25 octubre 2009

Tradición y tradiciones

Los Maestros y testigos de la Iglesia: un espacio para la convergencia ecuménica*



Arzobispo Hilarion (Alfeyev)


Me dirijo a ustedes por solicitud y en nombre del Arzobispo Hilarion (Alfeyev) quien es uno de los co-moderadores del estudio sobre “Tradición y tradiciones: Fuentes de autoridad de la Iglesia” que fue iniciado tras la reunión plenaria de la Comisión de Fe y Constitución celebrada en Kuala Lumpur. El Arzobispo Hilarion que se encuentra sumamente ocupado en su nuevo servicio como Jefe del Departamento de relaciones exteriores de la Iglesia del Patriarcado de Moscú, me ha pedido que lo represente ante esta plenaria en lo referente al estudio antes mencionado y a la primera consulta sobre “Los maestros y testigos de la Iglesia primitiva: fuente común de autoridad recibida de diversas maneras”, a lo que sigue prestando mucha atención. Como escolástico patrístico y participante en numerosas reuniones ecuménicas, yo creo que para fomentar una mayor aceptación de los diálogos es de crucial importancia complementar los estudios ecuménicos con algunas ideas acerca de las primeras fuentes de autoridad de la Iglesia. En mi comentario intentaré explicar el porqué.


San Gregorio Nacianceno


La metodología es un factor fundamental en todo diálogo ecuménico. La búsqueda de metodologías ecuménicas adecuadas permite encontrar espacios para las convergencias ecuménicas efectivas. Desde la Conferencia Mundial sobre Fe y Constitución celebrada en Montreal (1963) y la Plenaria de la Comisión de Fe y Constitución celebrada en Bristol (1967), el patrimonio de los Padres de la Iglesia había sido definido como uno de esos espacios. Desde esa época, sin embargo, parece ser que este espacio ha sido abandonado y ha quedado prácticamente en el olvido en los debates ecuménicos. En respuesta a esta triste situación, en la anterior Reunión Plenaria de Fe y Constitución celebrada en Kuala Lumpur, el Arzobispo Hilarion Alfeyev propuso que se reintegraran en las deliberaciones ecuménicas los estudios patrísticos como fuente de autoridad de la Iglesia primitiva. Ulteriormente, en septiembre de 2008, un grupo compuesto por los miembros de la Plenaria de Fe y Constitución y por expertos invitados se reunió en Cambridge, Reino Unido, y cito el informe de dicha reunión : « a fin de examinar más a fondo la posibilidad de descubrir, redescubrir o volver a recibir algunas fuentes particulares de autoridad que puedan ayudarnos a nuestro camino hacia la unidad de la Iglesia ».


San Atanasio de Alejandría


Antes de pasar al examen de los elementos particulares que figuran en dicho informe, quisiera hacer referencia a una interesante conversación que sostuve hace poco tiempo con el Rector de la Universidad Augustinianum de Roma, uno de los centros más eminentes del mundo en materia de estudios patrísticos. Convenimos en que en el diálogo ecuménico no debemos utilizar a los maestros y testigos de la iglesia primitiva como un medio de propaganda sectaria, porque cuando empezamos a utilizarlos para fines de propaganda, significa que los traicionamos. No deberíamos estudiarlos con ideas preconcebidas acerca de lo que intentan decirnos, puesto que sería injusto imponer a los primeros maestros y testigos nuestras propias ideas. Más bien se trata de escuchar atentamente lo que nos dicen, y no lo que nosotros queremos que nos digan y para evitar este tipo de distorsiones del pensamiento patrístico, se debe aplicar una crítica académica a la investigación. El estudio académico profundo y preciso de los Padres de la Iglesia nos permite llevar a cabo un nuevo examen de las creencias y estereotipos, para que abandonemos los prejuicios e ideas erróneas sobre nosotros mismos y los demás, y eventualmente, para acercarnos más los unos a los otros.


San Gregorio I, El Magno O.S.B.


