El Papa confiesa "la nostalgia por la plena unidad " con los ortodoxos
Al entregarse la iglesia de san Nicolás en Bari al patriarcado ruso
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 2 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha confesado la "nostalgia por la plena unidad" con los cristianos ortodoxos, perdida hace casi mil años, en un mensaje enviado con motivo de la entrega a la Iglesia ortodoxa rusa de la iglesia de san Nicolás en Bari.
La llave del templo fue entregada este domingo, en la ciudad sureña italiana, por el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, al presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvedev, quien entregará la llave al patriarca ortodoxo de Moscú, Su Santidad Kirill I.
Como legado del Papa, participó en la ceremonia el cardenal Salvatore De Giorgi, arzobispo emérito de Palermo, quien leyó el mensaje que ha enviado el pontífice para esta ocasión.
En el texto, el Papa "se complace por el hecho de que este edificio responda, aquí en Bari, a la devoción de los ortodoxos rusos por san Nicolás. El pueblo ruso nunca ha desfallecido en su amor por este gran santo, que siempre le ha apoyado en momentos de alegría y en las dificultades".
Lo testimonia también esta iglesia ortodoxa rusa de san Nicolás, realizada a inicios del siglo pasado para acoger a los peregrinos que, en particular en los viajes hacia Tierra Santa, hacían etapa en Bari, punto de encuentro entre Oriente y Occidente, para venerar las reliquias del santo.
Nicolás de Myra (actual Turquía, como se le denomina en oriente) o Nicolás de Bari (como se le denomina en occidente) fue un obispo que vivió en el siglo IV y que ha pasado a la historia por sus numerosos milagros y su amor por los niños (su figura dio origen al personaje de Santa Claus o Papá Noel).
"¿Cómo no reconocer que esta hermosa iglesia despierta en nosotros la nostalgia por la plena unidad y mantiene vivo en nosotros el compromiso por trabajar por la unión entre todos los discípulos de Cristo?", se preguntó el Papa en el mensaje.
La Iglesia y la residencia contigua de Bari fueron construidas por la Iglesia ortodoxa rusa en 1913. Pero fue comprada en circunstancias poco claras por el Ayuntamiento, en 1937. El Ayuntamiento, que ya había abierto el templo al culto ortodoxo, ha respondido con generosidad a la petición de la Iglesia católica y ortodoxa para devolver la propiedad a la comunidad ortodoxa rusa.
Cripta de la Basílica de San Nicolás en Bari
Su Santidad Kirill I envió un mensaje a la ceremonia, leído por el obispo Mark, presidente ad interim del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, en el que transmite su gratitud "a la diócesis católica de Bari y a los dominicos que custodian hoy las reliquias del santo por la hospitalidad constante ofrecida a nuestros peregrinos".
El líder ortodoxo ruso da las gracias también tanto a las autoridades de Rusia como a las de Italia, que han permitido y ayudado en la devolución del templo.
En la ceremonia, el presidente de Italia expresó a su homólogo ruso que "esta llave es símbolo de la amistad entre nuestros países y nuestros pueblos, del diálogo entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, del compromiso por reforzar la cultura de la paz con la comprensión recíproca, con el acercamiento entre las diferentes tradiciones culturales y espirituales".
Mensaje papal al entregar la iglesia de san Nicolás en Bari a la Iglesia rusa
Leídas en la ceremonia celebrada el domingo, 1 de marzo en la ciudad italiana
CIUDA DEL VATICANO, lunes 2 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI, en la tarde de este domingo, quiso hacerse presente a través de su enviado especial, el cardenal Salvatore De Giorgi, arzobispo emérito de Palermo, en la ceremonia de entrega al patriarcado de Moscú de la iglesia rusa de San Nicolás en Bari, que se celebró en esa ciudad del sur de Italia.
En el acto de entrega participaron el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, y el presidente de la Federación Rusa, Dimitri Medvedev. El mensaje papal fue transmitido por el purpurado con estas palabras que ahora reproducimos.
El Santo Padre, Benedicto XVI, que me ha pedido representarle en esta significativa ceremonia, dirige su cordial saludo a las autoridades religiosas civiles y a todos los presentes en particular al presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, al presidente de la Federación Rusa, Dimitry Medvedev, a los ministros, a su excelencia Mark, presidente "ad interim" del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú y al excelentísimo monseñor Francesco Cacucci, pastor de esta Iglesia particular. Desea renovar, ante todo, su fervientes augurios al patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Su Santidad Kirill I, pidiendo al Espíritu Santo que ilumine su empeñativo ministerio.
