marginados, es decir, excluidos de ese proceso, como se observa lamentablemente en numerosas sociedades modernas.

Asimismo, es importante garantizar a todos el acceso equitativo a una justicia independiente y transparente, capaz de luchar de modo eficaz contra los que no respetan el bien común y manipulan las leyes en provecho propio. Desde esta perspectiva, deseo que se preste también una atención renovada a las familias más pobres, para que puedan educar a sus hijos con dignidad.

Me alegro, además, de los progresos realizados por su Gobierno en la delicada gestión de la restitución de los bienes confiscados a las comunidades religiosas. Es una obra de amplio alcance, impuesta por la justicia y la equidad, que debe permitir a todos los cultos reconocidos encontrar su legítimo lugar en el seno de la sociedad rumana. Deseo asimismo que las normas que regulan la libertad religiosa, que es una libertad fundamental, se respeten plenamente, sobre todo por lo que concierne a la Iglesia greco-católica.

Sé que la Iglesia católica, por su parte, está siempre dispuesta a estudiar con las autoridades competentes, con espíritu de diálogo, los medios para superar las dificultades que puedan surgir en las relaciones mutuas. Esto contribuirá sin duda a la paz social. A este propósito, no puedo menos de expresar mi inquietud con respecto a la cuestión de la catedral de San José de Bucarest, en favor de la cual el arzobispo de Bucarest ha efectuado numerosas reclamaciones ante los organismos competentes del Estado, para preservar el patrimonio histórico que constituye y los valores de fe que representa, no sólo para la comunidad católica sino también para toda la población rumana.



La visita del Papa Juan Pablo II a su país, en 1999, ha marcado -como usted ha dicho- "el corazón y el espíritu de los rumanos". Sobre todo ha permitido un nuevo desarrollo de las relaciones entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa rumana. A la vez que saludo cordialmente, a través de usted, a Su Beatitud Teóctist, Patriarca ortodoxo de Rumanía, que vino a visitar a la Iglesia de Roma en 2002, expreso mis mejores deseos para que los fieles católicos y ortodoxos sigan cultivando relaciones cada vez más fraternas en la vida diaria y progresen igualmente, en todos los niveles, las ocasiones de diálogo. En particular, deseo que el Encuentro ecuménico europeo, que se celebrará en Sibiu el próximo mes de septiembre, constituya una etapa importante en el camino emprendido juntos hacia la unidad.

Permítame saludar también a la comunidad católica de Rumanía, unida en torno a sus pastores. Ha tenido -como recordaba mi predecesor- "la oportunidad providencial de ver prosperar desde hace siglos, una al lado de la otra, las dos tradiciones, la latina y la bizantina, que juntas embellecen el rostro de la única Iglesia" (Juan Pablo II, Discurso a los obispos de Rumanía en visita "ad limina", 1 de marzo de 2003, n. 6: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 7 de marzo de 2003, p. 5), lo cual la obliga a testimoniar particularmente la unidad católica y la califica muy especialmente para trabajar en favor del ecumenismo. Sé que los fieles católicos participan activamente en la vida del país, particularmente en el ámbito espiritual y social, y los animo vivamente a testimoniar con valentía el lugar insustituible de la familia en el seno de la sociedad.

En el momento en que su excelencia inaugura oficialmente sus funciones ante la Santa Sede, le expreso mis mejores deseos para el feliz cumplimiento de su misión. Señor embajador, tenga la seguridad de que entre mis colaboradores encontrará siempre atención y comprensión cordiales.

Sobre usted, sobre su familia, sobre sus colaboradores de la embajada y sobre todo el pueblo rumano invoco de corazón la abundancia de las bendiciones divinas.



La contribución de los cristianos al progreso de la sociedad (32:43), por D.Antonio Argandoña, Profesor del IESE



Moda y personalidad (16:06), Documental sobre la relación entre moda y personalidad



Monkole (11:02), Documental sobre obras asistenciales en África



Proyecto de Cooperación Social en la República Democrática del Congo (24:52),



Proyecto de Cooperación Social en la República Dominicana (10:34),



Presente y futuro de la población (34:44), por el Prof. Manuel Ferrer Regalés, de la Universidad de Navarra



Salvación cristiana: La Iglesia y las religiones (1ªparte) (29:56), por el Prof. Julio de la Vega, teólogo



Salvación cristiana: La Iglesia y las religiones (2ªparte) (26:04), por el Prof. Julio de la Vega, teólogo



Sobre la libertad (clase 1ª) (31:37), por el Prof. José María Barrio



Sobre la libertad (clase 2ª) (37:42), por el Prof. José María Barrio


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