Se exponen esas mismas ideas en el informe de la reunión de Cambridge, en el cual se menciona particularmente que « Un consensus fidei entre cristianos divididos en la actualidad solo puede afirmarse cuando vivimos en consenso real con los padres en la fe de los primeros siglos ». Para lograr ese consenso con nuestros primeros maestros y los unos con los otros, debemos examinar el patrimonio patrístico con cautela y en base a un enfoque académico crítico. En el informe se afirma que « el método histórico-crítico y otros instrumentos hermenéuticos siguen siendo fundamentales para apoyar las formas en que hablamos de la Tradición y las tradiciones. Los centros de enseñanza superior suelen ser, en nuestros tiempos, lugares de aproximación ecuménica y todos convinieron en que la investigación académica es importante porque permite corregir puntos de vista confesionales a veces ingenuos en el proceso de transmitir las tradiciones ».

Otro aspecto importante acerca de los Padres de la Iglesia que hay que tener en cuenta es que es impensable poder estudiarlos sin una inmersión en las Sagradas Escrituras. Efectivamente, tal como se menciona en el informe de Cambridge : « La autoridad de las madres y los padres de la Iglesia procede de su íntima relación con el testimonio escritural ». Los eruditos patrísticos modernos han vuelto a descubrir el vínculo intrínseco que existe entre el pensamiento y lenguaje patrísticos y las Sagradas Escrituras. Podemos intentar apartar a los Padres de la Iglesia de las Sagradas Escrituras, pero ellos mismos nunca lo han permitido. Ellos han vinculado todas sus ideas con la Palabra de Dios. El análisis lingüístico de sus textos muestra que emplearon el lenguaje de la biblia como hilo para tejer sus propios textos. Las Sagradas Escrituras eran su vida y sustento.


San Jerónimo


La comunidad ecuménica debería valorar esa relación que une a los primeros maestros con las Escrituras, así como ese potencial de los estudios patrísticos en general para lograr el éxito del diálogo ecuménico. Asimismo, deberíamos discutir sobre las medidas prácticas que nos permitirían utilizar, para propósitos ecuménicos, el espacio teológico creado por los Padres de la Iglesia. Tal vez un día, la Comisión de Fe y Constitución decida introducir nuevamente los estudios sobre determinados Padres de la Iglesia, en cumplimiento de la recomendación del grupo que se reunió en Cambridge. Así se reanudaría el trabajo del Grupo sobre Estudios Patrísticos, que se estableció en los años sesenta y que llevó a cabo un trabajo de investigación sobre el tratado de San Basilio de Cesárea sobre el Espíritu Santo y las cuatro epístolas de Anastasio de Alejandría a Serapión de Thmuis sobre la divinidad del Espíritu.

Actualmente quisiera presentar las dos propuestas concretas siguientes:

Que se inicie un estudio para demostrar la relación intrínseca, en espíritu y letra, que existe entre los primeros maestros y testigos y las Sagradas Escrituras

Que se reflexione sobre la idea de que todo documento ecuménico significativo se complemente con un estudio patrístico pertinente. Para dicho propósito, se deberían crear grupos de eruditos encargados de la elaboración de los documentos patrísticos complementarios. En estos documentos, las cuestiones ecuménicas sobre las que se enfoca la atención, deberían examinarse desde el punto de vista de los primeros maestros y testigos.


San Juan Crisóstomo


Por una parte, estas iniciativas facilitarían la lectura de los documentos ecuménicos para las iglesias que se basan en la palabra de la Iglesia primitiva. Por otra parte, las iglesias que no se centran explícitamente en torno al patrimonio común tendrían una visión más amplia sobre distintas cuestiones teológicas. Creo que los conceptos patrísticos pueden aportar a toda la familia ecuménica una perspectiva más amplia sobre la relación que une la Palabra de Dios con el pasado, el presente y la realización escatológica de la Iglesia.