El Papa se complace por el hecho de que este edificio responda, aquí en Bari, a la devoción de los ortodoxos rusos por san Nicolás. El pueblo ruso nunca ha desfallecido en su amor por este gran santo, que siempre le ha apoyado en momentos de alegría y en las dificultades. Lo testimonia también esta iglesia ortodoxa rusa de san Nicolás, realizada a inicios del siglo pasado para acoger a los peregrinos que, en particular en los viajes hacia Tierra Santa, hacían etapa en Bari, punto de encuentro entre Oriente y Occidente, para venerar las reliquias del santo. ¿Cómo no reconocer que esta hermosa iglesia despierta en nosotros la nostalgia por la plena unidad y mantiene vivo en nosotros el compromiso por trabajar por la unión entre todos los discípulos de Cristo?
Al entregarse la iglesia de san Nicolás en Bari al patriarcado ruso
CIUDAD DEL VATICANO, lunes 2 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha confesado la "nostalgia por la plena unidad" con los cristianos ortodoxos, perdida hace casi mil años, en un mensaje enviado con motivo de la entrega a la Iglesia ortodoxa rusa de la iglesia de san Nicolás en Bari.
La llave del templo fue entregada este domingo, en la ciudad sureña italiana, por el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, al presidente de la Federación Rusa, Dmitri Medvedev, quien entregará la llave al patriarca ortodoxo de Moscú, Su Santidad Kirill I.
Como legado del Papa, participó en la ceremonia el cardenal Salvatore De Giorgi, arzobispo emérito de Palermo, quien leyó el mensaje que ha enviado el pontífice para esta ocasión.
En el texto, el Papa "se complace por el hecho de que este edificio responda, aquí en Bari, a la devoción de los ortodoxos rusos por san Nicolás. El pueblo ruso nunca ha desfallecido en su amor por este gran santo, que siempre le ha apoyado en momentos de alegría y en las dificultades".
Lo testimonia también esta iglesia ortodoxa rusa de san Nicolás, realizada a inicios del siglo pasado para acoger a los peregrinos que, en particular en los viajes hacia Tierra Santa, hacían etapa en Bari, punto de encuentro entre Oriente y Occidente, para venerar las reliquias del santo.
Nicolás de Myra (actual Turquía, como se le denomina en oriente) o Nicolás de Bari (como se le denomina en occidente) fue un obispo que vivió en el siglo IV y que ha pasado a la historia por sus numerosos milagros y su amor por los niños (su figura dio origen al personaje de Santa Claus o Papá Noel).
"¿Cómo no reconocer que esta hermosa iglesia despierta en nosotros la nostalgia por la plena unidad y mantiene vivo en nosotros el compromiso por trabajar por la unión entre todos los discípulos de Cristo?", se preguntó el Papa en el mensaje.
La Iglesia y la residencia contigua de Bari fueron construidas por la Iglesia ortodoxa rusa en 1913. Pero fue comprada en circunstancias poco claras por el Ayuntamiento, en 1937. El Ayuntamiento, que ya había abierto el templo al culto ortodoxo, ha respondido con generosidad a la petición de la Iglesia católica y ortodoxa para devolver la propiedad a la comunidad ortodoxa rusa.
Cripta de la Basílica de San Nicolás en Bari
Su Santidad Kirill I envió un mensaje a la ceremonia, leído por el obispo Mark, presidente ad interim del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, en el que transmite su gratitud "a la diócesis católica de Bari y a los dominicos que custodian hoy las reliquias del santo por la hospitalidad constante ofrecida a nuestros peregrinos".
El líder ortodoxo ruso da las gracias también tanto a las autoridades de Rusia como a las de Italia, que han permitido y ayudado en la devolución del templo.
En la ceremonia, el presidente de Italia expresó a su homólogo ruso que "esta llave es símbolo de la amistad entre nuestros países y nuestros pueblos, del diálogo entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, del compromiso por reforzar la cultura de la paz con la comprensión recíproca, con el acercamiento entre las diferentes tradiciones culturales y espirituales".
Basílica de San Nicolás en Bari, Italia
"Este compromiso es la mejor respuesta a la difusión de los fenómenos de intolerancia y de los fundamentalismos agresivos que niegan o amenazan logros esenciales de libertad y progreso civil", concluyó el presidente italiano.
Por su parte, el presidente ruso subrayó que "este conjunto arquitectónico es un centro espiritual importantísimo para la ortodoxia rusa en la tierra italiana, que en el futuro necesariamente crecerá".
"A Bari vendrán miles de compatriotas nuestros", aseguró.
