08 noviembre 2007

Bielorrusos recuerdan 70° aniversario del holocausto ordenado por Stalin

ROMA, 31 Oct. 07 .-Los bielorrusos recuerdan en estos días los 70 años del holocausto ordenado por Stalin en el Gulag (sistema de prisión formado por unos 100 campos de trabajo), que acabó en total, con la vida de unos 800 000 católicos, entre los que se hayan numerosos mártires.



Entre agosto de 1937 y diciembre de 1938, unas diez mil personas fueron asesinadas en Bielorrusia. En la noche del 29 al 30 de octubre de ese mismo año murieron más de cien personas ultimadas por el NKVD o servicio secreto del Ministerio de Asuntos Internos.

Para recordar estas fechas, los greco-católicos realizaron una peregrinación el pasado 15 de julio a la localidad de Polatsk. En esa ocasión, el visitador apostólico de la Iglesia Greco-Católica en Bielorrusia, el Archimandrita Sergius Gajek, dijo por las víctimas del genocidio "que deseamos pedir para las almas el don del descanso eterno y para nosotros la gracias de ser testigos valientes de Cristo Resucitado en Bielorrusia".

Asimismo, el pasado 26 de agosto el Administrador Apostólico de Minsk, Mons. Anton Dziemianka, celebró una Eucaristía en sufragio de las víctimas. De otro lado, el pasado 28 de octubre algunas iglesias protestantes celebraron el Día del Arrepentimiento por los crímenes del comunismo, iniciativa que fue apoyada también por muchos católicos de rito latino y los de rito bizantino, así como por ortodoxos.

Además, algunos sacerdotes greco-católicos oficiaron una Misa el 29 de octubre en Kurapaty, Minsk, en donde están enterrados más de 50 000 de los asesinados en el Gulag.

De otro lado, también se realizó una peregrinación hacia ese lugar en donde participaron unas mil personas, con permiso de las autoridades. Se espera que las conmemoraciones continúen durante los siguiente días.





Putin recuerda por primera vez a las víctimas del estalinismo



BUTOVO, Rusia (AFP) — El presidente ruso, Vladimir Putin se unió por primera vez a los homenajes a las víctimas de las represiones políticas en la extinta Unión Soviética, sacrificadas -según él- a "ideales vacíos de sentido". Lo hizo en Butovo, uno de los sitios más ensangrentados por las purgas estalinistas.



"Estamos aquí para conmemorar a las víctimas de las represiones políticas de los años 30-50", señaló con ocasión del Día anual en memoria de las víctimas de las represiones políticas, instaurado tras la caída de la URSS en 1991. "Estas tragedias se han repetido en la historia varias veces. Eso ocurría porque unos ideales que parecían atractivos, aunque carecían de sentido, fueron puestos por encima de los valores fundamentales: la vida humana, los derechos y las libertades del hombre", añadió Putin.

"Todavía lamentamos esta tragedia. Hace falta hacer mucho para que no se olvide jamás", prosiguió advirtiendo, en vísperas de las elecciones legislativas y presidenciales, de las "batallas políticas destructivas". Putin asistió a un oficio religioso en memoria de las víctimas de las represiones celebrado por el patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Alexis II, en la iglesia de la Resurrección de Butovo (barrio al sur de Moscú).

Asimismo, el presidente ruso depositó un ramo de flores al pie de una cruz de madera de 12,5 metros de alto erigida en agosto en el lugar donde fueron ejecutadas decenas de miles de personas, entre ellos un gran número de sacerdotes y creyentes.

Vladimir Putin, un antiguo teniente coronel de la KGB, hasta ahora había prestado poca atención a las represiones estalinistas, cometidas con la complicidad de los servicios secretos soviéticos (Checa, después KGB). En marzo de 2002 visitó el antiguo gulag de Norilsk (norte), pero jamás había participado en el Día de la memoria a las víctimas de las represiones, indicó un portavoz del Kremlin.

Los defensores de los derechos humanos, frecuentemente solos en el combate de la memoria frente a una sociedad rusa cada vez más indiferente a esta parte de su historia, se concentraron en un lugar altamente simbólico, la plaza de Lubianka, sede del FSB, los actuales servicios de inteligencia. En ese acto, Grigori Iavlinski, jefe del partido de la oposición Iabloko, estimó que el gesto de Putin no era suficiente.

En cambio, los defensores de los derechos humanos saludaron, con reservas, la iniciativa del presidente ruso. "Está bien que Putin haya acudido a Butovo, que haya hecho un gesto en este sentido", indicó Arseni Roguinski, presidente de Memorial International. Para Lev Ponomarev, de la ONG 'Por los Derechos Humanos', "el hecho de que Putin acuda a Butovo es un pequeño avance en una sociedad que adora a Stalin".

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