Dios va delante de nosotros y nos espera en Siberia
20 Sep 2009 CAMINEO.INFO.- Barcelona/ESPAÑA.- Juan Ricart y Cecilia Goday se conocieron en Guayaquil (Ecuador) cuando apenas tenían ocho años de edad. Hasta allí habían viajado con sus respectivas familias para anunciar el kerygma y vivir en este pobre país suramericano la experiencia gozosa de la fe. Veinte años después, Juan y Cecilia, ahora como matrimonio con hijos (Inés, Juan, María y Pedro), toman el relevo de sus padres y emprenden ellos mismos la llamada de la misión. Con una valentía que sobrecoge, la familia Ricart-Goday, lo ha dejado todo en Barcelona rumbo a Siberia, donde se han unido a otra familia y a un sacerdote para formar en las frías estepas rusas una pequeña comunidad misionera del Camino Neocatecumenal.
- ¿Qué hace que una familia con cuatro hijos (y otro en camino) decida dejarlo todo para irse a evangelizar a Siberia?
- No vamos a hacer otra cosa que «dar gratis lo que gratis hemos recibido ». La gente nos dice que estamos locos, y realmente puede parecerlo, pero esta opción responde a una llamada de Dios. Si esto no se ve desde la fe es algo inhumano y absurdo. En Barcelona vivimos muy bien, sin problemas de trabajo y con buenos ingresos. ¡Incluso nosotros estamos asombrados de ver que el Señor ha puesto en nuestro corazón el deseo de seguirle y abandonarnos a lo que tenga preparado para nosotros y para nuestros hijos!
¿Cuál será vuestra misión en las estepas rusas?
A Siberia vamos simplemente a vivir, a vivir como una familia cristiana. Vamos a una ciudad que se llama Barnaul, la quinta ciudad más poblada de Rusia, con aproximadamente 800.000 habitantes. Allí nos espera una familia italiana, con tres hijos, que llegó hace un mes a la ciudad, y un sacerdote italiano que lleva en Barnaul dos años, al frente de la única iglesia católica que existe en la ciudad.
- ¿Durante cuánto tiempo estaréis allí?
- No lo sabemos. Puede que dos días, o puede que toda la vida. Nosotros ahora mismo sólo sabemos que hoy el Señor nos llama a esto: «Id y anunciad el evangelio a todas las gentes, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.» Si no nos creyésemos estas palabras sería imposible ir a ningún sitio, porque es otra cultura, hace mucho frío (en invierno se alcanzan los 40ºC bajo cero), tenemos miedo por los niños, pero tenemos la certeza de que Dios va delante y nos espera en Barnaul.
- ¿Cómo lo viven los niños?
- Los niños son pequeños y no se dan cuenta todavía, pero están ilusionados, y como les gusta la nieve, tienen ganas de ir.
- ¿De qué vais a vivir?
- Una vez lleguemos allí tendremos que buscar trabajo. Esta llamada a la misión implica también aceptar vivir en precariedad cuando toque. No obstante, contamos con la experiencia vivida en Ecuador, donde estuvimos con nuestros padres durante diez años, en los que no nos faltó nunca lo necesario. Es más, el Señor siempre ha sido abundante y nos ha provisto de todo.
- ¿Por qué creéis que es tan importante emprender este tipo de misiones familiares para evangelizar?
- Creemos que es importante evangelizar porque lo dice la escritura: «Ay de mí si no anunciase el Evangelio.» La sociedad tiene necesidad urgente de escuchar este kerygma (que significa «buena noticia»). A nosotros se nos anunció un día que Dios nos amaba así, tal y como éramos, y fue algo realmente nuevo frente a lo que nos ofrecía el mundo, que era buscar la vida en cosas que no duraban. Eso supone siempre seguir buscando, porque la noche, las juergas del fin de semana, el sexo, las drogas, etc. Al final te dejan un tremendo vacío que no lo llena nada, excepto este amor de Dios, este Dios que nos ha amado tanto que ha entregado a su hijo, para que a través de su resurrección experimentemos todos los días que la muerte no tiene poder sobre nosotros.
1 comentario:
Me pongo en su lugar y pienso que solo con la ayuda de Dios se puede emprender una misión así, empezando por la incomprensión de la gente en general... pero con una fe como un grano de mostaza...
Gracias por esta noticia interesante no, ¡interesantísima!
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