01 febrero 2009

La Iglesia ortodoxa rusa entroniza a su nuevo patriarca


MOSCU, 1 de Febrero 2009

El patriarca de Moscú y de todas las Rusias, Kirill, fue entronizado el domingo en la catedral de Cristo Salvador en Moscú como jefe de una Iglesia ortodoxa en auge desde la caída del comunismo. Kirill ha sido coronado como el patriarca número 16 de la Iglesia Rusa desde que el título fue creado en 1859. Se trata del primero en ser elegido tras la caída de la Unión Soviética
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El presidente Dmitry Medvedev y el primer ministro Vladimir Putin presenciaron la compleja ceremonia desde cerca del altar. La duquesa Maria Vladimirovna, descendiente del último zar, también asistió.

La ceremonia se prolongó tres horas, lo que no arredró a los miles de fieles que comenzaron a hacer cola a las puertas del templo a las siete de la mañana, pese a los 20 grados bajo cero que marcaban los termómetros en Moscú. La llegada de Kirill al templo en limusina fue recibida con quince minutos de repique de las cinco campanas de la catedral y el tradicional pan con sal, símbolo de bienvenida en este país.

"¡Axios!, ¡Axios!, ¡Axios!" ("¡Es digno!", en griego), corearon los aproximadamente 4.000 asistentes a la ceremonia, entre los que se encontraban más de 700 arzobispos, clérigos y seglares que integran el concilio general de la IOR que el pasado martes eligió a Kirill en votación secreta, otros dignatarios ortodoxos con hábitos dorados y representantes de otras confesiones, responsables políticos y creyentes reunidos en el interior del imponente edificio situado en el corazón de Moscú. La Iglesia Católica estuvo representada por el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Unidad de los Cristianos.





Con estas palabras, Kirill, que fue elegido el martes por un concilio, quedó formalmente entronizado como nuevo patriarca de la Iglesia ortodoxa rusa. Unos minutos antes, los metropolitas de Kiev y de Minsk le hicieron sentarse tres veces en la silla patriarcal, ubicada en el centro del altar, cantando junto con el clero y la congregación conforme al rito en vigor.

Los sacerdotes entonaron los profundos y sonoros tonos de base utilizados en la antigua liturgia ortodoxa, que eran interrumpidos por enérgicas alabanzas y agradecimientos por el nuevo patriarca, expresados por el coro ubicado en los balcones de la catedral.

Luego los diáconos reemplazaron las vestimentas de arzobispo que usaba Kirill y le pusieron la de patriarca: el "saccos" (casulla patriarcal), de un color intensamente carmesí, y el amito grande (cinta ancha y larga con imágenes de cruces); así como le entregaron dos panagías (medallón colgado de cadena larga, con icono pequeño de la Virgen), cruz y mitra patriarcal.





Especialmente para la ceremonia de entronización, le fabricaron un manto patriarcal verde y un "kukol" blanco (gorro cónico redondo). En la parte frontal y los extremos delanteros del "kukol" están bordadas imágenes de los serafines de seis alas, y en lo alto figura una cruz. El color blanco es símbolo de la luz divina inmaterial y la pureza del alma. Las imágenes de los serafines simbolizan la posición cimera del Patriarca en la Iglesia Rusa.

El manto es una especie de capa larga, que no tiene mangas y se abrocha sólo en el cuello. Se pone sobre la sotana durante las ceremonias solemnes. El manto de los monjes ordinarios es negro; el de los obispos, de color violeta; el de los metropolitas, azul, y el del patriarca, verde (color que simboliza la vida eterna en el cristianismo).

En el manto hay tres franjas anchas bicolores, que simbolizan la doctrina que deriva del Antiguo y el Nuevo Testamentos, la que predica el Patriarca.

Al final de la ceremonia, se puso la túnica verde de patriarca y un tocado blanco con una cruz en la parte superior llamada "kukol".

Acto seguido, se le entregó el báculo de madera con oro incrustado del metropolita Piotr (que data del siglo XIV), y fue quien trasladó la sede de la IOR a Moscú. Esta es una de las más preciadas reliquias de la Iglesia ortodoxa rusa, que está expuesta normalmente en los museos del Kremlin.

El Patriarca recibió también un cetro y una bandera con las iniciales PK (Patriarca Kiril), tras lo cual ofició personalmente la eucaristía.

Seguidamente, las campanas de la catedral de mármol blanco construida tras la caída de la URSS por orden del ex presidente Borís Yeltsin repicaron durante varios minutos para comunicar la buena nueva: la Iglesia Ortodoxa ya tiene un nuevo patriarca.

En su discurso, y ante los dos máximos mandatarios políticos del país, Kirill I ha hablado de la independencia de la Iglesia respecto al Estado, algo de importante valor dada su condición de primer Patriarca elegido tras la caída de la URSS y por tanto nombrado sin injerencias políticas.

