06 marzo 2008

María nos enseña a amar

Encuentro de la Juventud en Oziornoe (Kazajstán)

Del 10 al 15 de agosto de 2007 tuvo lugar en el pueblo de Oziornoe el 9º Encuentro de la Juventud católica kazaja. En este pueblecito de apenas 700 habitantes se erige el santuario nacional de Santa María, Reina de la Paz, patrona de Kazajstán, y por este motivo se acude a este lugar una vez al año.


En esta carpa se instaló el altar

En esta ocasión fue algo especial: se trataba del primer encuentro para todos los países de Asia Central. A la juventud de Kazajstán, se unieron jóvenes de Uzbekistán, Kirgistán, Tadjikistán y Turkmenistán, junto con una pequeña delegación de Polonia. En total, unos 450 participantes.

Haciendo eco a los últimos párrafos de la encíclica “Dios es Amor” de Benedicto XVI, el lema del Encuentro fue “María nos enseña a amar”. Hubo celebración diaria de la Eucaristía, catequesis, momentos de oración, procesiones, juegos, pequeño festival… todo ello en un clima humano y sobrenatural lleno de esa inconfundible alegría que da la presencia y protección cercana de la Virgen.

Al Encuentro, además de los obispos de Asia Central y el nuncio de Su Santidad en Kazajstán, vino desde Roma el arzobispo (y actual cardenal) Stanislav Rylko. En su homilía recordó que:


“La plenitud y madurez de la vida humana se mide por el amor. María, supo abrirse como ninguna otra persona al Amor de Dios y responder a él cada instante de su vida. Al Amor hay que responder con amor. (…) El gran misterio de la Asunción de María a los cielos lo expresa un poeta diciendo que “no fue la muerte, sino el amor, el que te arrebató totalmente” (…) ¡No apaguéis en vosotros los grandes deseos de vuestro corazón hacia un amor hermoso y limpio! ¡No apaguéis en vosotros el deseo de seguir enteramente a Cristo!”.




Especial relieve tuvo también la conferencia de la fundadora de la Comunidad de las Beatitudes, Josetta Cruassan. Sus palabras elevaban la mirada a María para comprender el papel del hombre y la mujer en los planes del Creador. “Hombre y mujer -recordaba- fueron creados para una relación de amor a imagen de la Trinidad. Su gran diferencia origina una gran atracción mutua en una común y armónica dependencia.

Se podría decir que, si al hombre le pertenece la primacía en el designio de la Creación, a la mujer le pertenece en el de la Redención (…). La misión fundamental del hombre se asemeja a la del sacerdote: en él reside la responsabilidad de la presencia de Dios en la casa; la vocación de la mujer es ser recipiente del amor de Dios y sagrario de su Palabra, como María”.

Destacamos unos hermosos testimonios de algunos de los jóvenes participantes:

Natalia (16 años): “Yo puedo decir que la Iglesia crece por todo el Asia Central; e incluso a pesar de las presiones por parte de los familiares, amigos e incluso la incomprensión por parte de algunas autoridades. La juventud es muy activa y alegre, y esto es muy importante para los auténticos cristianos”.

Ksenia (19 años): “María me ha dado muchos regalos estos días, pero sobre todo estoy agradecida a la Virgen porque me ha ayudado a comprender mi vocación, mi misión primordial: ser mujer, y dar al mundo esta feminidad. Yo siempre estaba contenta de ser chica, pero me resistía a aceptar el que los chicos fueran mejores en algunos aspectos de la vida. Quería demostrar que las chicas no se diferencian de los chicos, que son tan fuertes como ellos. Poco a poco me fui dando cuenta de que por mucho que lo intentara, nunca llegaría a ser como los chicos; pero sólo hace poco descubrí que esto es fabuloso, pues no supone un “defecto” en la naturaleza de la mujer, sino un designio de Dios para mí.


Algunos de nuestros seminaristas portando una imagen de la Virgen

Veo que el cristianismo es la única religión que valora el principio femenino. ¡Qué bueno es tener a María, en la que se cumple toda la plenitud de la feminidad: hermana, virgen, novia y madre! Ella ayudaba a Jesús siempre, y en todo, como mujer. Llevando a cabo su misión en silencio y con humildad, se hizo “co-redentora” y el Señor coronó su cabeza con la corona de cielo y tierra.

Ahora veo que ser mujer es ser un aliento de vida en este mundo, ser su ternura y delicadeza”.

Serguei (19 años): “Durante el Vía Crucis pude comprender y sentir el dolor que sufrió Dios por nosotros, por mí, cómo nos amaba y nos ama. Lloré, y entonces mi corazón comprendió el porqué de mi vida, y por quién murió Cristo… y sentí paz. El Señor hace maravillas en nuestros corazones. ¡La Iglesia está viva, y nosotros viviremos mientras estemos juntos a nuestra Cabeza (Cristo)!”.

Sí, el Amor de Dios se abre paso entre los jóvenes corazones del Asia Central, y ellos acuden a María para aprender el arte de amar. ¿Acaso tenemos mejor maestra?


El Papa recibe al presidente de Kazakhstan Nursultan Nazarba.

Benedicto XVI se ha reunido con el presidente de Kazakhstan, Nursultan Nazarbayev en el Vaticano.

Durante el encuentro hablaron sobre el diálogo interreligioso, la promoción de la paz y la crisis económica.

Ambos líderes también comentaron el papel de Kazakhstan en el 2010 cuando asumirá la presidencia de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa.

Ambos destacaron la relación pacifica que existe entre las diferentes religiones en este país.

Tras el encuentro, el presidente Nursultan regaló al Papa una réplica del Palacio de la Paz y la Reconciliación, una pirámide moderna construida en Astana, la capital de Kazakhstan. El Papa le regaló las medallas de su pontificado.

Kazakhstan cuenta con unas 15 millones de habitantes de los cuales 250,000 son católicos. Juan Pablo II fue el primer Papa que visitó el país en 2001.

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