*Por el Archimandrita Dr. Kiril Hovorun. Consejo Mundial de las Iglesias. Comisión plenaria, Creta 2009.
La Comisión ortodoxa-católica analiza el papel del obispo de Roma

En una reunión celebrada en Pafos, Chipre, en medio de protestas de radicales

PAFOS (CHIPRE), viernes, 23 de octubre, de 2009 (ZENIT.org).- La reunión celebrada del 16 al 23 de octubre de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, en Pafos, Chipre, ha avanzado en la reflexión común sobre el argumento decisivo para volver a encontrar la unidad: el papel del obispo de Roma.



Benedicto XVI con el presidente de Chipre, Dimitris Christofias

El ambiente de serenidad de la reunión quedó alterado por las manifestaciones de protesta de radicales ortodoxos contra el diálogo con la Iglesia católica, en las que la Policía de Chipre arrestó a cuatro ciudadanos y dos monjes del Monastero di Stavrovunio, según confirma Amen.gr.

Un comunicado conjunto enviado por los organizadores tras la reunión confirma que en este encuentro se ha avanzado en la redacción de un documento conjunto sobre el tema "El papel del obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio".

El documento se basa en un borrador preparado por un Comité ortodoxo-católico, que se reunió en la isla de Creta, en Grecia, el año pasado.


El arzobispo Hilarion Volokolamsky con el Primado de la Iglesia Ortodoxa de Chipre

"Durante esta reunión plenaria, la Comisión ha analizado con mucha atención y enmendado el borrador del Comité mixto de coordinación, y decidió completar su trabajo sobre el texto el próximo año, convocando una nueva reunión de la Comisión Mixta", señala la nota.

Este documento responde a la petición que lanzó Juan Pablo II en su encíclica "Ut unum sint" sobre el "compromiso ecuménico" (25 de mayo de 1995) en la que proponía "encontrar una forma de ejercicio del primado que, sin renunciar de ningún modo a lo esencial de su misión, se abra a una situación nueva" (n. 95).


Mosaico del siglo VI que representa a la Madre de Dios y a los Arcángeles Miguel y Gabriel.

Esto es posible, añadía, pues "durante un milenio los cristianos estuvieron unidos por la comunión fraterna de fe y vida sacramental, siendo la Sede Romana, con el consentimiento común, la que moderaba cuando surgían disensiones entre ellas en materia de fe o de disciplina", recordaba.

El mismo Papa Karol Wojtyla invitó a buscar, "por supuesto juntos, las formas con las que este ministerio pueda realizar un servicio de fe y de amor reconocido por unos y otros".


El Arzobispo Hilarion visitó el monasterio de la Santa Cruz, del siglo IV.

En la reunión de Pafos asistieron veinte representantes católicos y estuvieron representadas todas las Iglesias ortodoxas:
Constantinopla, Alejandría, Antioquía, Jerusalén, Moscú, Serbia, Rumania, Patriarcado de Georgia, Chipre, Grecia, Polonia, la Iglesia Ortodoxa de Albania y la Iglesia Ortodoxa de Chequia y de Eslovaquia. No asistió la de Bulgaria.

La Iglesia Ortodoxa Rusa estuvo representada por una delegación encabezada por el Presidente del Departamento de Relaciones Eclesiásticas Exteriores del Patriarcado de Moscú, el arzobispo Hilarion Volokolamskoye. La delegación también incluyó al secretario DECR de inter-relaciones cristianas arcipreste Igor Vyzhanov.

En Pafos, los miembros de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia Católica Romana y la Iglesia Ortodoxa ha visto el documento "El papel del obispo de Roma en la comunión eclesial del primer milenio". Al final de esta sesión plenaria se consideró sólo una parte del documento. Por decisión de los participantes en el diálogo, el trabajo conjunto sobre el texto continuará en la próxima reunión de la Comisión Mixta, que se celebrará en septiembre de 2010 en Viena, Austria.




El metropolita de Pérgamo, Ioannis Zizioulas.

La Comisión trabajó bajo la guía de dos co-presidentes: en representación católica, el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos; en representación ortodoxa el metropolita de Pérgamo, Ioannis Zizioulas. El sábado 17 de octubre, los co-presidentes y otros participantes, entre los que se encontraba el cardenal argentino Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, fueron recibidos en el palacio presidencial por el presidente de Chipre, Dimitris Christofias, quien expresó su esperanza en este "importante diálogo para un mundo todavía dividido, como le sucede al mismo Chipre, y expresó sus mejores deseos para el progreso en la comunión entre las dos Iglesias en el futuro".