Eso sí, ha puntualizado que ambas instituciones deben trabajar juntas: “Las relaciones entre la Iglesia y el Estado deben realizarse dentro de un diálogo de buena voluntad y sobre bases constitucionales, por el bien de la Iglesia, el Estado y el pueblo”.



Alexis II, Presidente Putin y Kirill


Kiril también ha hecho una llamada a la unidad dentro de la Iglesia Ortodoxa, pero igualmente a la apertura.

Precisamente se espera que éste sea uno de los puntos que marquen su patriarcado. Partidario del ecumenismo, todo apunta a que tenderá puentes con la Iglesia Católica, como ya hizo cuando desempeñaba su labor como responsable de la diplomacia de la Iglesia Ortodoxa Rusa.

El nuevo patriarca dijo que su prioridad era llevar a Dios a los más jóvenes. Sostuvo que la Iglesia no podía esperar "en momentos de relativismo moral, cuando la propaganda de la violencia y la depravación secuestra el alma" de los jóvenes.

Kirill también sugirió que podría tener un rol más activo como pastor de los 30 millones de los rusos ortodoxos que viven en el extranjero.

Tras prometer mantener la unidad de la Iglesia en Rusia, Kirill sostuvo que incrementaría el diálogo con otros Estados ex soviéticos y sus instituciones religiosas.

"El Patriarca es el defensor de las fronteras canónicas exteriores de la Iglesia (...) siempre estaré abierto al diálogo con las Iglesias hermanas", -aunque no mencionó a los católicos romanos directamente- señaló Kirill durante su homilía, en la que criticó el "relativismo moral" del mundo actual. La ceremonia, durante la que sonó música compuesta por un diácono cuyo padre fue fusilado bajo la URSS, concluyó con las felicitaciones por parte de Medvédev y Putin, ambos creyentes y que mantenían una estrecha relación con el anterior Patriarca.

Medvedev y Putin, acompañados por sus esposas con sus cabezas cubiertas por pañuelos blancos, se santiguaron bajo la impresionante bóveda hacia la cual se elevaba el humo del incienso. La viuda del primer presidente de la era postsoviética Boris Yeltsin, fallecido en 2007, Naina, también estaba presente.

Medvedev abogó por un diálogo "intenso y solidario" con el nuevo jefe de la Iglesia ortodoxa rusa en un discurso al final de la ceremonia. Su esposa, Svetlana, fue la primera persona en recibir la comunión de manos del patriarca.



Svetlana

Desde el desmoronamiento de la Unión Soviética, la Iglesia ortodoxa ha experimentado un renacimiento espectacular en Rusia, donde se ha convertido en un pilar de la identidad nacional. Tres cuartas partes de la población rusa se declaran ortodoxos, frente a sólo un cuarto de la misma poco antes de la caída de la URSS, en 1991.

Desde 1989 estaba al frente de la diplomacia de la Iglesia rusa y se le considera abierto al mundo. Podría modernizar la comunicación de la Iglesia en Rusia, aún manteniéndose tradicionalista en el fondo, estiman los expertos.

La prensa rusa recordó tras la elección de Kirill que él es el autor de la Declaración de los Derechos y las Dignidades del Hombre, que denuncia los valores liberales y fue muy criticada por los defensores de los derechos humanos.

Los modales de Kirill, muy mediático, le distinguen sin embargo de otros dignatarios ortodoxos y le atraen los reproches de la rama más conservadora del clero ortodoxo.

No se opone a la propagación de los valores ortodoxos por los roqueros por estimar que "unas frases (suyas) pueden producir más efecto sobre los jóvenes que un sermón en la iglesia".

"Que Dios guarde a cualquier patriarca de entrar en la historia como un reformista", declaró Kirill tras ser elegido.

El nuevo Patriarca ruso parece apto a mejorar las espinosas relaciones de la Iglesia ortodoxa rusa con los católicos. Como "ministro de Relaciones Exteriores" del patriarca Alexis II, fallecido en diciembre, se ha reunido tres veces con el papa Benedicto XVI.



Medvédev confia en la posibilidad de desarrollar un diálogo solidario entre la Iglesia y el Estado


Moscú, 1 de febrero, RIA Novosti. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, felicitó al Patriarca de Moscú y toda Rusia, Kirill, con motivo de su entronización y expresó la esperanza en poder desarrollar un diálogo solidario entre la Iglesia y el Estado.

