La comunidad aún no posee un templo propio
ROMA, viernes 16 de julio de 2010 (ZENIT.org).- El Gobierno del Turkmenistán ha reconocido oficialmente la Iglesia católica.
“Es una gran alegría y una gran esperanza”, confesó a Fides padre Andrzej Madej, Superior de la Missio Sui iuris de Turkmenistán.
La comunidad católica turcomana cuenta apenas 100 fieles sobre un total de casi 5 millones de habitantes – el 90% musulmanes –, y afirma que el reconocimiento es “un paso decisivo para la historia de la Iglesia en el país”.
El padre Madej recibió en marzo pasado una comunicación del Ministerio de la Justicia turcomano y por el “Consejo para las Religiones”, organismo gubernamental existente en la República.
La Iglesia está ahora autorizada a tener una “presencia pública” oficial, con todos los beneficios que ello comporta.
Desde el 17 de julio, el Nuncio Apostólico en Turquía y Turkmenistán, monseñor Antonio Lucibello, visitará el país para reunirse con los representantes del Ministerio de Exteriores y del Ministerio de Justicia, para expresar la satisfacción de la Santa Sede por la decisión y ratificando los pasos llevados adelante.
En Turkmenistán, además de los cerca de 100 bautizados, hay 30 catecúmenos y un grupo de “simpatizantes de la fe cristiana”, asistidos por dos sacerdotes y un diácono, misioneros Oblatos de María Inmaculada como el padre Madej.
El país no tiene iglesias católicas, destruidas por los revolucionarios soviéticos a partir de 1920. Hasta el momento actual, las comunidades religiosas admitidas eran la islámica sunní y la Iglesia ortodoxa rusa.
La Iglesia católica había presentado hace unos 13 años la petición de registro oficial, pero el Ministerio de Justicia había objetado hasta ahora que el cabeza de la comunidad religiosa debía ser un ciudadano turcomano.
“Hoy pensamos también pedir al Gobierno la construcción de la primera iglesia católica en nuetsra misión – subrayó el padre Madej –. Hasta ahora hemos construido la iglesia de 'piedras vivas', ahora quisiéramos también edificar un templo”.
La comunidad cristiana pide recuperar la única iglesia armenia sobrevivida al periodo soviético, situada en Turkmenbasy, en la zona occidental del país, en estado de casi completa ruina, y otra pequeña iglesia en Serdar, hoy transformada en bar.
Los católicos turcomanos son en su mayor parte de etnia polaca y alemana. Hasta ahora celebraban la Misa en el territorio diplomático de la Nunciatura de la capital Asjabad, y se reunían en viviendas privadas.
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