El cardenal Walter Kasper

Según se ha explicado en el comunicado final, los representantes ortodoxos "discutieron entre otras cosas sobre las reacciones negativas al diálogo por parte de algunos grupos ortodoxos, y las consideraron unánimemente como totalmente injustificables e inaceptables, pues presentan información falsa y que crea confusión". "Todos los miembros ortodoxos de la Comisión reafirmaron que el diálogo continúa con la decisión de todas las Iglesias ortodoxas y avanza con fidelidad a la Verdad y a la Tradición de la Iglesia". Según el portavoz de la Policía, el comisario superior Miguel Katsunotós, los arrestados ocuparon la capilla de San Jorge que se encuentra en la sede de Pafos en la que tuvieron lugar las sesiones de trabajo de la Comisión ortodoxa-católica, propiedad del ayuntamiento de Pafos. Precedentemente el mismo jefe de la Iglesia ortodoxa en la ciudad, el metropolita Jorge, había entrado a la capilla para tratar de convencer a los manifestantes a liberar el lugar sagrado.

Por su parte, los representantes católicos, informa el comunicado, consideraron el borrador sobre el primado del obispo de Roma "como una buena base para nuestro trabajo y confirmaron la intención de continuar el diálogo con confianza, mutua, en obediencia a la voluntad del Señor".


El cardenal argentino Leonardo Sandri.

La Comisión mixta, instituida por el papa Juan Pablo II y el patriarca ecuménico Demetrio I, el 30 de noviembre de 1979, en Estambul, en la fiesta de San Andrés (Patrono de la Iglesia de Constantinopla), empezó su camino en 1980 y reanudó su trabajo en 2006, tras un paréntesis de seis años, debido a divergencias.


Cardenal Kasper: con los ortodoxos, “pequeños pasos en buena dirección”

Al término de la reunión de la Comisión conjunta en Chipre

ROMA, jueves 29 de octubre de 2009 (ZENIT.org).- La XI reunión de la Comisión Conjunta Internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, celebrada en Paphos (Chipre) del 16 al 23 de octubre sobre el tema “El papel del obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio”, ha permitido realizar “pequeños pasos adelante en la dirección correcta”.

Asó lo afirmó el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos y co-presidente de la Comisión, en declaraciones hoy a Radio Vaticano, subrayando que “los pasos son pequeños y lentos” precisamente porque el argumento de la discusión es grave; “una cuestión muy compleja, un tema que tiene un peso emotivo desde hace mucho siglos”.



Cardenal Walter Kasper

“Lo que es importante, sin embargo, es que – a pesar de manifestaciones contrarias que ha habido por parte de algunos exponentes, sobre todo de la Iglesia de Grecia – todos los representantes ortodoxos han decidido que continúe el diálogo”, observó.

“Las relaciones entre los miembros católicos y ortodoxos de la Comisión han sido muy buenos, amistosos y serenos”, añadió, anunciando con satisfacción que este organismo volverá a encontrarse el próximo año en Viena para proseguir el diálogo.

Por su parte, el metropolita de Pérgamo Ioannis Zizioulas, co-presidente de la Comisión por la parte ortodoxa, declaró que “la cuestión del primado es un problema eclesiológico”, y dado que la eclesiología forma parte de la dogmática, es “una cuestión de fe”.


Benedicto XVI con el metropolita de Pérgamo, Ioannis Zizioulas


“En nuestras experiencias de diálogo teológico, con los precalcedoneses o los vetero-católicos porejemplo, nos muestran que un acuerdo sobre otras cuestiones dogmáticas no sirven para nada si no hay una concordancia en los fundamentos de la eclesiología”, explicó en una entrevista a la agencia de prensa ateniense y macedonia Apa-Apm, citada por L'Osservatore Romano.

