Católicos y ortodoxos celebran este año la Pascua el mismo día
Motivo de gran alegría para los católicos griegos
SIROS (GRECIA), domingo, 1 abril 2007.- Este año, católicos y ortodoxos celebrarán la Pascua el mismo día, es decir, el 8 de abril. Esta coincidencia se convierte en motivo de gran alegría para muchos cristianos, como testimonia a Zenit el presidente de la Conferencia Episcopal Católica de Grecia.
Normalmente los católicos griegos, minoría en un país ortodoxo, celebran -por motivos pastorales- la Pascua el mismo día en que lo hace la Iglesia ortodoxa.
«Es una gran alegría para nosotros, aunque el próximo año se dará de nuevo una diferencia de cinco semanas. La Iglesia católica universal celebrará la Pascua el 23 de marzo, mientras que la Iglesia ortodoxa -con la cual nosotros los católicos griegos celebramos la Pascua- lo hará el 27 de abril», informa monseñor Francesco Papamanolis, de la orden de los Frailes Menores Capuchinos, y obispo de Siros, Santorini y Creta.
«Para nosotros es un sufrimiento celebrar la Pascua en una fecha separada de Roma, pero el sufrimiento es todavía más grande al no poder celebrar la Pascua todos juntos en Grecia, ya que muchas familias son mixtas, los matrimonios mixtos entre católicos y ortodoxos son más o menos el 75%» entre los católicos, añade monseñor Papamanolis.
«Celebrar la Pascua en días distintos crea problemas sociales y, para nosotros, también crea problemas pastorales: lo bonito sería que se llegara a un acuerdo para que todos los cristianos celebrarán la Pascua juntos», reconoce haciéndose eco del llamamiento que lanzó Juan Pablo II.
Calcular la fecha de Pascua fue un problema durante siglos que involucró a astrónomos y matemáticos.
El Concilio de Nicea estableció que el día de Pascua debía caer en el domingo posterior al primer plenilunio siguiente al equinoccio de primavera.
Hoy día, la fecha se individua en virtud del equinoccio de primavera (21 de marzo) y de la luna llena (lo que hace que la fecha sea «móvil»).
La diferencia de fechas la establecen los diferentes criterios adoptados por los calendarios vigentes.
La Iglesia católica sigue el calendario gregoriano (reformado por Gregorio XIII en 1582); la ortodoxa el juliano (establecido por Julio César en el año 46 a. C.).
La próxima vez que coincidirá la Pascua para católicos y ortodoxos será el 4 de abril de 2010.
Los creyentes rusos ven en la Semana Santa una época de recogimiento y oración más que unos días de vacaciones
También en Rusia los templos se han llenado de feligreses para celebrar la Pascua de Resurrección. Resulta que este año el calendario de Semana Santa ha sido el mismo tanto para católicos como para ortodoxos. Esta coincidencia tiene lugar solamente cuando el primer plenilunio del equinoccio de primavera coincide en los calendarios juliano y gregoriano. La última vez sucedió en 2004 y se repetirá en 2010, 2011, 2014 y 2017. Después, no volverán a coincidir hasta 2034.
Al igual que los católicos, los ortodoxos celebran cada uno de los días 'santos' de la semana, especialmente el jueves y el viernes.
La liturgia y el ritual son parecidos, aunque las diferencias son patentes. En la última misa del Jueves Santo, todos los fieles van provistos de cirios, que cada cual lleva después a su casa para iluminar los iconos. Las velas deben estar encendidas hasta el Domingo de Resurrección.
El Viernes Santo no se oficia misa. Se celebra sólo una oración, al final del día, en presencia del sudario con el que fue envuelto el cuerpo de Cristo, tras ser bajado de la cruz, y del icono con su imagen en el sepulcro. Los vía crucis forman también parte del ritual aunque no son tan vistosos, como en España. En Rusia, estas procesiones, por lo general no muy numerosas en participantes, discurren alrededor de las iglesias.
Las misas sí suelen tener más solemnidad que en el mundo católico. Multitudinarios coros de voces masculinas y femeninas ayudan a crear el fervor necesario para las commemoraciones de estos días. A juzgar por lo que he visto en los templos ortodoxos, creo que los creyentes rusos son los cristianos más devotos y fervorosos, sobre todo las mujeres. Arrodilladas, se inclinan hasta el punto de dar con la cabeza en el suelo. Y no se ven sólo ancianas, como en la época soviética; cada vez es mayor la presencia de jóvenes de ambos sexos en las iglesias rusas.
Influencia creciente
El ateísmo imperante en Rusia durante mucho tiempo erradicó las religiones. Pero, tras recuperar su implantación y la mayor parte de su patrimonio, la Iglesia rusa fue aumentando paulatinamente su influencia entre una población necesitada de asistencia espiritual.
La Iglesia ortodoxa de hoy intenta compaginar su profundo conservadurismo con las necesidades de una evangelización moderna, favorecida por la tendencia de los rusos a recuperar sus antiguas tradiciones y valores espirituales. El porcentaje de creyentes ortodoxos declarados pasó del 20% de la población rusa, en 1989, al 68% aproximadamente en la actualidad.
Hay más devoción en la Rusia profunda y en las áreas rurales que en Moscú, donde la gente piensa más en cómo hacerse rico.
Ya antes de la desintegración de la URSS, a los cristianos rusos les fueron devueltas las catedrales del Kremlin y la iglesia de San Basilio, en la plaza Roja. La restitución de bienes se intensificó durante la década de los 90 y continúa hasta hoy día. Ya nadie se acuerda de cuando al Santo Sínodo de la Iglesia rusa (constituido por los metropolitas o arzobispos) le llamaban 'metropolitburó', en referencia al Buró Político del Partido Comunista de la URSS.
Confidentes políticos
Después de varios años de persecución y tras llevar a cabo una purga entre los sacerdotes más beligerantes con el nuevo sistema comunista, los bolcheviques decidieron tender una mano a la Iglesia ortodoxa.
En 1920, el patriarca Serguii firmó un acuerdo con el Kremlin en el que se comprometía a ser obediente. En los archivos soviéticos se pueden encontrar centenares de referencias sobre las relaciones existentes entre la jerarquía eclesiástica y la Quinta Dirección del contraespionaje político del KGB. De los 13 miembros que componían el Sínodo, al menos dos eran confidentes de los servicios secretos soviéticos. Alexis II, el actual patriarca, tuvo que arrepentirse de sus antiguos «compromisos con la ideología comunista» el día de su entronización, hace 17 años. Alexis II, nacido en Estonia, es miembro del Santo Sínodo desde 1964. En 1986 se convirtió en metropolita de San Petersburgo y Nóvgorod. Tuvo además un escaño en el Congreso de los Diputados Populares de la desaparecida URSS.
El patriarca ruso se opuso siempre con todas sus fuerzas a que Juan Pablo II pudiera viajar a Rusia y, aunque las relaciones con el Vaticano han mejorado, tampoco desea ahora la visita de Benedicto XVI. Sus detractores le acusan de ser demasiado permisivo con la clase dirigente del país y de no condenar la política del Kremlin, que favorece el enriquecimiento de unos pocos y mantiene en la pobreza a la mayoría de los rusos.
La tierra de Jesús (01:00:36) . Documental sobre Tierra Santa
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