Moscú, 15 de febrero, RIA Novosti. Miles de ortodoxos de Rusia comienzan hoy el Gran Ayuno ("Veliki Post"), una severa penitencia que prescribe la total abstinencia de carne previa a la Pascua de la Iglesia Ortodoxa, la religión que profesa la mayoría de la población eslava del país.
En ocasión del ayuno, el máximo jerarca de la Iglesia Ortodoxa rusa, el Patriarca Kiril oficiará esta noche un servicio religioso en la Catedral de Cristo el Salvador, en el centro de Moscú.
Durante el ayuno rige una absoluta abstinencia conyugal, impera un veto sobre las festividades laicas y cualquier tipo de diversiones y sólo hay lugar para la oración, la meditación y la purificación del alma.
El Gran Ayuno ortodoxo dura 49 días en total y según la liturgia ortodoxa, se compone de la Cuaresma y la Semana Santa, que concluye con la Pascua de Resurrección, que este año se celebrará el día 4 de abril.
Durante la Cuaresma, los ortodoxos recuerdan el retiro de 40 días de Jesucristo en el desierto, y la Semana Santa, en especial, los últimos días de la vida terrenal de Jesucristo, el martirio, muerte y resurrección.
Durante todo este período se prohíbe comer carne, productos lácteos, alimentos elaborados con grasas de origen animal e inclusive aquellos que contengan huevo, lo que excluye al pan blanco y las pastas.
Desde hoy, los restaurantes y cafeterías a lo largo y ancho de Rusia, incluidos los del Kremlin, ajustaron su menú, porque cada vez son más los adeptos a cumplir el ayuno ortodoxo.
Por su parte los restaurantes privados inician una nueva temporada con amplia publicidad de menús de vigilia y la prensa ofrece a sus lectores recetas de ensaladas, papillas y potajes elaborados únicamente con productos vegetales.
Según los cánones ortodoxos, los dos primeros días de la cuaresma, el último día y el viernes santo, son de abstinencia total, y sólo en dos ocasiones, el Día de la Anunciación de la Virgen y el Domingo de Ramos se permite comer pescado.
El Gran Ayuno es obligatorio para todos los ortodoxos, pero los niños, ancianos y enfermos pueden optar por un "ayuno moderado", que permite el consumo de productos lácteos, mantequilla, queso y pescado.
En épocas pasadas, la vida en los países ortodoxos cambiaba radicalmente durante el Gran Ayuno ya que se cerraban los teatros, los baños públicos, los establecimientos de juego y cesaba el comercio de carne.
Además, durante la primera y última semana del Gran Ayuno no había clases en los centros docentes y cerraban los establecimientos públicos.
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