En las relaciones entre católicos y ortodoxos, la cuestión del primado “ha tenido el más trágico de los papeles” y “ha creado los mayores problemas (cruzadas, uniatismo)”, admitió, afirmando que “la conciliaridad es una condición preliminar del primado”.

Frente a las acusaciones lanzadas desde algunos ambientes ortodoxos de “cesión” hacia la Iglesia católica por el simple hecho de llevar adelante un diálogo constructivo, el metropolita observó que es “injusto y erróneo” cebarse contra el Patriarcado ecuménico, ya que el diálogo se lleva a cabo con la decisión unánime de todas las Iglesias ortodoxas”.

El diálogo teológico entre la Iglesia ortodoxa y la católica, recordó, es el más importante entre todos los emprendidos oficialmente por la Iglesia ortodoxa con los heterodoxos, “pero al mismo tiempo, por ciertas situaciones, el más tormentoso”.

Ioannis Zizioulas exhortó por tanto a “trabajar sin cesar en la dirección de la fe que se nos ha transmitido para realizar la oración cotidiana por la unión de todos nosotros”, observando que “si no lo hacemos o si lo hacemos en detrimento de la fe de nuestros Padres, seremos deudores ante Dios”.

En el encuentro de Paphos participaron 20 delegados por la parte católica – con algunas ausencias a causa de compromisos en el Sínodo de los Obispos para África o por razones de salud – y 24 delegados en representación de todas las Iglesias ortodoxas excepto el Patriarcado de Bulgaria.

La sesión de 2010 en Viena tendrá lugar del 20 al 27 de septiembre y será hospedada por el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de la ciudad.


Catolicos y ortodoxos debaten cómo ejercer un papado para ambos.

10 octubre 2009

Los rusos están abiertos a que les hablen de Dios

Gabriela Santa María es chilena, pedagoga en historia y numeraria del Opus Dei, partió el 2007 a Moscú con las primeras mujeres que empezaron la labor en Rusia. La gente la ha sorprendido por su cariño y profundidad espiritual.

06 de octubre de 2009

“Vinimos a Rusia a aprender de los rusos y a hacernos rusas fomentando lo que nos une con la gente que no conoce a Dios".

Después de vivir siete años en Roma, donde se licenció en Teología y comenzó un doctorado en Historia de la Iglesia Gabriela partió a Moscú. “Llegamos hace dos años, en septiembre, cuenta Gabriela. No hacía mucho frío porque estaba terminando el verano y empezando el otoño. Encontramos un departamento muy bonito y lo primero que hicimos fue instalar el oratorio. Tenemos un living bastante amplio, donde empezamos las primeras actividades con chicas que fuimos conociendo en las clases de ruso, en la Universidad o a través de personas conocidas que habían vivido en Moscú.

Llegaban a nuestra casa a conversar con nosotras y así ayudarnos con el idioma. La cocina se transformó en el punto de reunión y se hicieron famosas las comidas internacionales que preparábamos las de casa (dos brasileras, tres españolas, dos chilenas, una austriaca y una francesa) y las rusas, que aportaban sus platos típicos. Así nos fuimos haciendo amigas y aprendiendo la cultura del país.”




Cuando se dan cuenta de que estás ahí para ayudarles, para vivir con ellos, para ser rusa, lo agradecen mucho.

“La acogida que hemos tenido ha sido extraordinariamente positiva, afirma Gabriela, porque a pesar de haber vivido 70 años de comunismo, la gente es muy religiosa. Al hablar con las personas, se nota que han sufrido mucho y por eso mismo son profundas y con sentido de lo trascendente. Tienen una apertura total a que les hablen de Dios, de la Fe. Por eso, gracias a Dios, pudimos empezar desde el principio teniendo clases de formación religiosa y meditaciones (media hora de oración en el oratorio guiada por un sacerdote).

La mayoría de los rusos tiene un nivel cultural muy alto. Generalmente, tocan un instrumento, son grandes lectores, saben de filosofía. Por eso es fácil hablar temas de fondo. También quieren sacar adelante su país y cuando se dan cuenta de que estás ahí para ayudarles, para vivir con ellos, para ser rusa, lo agradecen mucho.”