 



"La entronización de usted es un acontecimiento de gran importancia para la vida de nuestro país y de todos los pueblos ortodoxos. Es un acontecimiento que abre una nueva época en el desarrollo de la fe ortodoxa en Rusia y crea nuevas condiciones, espero, para sostener un diálogo solidario entre la Iglesia Ortodoxa Rusa y el Estado", dijo el presidente, al felicitar al nuevo Patriarca con motivo de su entronización.
 
El servicio patriarcal es una tarea ardua. En épocas anteriores, la proeza patriarcal consistió a menudo en darle protección al pueblo en situaciones trágicas, señaló Medvédev.
 
"En nuestros días, en que Rusia se desarrolla vertiginosamente, y el mundo está lleno de contradicciones y problemas, igual que hace siglos, la labor conjunta entre el Estado y la Iglesia Ortodoxa Rusa es de mucha necesidad para nuestro país y para todos los pueblos ortodoxos", declaró.

El jefe del Kremlin deseo "fuerza y salud" a Kirill y también hizo votos porque la IOR y el Estado sigan cooperando y dialogando por el bien de Rusia.

Rusia es un Estado complicado, donde conviven diversos pueblos y diversas confesiones. En este sentido, el Patriarca de Moscú y toda Rusia tiene una misión especial, subrayó el presidente.



Kirill, un diplomático de fuerte carácter al frente de la Ortodoxia rusa


El metropolita Kirill fue entronizado el domingo 1 de febrero de 2009, Patriarca de Moscú y de Todas las Rusias. Desde ahora será el Primado de la Iglesia Ortodoxa Rusa. Con ello Kirill se convirtió en el XVI Patriarca de Moscú y todas las Rusias y obtuvo el título de Santísimo Patriarca. Es un experimentado diplomático famoso por su independencia de pensamiento y su voluntad de ampliar la influencia de la Iglesia ortodoxa en la esfera social y política de Rusia.

A sus 62 años, este hombre con la misma larga barba blanca que caracteriza a los dignatarios ortodoxos, hereda la cabeza de una Iglesia que se reforzó desde la caída de la Unión Soviética y durante el Patriarcado de Alexis II, fallecido en diciembre de 2008 y de quien Kirill fue un cercano colaborador.





Hasta ahora metropolita de Smolensk y Kaliningrado y durante casi dos meses jefe interino de la Iglesia ortodoxa rusa, Kirill es el único alto responsable ortodoxo popular entre los rusos gracias a su propio programa semanal de televisión "Las palabras del pastor".

Además, a lo largo de sus casi 20 años como director del poderoso departamento de Relaciones Exteriores del Patriarcado de Moscú -el equivamente de una cancillería- se convirtió en el rostro de la Ortodoxia rusa en el extranjero.

Desde ese cargo estableció unas relaciones con el Vaticano que le han acarreado críticas, en un ambiente de acusaciones de proselitismo contra los católicos.

Según los expertos, Kirill no es un reformista pero tiene una mente independendiente y quiere que la Iglesia juegue un papel político y social. Por eso, las autoridades rusas no lo controlarán fácilmente.

"Con Kirill, la Iglesia podría tener la oportunidad de ser independiente en la escena política en vez de seguir siendo objeto de las manipulaciones del Estado", señaló el semanal Vlast.



Según su biografía oficial, Kirill manifestó su inclinación hacia la religión desde su más tierna infancia, en una familia donde su padre y su abuelo fueron popes.

En 1965, a los 19 años, Kirill -cuyo verdadero nombre es Vladimir Gundiayev- entró en el seminario de su ciudad natal, Leningrado (noroeste, actual San Petersburgo).

Según su hermana Elena -citada en el diario popular Tvoi Den- siendo aún estudiante le dijo: "si no encuentro una chica con la quiera pasar el resto de mi vida, me haré sacerdote". Y se dio como plazo hasta el 27 de marzo de 1969.

El 3 de abril de ese año, Kirill vistió los hábitos sacerdotales y en los años 70 aceleró su carrera: primero fue secretario personal del metropolita Nikodim de Leningrado y a partir de 1971 ocupó su primer cargo diplomático como representante del Patriarcado de Moscú ante el Consejo Mundial de las Iglesias. En ese cargo acompañó regularmente al patriarca Pimen en sus viajes antes de ser nombrado jefe del departamento de Relaciones Exteriores en 1989.

El 25 de febrero de 1991 fue nombrado metropolita de Smolensk y Kaliningrado.

En los años noventa su reputación se vio empañada: mientras la Rusia postsoviética caía en el marasmo económico, la prensa le apodó el "metropolita del vodka", por las presuntas acusaciones de aprovecharse de las exenciones fiscales sobre el alcohol y el tabaco de que se beneficia la Iglesia ortodoxa. Estas últimas le valieron la reputación del "hombre más rico de la Iglesia ortodoxa rusa", recordó recientemente la publicación opositora Novaia Gazeta.