Dmitri Medvedev anunció que "en el año 2011, se celebrará el año de la cultura y de la lengua italiana en Rusia y de la cultura y de la lengua rusa en Italia".
"Este compromiso es la mejor respuesta a la difusión de los fenómenos de intolerancia y de los fundamentalismos agresivos que niegan o amenazan logros esenciales de libertad y progreso civil", concluyó el presidente italiano.
Por su parte, el presidente ruso subrayó que "este conjunto arquitectónico es un centro espiritual importantísimo para la ortodoxia rusa en la tierra italiana, que en el futuro necesariamente crecerá".
"A Bari vendrán miles de compatriotas nuestros", aseguró.
Dmitri Medvedev anunció que "en el año 2011, se celebrará el año de la cultura y de la lengua italiana en Rusia y de la cultura y de la lengua rusa en Italia".
Mensaje papal al entregar la iglesia de san Nicolás en Bari a la Iglesia rusa
Leídas en la ceremonia celebrada el domingo, 1 de marzo en la ciudad italiana
CIUDA DEL VATICANO, lunes 2 de marzo de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI, en la tarde de este domingo, quiso hacerse presente a través de su enviado especial, el cardenal Salvatore De Giorgi, arzobispo emérito de Palermo, en la ceremonia de entrega al patriarcado de Moscú de la iglesia rusa de San Nicolás en Bari, que se celebró en esa ciudad del sur de Italia.
En el acto de entrega participaron el presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, y el presidente de la Federación Rusa, Dimitri Medvedev. El mensaje papal fue transmitido por el purpurado con estas palabras que ahora reproducimos.
El Santo Padre, Benedicto XVI, que me ha pedido representarle en esta significativa ceremonia, dirige su cordial saludo a las autoridades religiosas civiles y a todos los presentes en particular al presidente de la República Italiana, Giorgio Napolitano, al presidente de la Federación Rusa, Dimitry Medvedev, a los ministros, a su excelencia Mark, presidente "ad interim" del Departamento para las Relaciones Eclesiásticas Externas del Patriarcado de Moscú y al excelentísimo monseñor Francesco Cacucci, pastor de esta Iglesia particular. Desea renovar, ante todo, su fervientes augurios al patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Su Santidad Kirill I, pidiendo al Espíritu Santo que ilumine su empeñativo ministerio.
El Papa se complace por el hecho de que este edificio responda, aquí en Bari, a la devoción de los ortodoxos rusos por san Nicolás. El pueblo ruso nunca ha desfallecido en su amor por este gran santo, que siempre le ha apoyado en momentos de alegría y en las dificultades. Lo testimonia también esta iglesia ortodoxa rusa de san Nicolás, realizada a inicios del siglo pasado para acoger a los peregrinos que, en particular en los viajes hacia Tierra Santa, hacían etapa en Bari, punto de encuentro entre Oriente y Occidente, para venerar las reliquias del santo. ¿Cómo no reconocer que esta hermosa iglesia despierta en nosotros la nostalgia por la plena unidad y mantiene vivo en nosotros el compromiso por trabajar por la unión entre todos los discípulos de Cristo?
Icono de Nicolás de Bari
En verdad, la historia de Bari y de esta región está marcada de manera profunda por la presencia del mundo oriental, y la sensibilidad ecuménica constituye una característica típica de las poblaciones de la Apulia. Precisamente por este motivo el Santo Padre Benedicto XVI desea que también esta ceremonia contribuya a hacer que Bari siga siendo, como dijo el Papa Juan Pablo II, de venerada memoria, un "puente natural hacia Oriente", ofreciendo su contribución preciosa al camino hacia la plena comunión entre los cristianos.
Con estos sentimientos, invocando la intercesión de la Madre de Dios y de san Nicolás, el Papa renueva su saludo a los presentes a los que envía, a través mío, su bendición.
En verdad, la historia de Bari y de esta región está marcada de manera profunda por la presencia del mundo oriental, y la sensibilidad ecuménica constituye una característica típica de las poblaciones de la Apulia. Precisamente por este motivo el Santo Padre Benedicto XVI desea que también esta ceremonia contribuya a hacer que Bari siga siendo, como dijo el Papa Juan Pablo II, de venerada memoria, un "puente natural hacia Oriente", ofreciendo su contribución preciosa al camino hacia la plena comunión entre los cristianos.
Con estos sentimientos, invocando la intercesión de la Madre de Dios y de san Nicolás, el Papa renueva su saludo a los presentes a los que envía, a través mío, su bendición.
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