Kazajstán es un país situado en el Asia Central, bastante desconocido debido en parte a su reciente creación, pues hasta el año 1.991 formaba parte de la antigua Unión Soviética. Por su extensión, está entre los diez más grandes del mundo, incluso cabría España entera cinco veces dentro de él. Su población apenas sobrepasa los 17 millones de habitantes, lo que evidencia una de las características de este país, que es su baja densidad de población. La ciudad más importante es Almaty, antigua capital, con algo más de un millón de habitantes; superan el medio millón Karaganda, sede episcopal, y Shymkent, al sur del país. Las temperaturas tienen una oscilación entre verano e invierno de 70ºC.
Su economía se basa principalmente en la industria y recursos naturales, aunque en sus inmensas estepas se dedican a la agricultura y ganadería. Pero desde que se constituyó como república independiente su economía está sufriendo una importante reestructuración, habiéndose cerrado numerosas fábricas y apareciendo así un elevado índice de paro, lo que ha conllevado a salarios muy bajos y escasos, abundante pobreza, falta de servicios sanitarios y de educación, y graves desequilibrios sociales.
En Kazajstán conviven una mezcla de razas y culturas: rusos, kazakos, ucranianos, alemanes, polacos, coreanos...., que tienen como idioma oficial el ruso y el kazako. A pesar de que durante la época soviética fueron adoctrinados en el ateísmo, actualmente practican diversas religiones, siendo la más numerosa la islámica y la ortodoxa, en tercer lugar la católica, que apenas representa un 2% de la población seguida de la protestante.
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