El nuevo Patriarca es un considerado un firme partidario del ecumenismo, al igual que el Papa Benedicto XVI, con el que se entrevistó en el Vaticano en 2007, lo que ha alimentado las esperanzas de que ambas iglesias superen el cisma que las separa desde 1054. Además, Kirill es partidario de convertir en obligatoria la asignatura de religión ortodoxa, pese a que en Rusia hay otras tres religiones oficiales (Islam, Judaísmo y Budismo), y de relajar ciertas costumbres para que los jóvenes regresen a las iglesias.

A partir de ahora, el 1 de febrero será fiesta de guardar para todos los ortodoxos.


MENSAJE DEL PAPA AL PATRIARCA RUSO CON MOTIVO DE SU ENTRONIZACIÓN

"Tengo serias esperanzas de que continuaremos cooperando"

CIUDAD DEL VATICANO, lunes 2 de febrero de 2009 (ZENIT.org).- Ofrecemos a continuación el texto completo del mensaje de Benedicto XVI a Su Santidad Kiril, nuevo patriarca de Moscú y de Todas las Rusias, con motivo de su entronización, que tuvo lugar este domingo 1 de febrero en la catedral de Cristo Salvador de la capital rusa.



A Su Santidad Kiril, patriarca de Moscú y de Todas las Rusias

Felicito a Su Santidad con alegría al asumir la gran responsabilidad de pastorear a la venerable Iglesia ortodoxa rusa. Recuerdo perfectamente la buena voluntad que ha caracterizado nuestros encuentros en la época de su servicio como presidente del Departamento de Relaciones Eclesiales Externas. Con ocasión de su entronización, deseo por tanto reafirmarle mi estima y mi cercanía espiritual.

Rezo para que el Padre celestial le conceda la abundancia de los dones del Espíritu Santo en su ministerio, que le capaciten para guiar a la Iglesia en la paz y el amor de Cristo.

Usted es ahora el sucesor de nuestro amado hermano de reverenciada memoria, Su Santidad Alejo II, que dejó a su pueblo una profunda y respetuosa herencia de renovación y desarrollo eclesial, al guiar a la Iglesia ortodoxa rusa fuera del largo y difícil periodo de sufrimiento bajo un sistema totalitario y ateo, a una nueva y activa presencia y servicio a la sociedad de hoy.

El patriarca Alejo II trabajó asiduamente por la unidad de la Iglesia ortodoxa rusa y por la comunión con las demás Iglesias ortodoxas. Al mismo tiempo, mantuvo un espíritu de apertura y cooperación con los demás cristianos, y particularmente con la Iglesia católica, para la defensa de los valores cristianos en Europa y en el mundo.

Estoy seguro de que Su Santidad continuará edificando sobre este sólido fundamento, por el bien de su pueblo y para beneficio de los cristianos de todas partes.

Como presidente del Departamento de Relaciones Eclesiales Externas, usted mismo desempeñó un papel relevante al forjar una nueva relación entre nuestras Iglesias, una relación basada en la amistad, en la mutua aceptación y el diálogo sincero al afrontar las dificultades de nuestro viaje común. Tengo serias esperanzas de que continuaremos cooperando para encontrar modos de fomentar y reforzar la comunión en el Cuerpo de Cristo, en fidelidad a la oración de nuestro Salvador de que todos sean uno, para que el mundo crea (cf. Jn 17:21).

Consciente de las enormes responsabilidades que acompañan el ministerio espiritual y pastoral al que el Espíritu Santo le ha llamado, renuevo a Su Santidad la seguridad de mis oraciones y buena voluntad fraterna. Pido al Dios Todopoderoso que le bendiga con su amor, que vele sobre la amada Iglesia rusa, y que sostenga a los obispos, sacerdotes y a todos los fieles en la esperanza que no falla, que es nuestra en Cristo Jesús.

En el Vaticano, a 28 de enero de 2009

BENEDICTUS PP. XVI



Митрополит Кирилл стал Патриархом Московским и всея Руси Ceremonia de entronización del Patriarca Kirill I. Resumen breve(05:29)

Церемония передачи патриарху Кириллу символов патриаршей власти Ceremonia de entronización del Patriarca Kirill I. Resumen breve(04:57)

Церемония передачи патриарху Кириллу символов патриаршей власти Ceremonia de entronización del Patriarca Kirill I (47:46)

Церемония передачи патриарху Кириллу символов патриаршей власти Ceremonia de entronización del Patriarca Kirill I (30:52)

Церемония передачи патриарху Кириллу символов патриаршей власти Ceremonia de entronización del Patriarca Kirill I (32:24)

Церемония передачи патриарху Кириллу символов патриаршей власти Ceremonia de entronización del Patriarca Kirill I (36:47)

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