Gaby confiesa que por una parte ha tenido mucha ayuda del Cielo, porque desde que llegó se sintió parte del lugar. También le ha ayudado el consejo de San Josemaría a los que partían a otros países a hacer el Opus Dei: ir a aprender.


Gabriela en la calle vestida para el frío como una rusa más.

Me he ido haciendo rusa poco a poco

“Nosotras vinimos a Rusia a aprender de los rusos y a hacernos rusas fomentando lo que nos une con la gente que no conoce a Dios, con los ortodoxos, con los católicos. Al ser una cultura tan rica, tan novedosa, ha sido fácil aprender de ellos, que son muy acogedores. Poco a poco uno se va haciendo a la comida, a la cultura, a los temas de conversación, a la ciudad, que es grande y bonita. El metro es una maravilla y si uno se pierde al principio, después se orienta sin problema. Me he ido haciendo rusa poco a poco, siempre con la idea de fondo de asimilarme al país aprendiendo de ellos. ”

Ese mismo espíritu tienen las nueve jóvenes de distintas nacionalidades y profesiones que viven en su casa. Varias de ellas son profesoras y la mayoría ya se ha instalado profesionalmente: una trabaja en el colegio alemán de Moscú, otra en un instituto de idiomas y una tercera, en una embajada. Al principio, sólo se dedicaron a aprender el idioma, que no es fácil, porque tiene otra semántica y otra escritura: el cirílico. “Poco a poco lo vas aprendiendo, dice Gaby, pero al principio comprábamos cebollas en vez de papas. Al llegar a la casa, nos moríamos de la risa contando nuestras equivocaciones.

Ya domino más o menos el ruso, pero se necesitan 3 años para hablarlo correctamente. Cuando la gente ve que uno se esfuerza tiene mucha paciencia. Varias personas hablan inglés también y eso ayuda. Pero lo importante es lanzarse cuanto antes con el ruso para poderles hablar en su propio idioma, lo que valoran mucho.”

Fuera de los medios de formación espiritual, Gabriela está convencida que lo más importante es la amistad. “Hacerse muy amiga de la gente, conocerla, quererla y poder aportarles y que ellas también aporten todo lo que tienen.”


En un paseo por Moscú

Queremos crear grupos de orientación familiar entre los moscovitas

De ahí ha surgido la necesidad de trabajar en proyectos más importantes de ayuda a la familia “que está bastante desprotegida. Organizamos dos cursos de orientación familiar, uno en junio del año pasado y otro en enero de este año, en un Centro Cultural de la zona céntrica de Moscú. Llegaron muchos matrimonios. A raíz del interés demostrado, pensamos ir creando grupos de orientación familiar entre los mismos moscovitas porque existe una carencia muy grande en temas como la educación de los hijos o las relaciones entre marido y mujer y la gente agradece enormemente la ayuda que puedan recibir. Esperamos dar dos cursos sobre conciliación familia y trabajo durante este año.”

Otros proyectos son la búsqueda e instalación de un centro definitivo en Moscú y también viajar con más frecuencia a San Petersburgo para empezar allí algún medio de formación estable. Estos planes los han puesto en manos de la Virgen de Fátima, cuyo icono, realizado por sacerdotes agregados del Opus Dei, se venera en la Iglesia san Juan Bautista de Pushkin, una ciudad ubicada a 30 kilómetros de San Petersburgo.



“Descubrir que se puede ser santo en la vida ordinaria, que se puede encontrar a Dios en las cosas corrientes, en las actividades de cada día" abre amplios y novedosos horizontes que la gente va asimilando muy bien porque lo necesita, dice Gabriela. Una joven traductora que empezó a asistir a los cursos de formación espiritual me decía: "pienso que el Opus Dei es todo lo que necesita mi alma porque es lo que me permite llevar a Dios en todo lo que hago. ¡Qué impresionante es que yo pueda llevar a Dios al traducir unos papeles o al hacer una traducción simultánea: puedo estar haciéndome santa y hacer apostolado también”.