21 enero 2010

Los rusos se bañan en el agua helada para celebrar el bautismo de Cristo

MOSCÚ- Miércoles 20 de enero de 2010— Miles de rusos celebraron este martes la Epifanía ortodoxa sumergiéndose en las aguas heladas de lagos, ríos o estanques bautismales, en una ceremonia dedicada al bautismo de Jesucristo y a lograr el perdón de los pecados.


El ministerio de Situaciones de Emergencia indicó este martes en su sitio de internet que espera unos 65.000 bañistas en la capital rusa.
La noche del lunes, unos 200 fieles en traje de baño o vestidos con largas camisas blancas se congregaron en un club de golf de las afueras de la capital, con una temperatura de -25º, para zambullirse en el río, en un hueco en forma de cruz tallado en el hielo para esta ocasión.



La religión ortodoxa vive un renacimiento desde la caída de la Unión Soviética, cuando el ateísmo tenía un lugar preponderante en la ideología oficial.
Con su bikinis, sus pareos y sus sonrisas, podrían ser dos turistas divertidas de alguna playa tórrida y con marcha de Ibiza refrescándose los pies en la orilla. No tienen pinta ellas de devotas, ni la barba de él es de sacerdote. Pero lo son. Celebran la Epifanía recordando el bautismo de Jesús por San Juan en el Jordán, a la rusa.



Tal vez ellos hubieran preferido saltar al agua en agosto, pero la tradición manda que lo hagan el 19 de enero, seis de enero para los que utilizan el calendario juliano (de Julio César). El gregoriano, que se usa en España, por ejemplo, –y oficialmente en Rusia– decidió en 1582 comerse trece días de la historia


Por eso, día más día menos, para ellos es seis de enero, la fiesta de la Epifanía, una celebración que podría tener un origen previo a la de la Navidad. Para entenderse, el Nuevo Testamento define este fenómeno cómo la revelación de Jesús al mundo, una noticia cuya simbología tiene que ver, entre otros episodios, con la adoración de los Reyes Magos y el agua que derramó sobre Cristo San Juan. En aquellas, el Bautista dijo lo de «Este es el cordero de Dios que quita el pecado del mundo». Desde entonces, los rusos lavan sus pecados en frío.


Los habitantes de Sosnovka (al oeste del país) lo hacen a quince grados bajo cero (temperatura ambiente) y con el agua del río Dios sabe a cuántos grados. Y no son cuatro locos. Ayer repitieron la ceremonia miles de paisanos. Los sacerdotes acuden a la orilla del río Kara Baltan y abren en el hielo grandes agujeros en los que se dan un agua los fieles para deleite de las cámaras de la prensa internacional. Ellos aseguran que el baño helado purifica y la medicina, que provoca vasoconstricción, tonifica los músculos, relaja la frecuencia cardíaca y que si uno le echa valor, ni duele. Les deja en la gloria.

Los baños masivos de unas 200 personas en Ruza, un pueblo en las afueras de Moscú, a una temperatura de 30 grados bajo cero, entran en el 'Libro Guinness de los récords mundiales'.

Entre la población del país nunca se había registrado tal cantidad de gente que se sumergiera al mismo tiempo en aguas heladas.

Cada uno de los bañistas recibió un diploma: 'Participante en los baños invernales masivos'. Los organizadores del evento esperan que el año próximo superarán el récord establecido.

El Bautismo de Jesús es una de las doce principales fiestas ortodoxas en honor al episodio en la vida de Jesucristo dentro de la Historia Sagrada del cristianismo que aparece relatado en el Nuevo Testamento. En él, Jesús llega a orillas del río Jordán procedente de Galilea y allí pide a su primo Juan que le bautice. Juan procede a la ceremonia y el Espíritu Santo desciende para anunciar: "Este es mi hijo muy amado, mi predilecto".




Desde entonces, entre los creyentes apareció la tradición de sumergirse en el agua cada año la noche del 19 de enero. Antes de los baños, los sacerdotes y parroquianos cortan en el hielo un agujero en forma de cruz. A este agujero lo llaman Jordán, en honor al río sagrado.

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