27 agosto 2010

«El pueblo ruso ha sufrido mucho y necesita alegría y esperanza»*




El sacerdote Juan Manuel Sánchez García, natural de Albacete, partirá el sábado 28 de agosto de 2010 a San Petersburgo, destino en el que pasará sus próximos tres años. El joven sacerdote albaceteño se incorporará a un equipo formado por otros dos curas españoles que atienden dos parroquias católicas en San Petersburgo, donde escasean los sacerdotes católicos. Tras siete años al servicio de la Iglesia en Madridejos (Toledo), Juan Manuel ha decidido dar un giro de ciento ochenta grados a su vida viajando a Rusia, donde permanecerá en principio tres años, aunque una vez cumplido el contrato se podrá renovar por más tiempo. Su objetivo es «llevar la alegría y la esperanza a la población rusa».


¿Por qué motivo se marcha a Rusia?

El motivo es el ayudar. Allí tienen mucha necesidad de sacerdotes. Hay otros dos sacerdotes españoles trabajando desde hace ocho años, y llevan todo ese tiempo esperando a un tercero, y al final soy yo el que va para allá a echarles una mano para atender dos parroquias en San Petersburgo, una en Pushkin, otra en Kolpino y para trabajar también en la República de Komi. Esta República, al norte, cerca del Círculo Polar Ártico, tiene casi la misma extensión que España y no tiene ni una sola Iglesia católica ni tampoco sacerdotes. Se atendía una vez al mes, y a partir de ahora en lugar de ir uno podremos ir dos. Ha sido esa necesidad de sacerdotes la que me ha llevado a tomar esta decisión.


¿Le ha costado decidirse?

No me ha costado mucho tomar la decisión porque mi idea siempre ha sido salir fuera de España donde pudiera trabajar sacerdotalmente con más intensidad y prestar mis servicios en un sitio donde tuviesen más necesidad de sacerdotes.

Hace un año que me lo propusieron y tardé poco tiempo en decir que sí. En Navidad estuve allí doce días, y al volver ya di el sí definitivo. Yo miraba hacia Rusia desde hace tiempo, porque hace unos años estuve a punto de irme a vivir a Kazajkstán.


¿Se siente preparado para el cambio?

No voy con miedo pero sí un poco asustado ante la nueva situación del idioma, la cultura, la mentalidad... Es un país totalmente distinto al nuestro y eso me impone, y no termino de verme preparado en ese aspecto. Yo siempre digo que Dios me ha metido en este lío, por eso no tengo miedo porque él me ayudara a sacarlo adelante.


¿Se ha preparado de algún modo para la vida en Rusia?

Llevo varios meses estudiando el idioma ruso y aunque hablo muy poquito creo que el hecho de conocer el abecedario y leer ya es un primer paso importante. Este año voy a estar todo el tiempo estudiando el idioma para poder ser más eficaz y poder contactar con mis parroquianos y otras muchas personas de bien que se crucen en mi camino.


¿Conoce a los sacerdotes que ya están allí?

En mi estancia de 12 días en la pasada Navidad vi su alegría y me comentaron cómo se han ido abriendo paso en las muchas dificultades que han tenido. Tienen unas parroquias con una gran vitalidad y se nota la acción divina en los distintos hitos por los que han pasado. A D. Alejandro ya le conocía, porque coincidí con él el verano pasado.


¿Ellos le han hecho alguna recomendación?

Me han dicho que no tenga miedo porque voy a estar 'cuidado'. Ellos ya manejan perfectamente el idioma y conocen la situación de la vida rusa y estarán pendientes de mí hasta que me acople al país.


A nivel personal, ¿qué espera de este proyecto?

Poder llevar el mensaje de alegría y esperanza al pueblo ruso, un pueblo que ha sufrido mucho. Espero llevarles el Evangelio de Jesucristo y ayudarles a vivir desde la gracia y la alegría.


¿Qué tipos de necesidades tienen allí?

Son mayores que en España porque Rusia es un país muy pobre y de muchos contrastes. La Iglesia Católica allí es muy pobre y nuestra labor pastoral se sostiene gracias a los donativos que llegan desde España.


¿Se marcha con billete de vuelta?

El contrato es de tres años. Una vez cumplido, si ninguna de las tres partes que hemos firmado dice nada, se renueva automáticamente por otros tres años.


¿Cómo reaccionó su familia ante esta noticia?

Regular pensando en la lejanía. Llevo siete años siendo sacerdote y he estado en un pueblo de Toledo, Madridejos, a hora y media de Albacete. Este cambio supone estar muy lejos y venir a casa una vez al año, y a ellos les cuesta entenderlo porque les gustaría tenerme cerca. Me perderé algunas reuniones familiares, pero esto forma parte de la llamada de Dios.

*Cfr.MARÍA BELÉN BELOTTO
http://www.laverdad.es/albacete

1 comentario:

Miriam dijo...

Anima mucho ver tanta entrega.
Gracias