27 mayo 2011


La procesión del Corpus Christi de 1918 en San Petersburgo

Un momento histórico


La procesión del Corpus Christi de 1918 en San Petersburgo.


A principios de siglo XX, antes de la Revolución Comunista, los católicos que habitaban en San Petersburgo, entonces Petrogrado, era el 7% de la población total, porcentaje muy alto en relación con el total de la Rusia zarista. Estas fotografías históricas son únicas para comprender la necesidad de recuperar para la Iglesia esas antiguas familias católicas.

Teniendo en cuenta que una imagen vale mas que mil palabras, mostramos unas muy elocuentes de la procesión del Corpus que recorrió las calles de San Petersburgo el día 30 de Mayo de 1918. Pocos meses después empezaría la persecución leninista que acabó con el gran florecimiento católico de inicios del siglo pasado en la capital del Imperio Ruso.


7% de católicos había en Petrogrado antes de la revolución bolchevique.


En 1917 ya una procesión multitudinaria había recorrido las calles de San Petersburgo el 4 de Junio, pero parece que en esa ocasión no se llevó en procesión el Santísimo Sacramento. En esa primera manifestación pública de fervor cristiano participaron también miles de católicos. Llamaba la atención la participación de sacerdotes del rito latino y del rito bizantino y la presencia de muchos soldados católicos.

La procesión del Corpus de 1918 fue organizada también por el sacerdote decano de la ciudad, prelado Budkevich, hoy en proceso de beatificación ya que murió fusilado por los bolcheviques en marzo de 1923. En esta procesión participaron el Arzobispo Ropp, el siervo de Dios Obispo Jan Cieplak y el beato Exarca de rito católico bizantino Fedorov. La procesión arrancaba de dos diferentes lugares: la Iglesia de Santa Catalina, en la Avenida Nevskiy, centro neurálgico de la ciudad y la concatedral católica de la Asunción. Ambas columnas se unían para celebrar la Santa Misa en el cementerio católico junto a la Iglesia de la Visitación de María.


La procesión comenzaba en la Iglesia de Santa Catalina.


La participación fue impresionantemente numerosa: algunas fuentes hablan de 40.000 participantes, lo cual significaría un poco más de la mitad de los católicos residentes en aquel momento en Petrogrado.

El significado de esta procesión es también muy importante pues muestra el inmenso crecimiento del catolicismo en Rusia a principios del siglo XX, especialmente después de la Ley de Libertad Religiosa de Nicolas II promulgada en 1907. Algunos pensaban que por fin había llegado el momento de la libertad para los católicos en Rusia, pero se equivocaron.

La procesión fue el principio del fin. Por eso algunos denominan a esta procesión el Domingo de Ramos de la Iglesia Católica en Rusia. Fue un momento de gloria. Muy poco después, comenzó la pasión. En 1938 solo quedaría en San Petersburgo una iglesia católica abierta a la que acudirían unas pocas decenas de católicos.

Transcribo a continuación el testimonio del sacerdote Francisk Rutkovskiy que participó en la procesión. El testimonio está tomado de una biografía que este sacerdote escribió sobre el obispo Cepliak y por eso se refiere especialmente a él:


La procesión iba por las Avenidas Nevskiy y Lineyniy.


«Antes de que el mal comenzase a imponerse, los católicos de Petersburgo vivieron todavía un momento solemne y alegre para la Iglesia. El 30 de Mayo de 1918 por primera vez en la historia de esta ciudad, la procesión del Corpus Christi recorrió sus calles. Cristo, bajo la especie del pan, en el esplendor de su majestad, como Vencedor, daba su bendición al mundo. La procesión comenzaba en la Iglesia de Santa Catalina e iba por las Avenidas Nevskiy y Lineyniy hasta la iglesia del cementerio Viborgskiy.


1918: Petrogrado (San Petersburgo).


Salieron el clero de ambos ritos, los profesores de la Academia de Teología con el rector a la cabeza, muy despacio desfilaban las diversas Ordenes vestidas con sus hábitos, seguía la corriente de la multitud de la gente, desfilaban las hermandades, las diversas asociaciones civiles, las agrupaciones sociales, se oía el rumor de los estandartes, por doquier se derramaban las flores. Desfilaban en mayor número los polacos, y con ellos los bielorrusos, los lituanos, los letones, los rusos catolicos: allí estaba todo el Petersburgo católico, y el cielo inundado por la luz del sol fue golpeado por el majestuoso himno “Para Ti la gloria”.

Cantaban acompañados de la orquesta de la parroquia de Santa Catalina. Y, junto con la procesión y los cantos, todo era traspasado por la profunda corriente de un hondo y aquietado silencio, como un soplo ondulado y Crístico de paz y amor. Y tan grande era la majestad de esta marcha que todos los concurrentes cayeron de rodillas, se quitaron los sombreros y con admiración contemplaron la escena incomprensible y jamás vista que tenían ante sí: la unión de los ritos y de las nacionalidades bajo un solo pastor y un solo orden. Ni uno solo de los participantes se atrevía a resollar, al contemplar a tantos como caminaban en estas filas, ni uno solo de ellos, movido por el odio, se tapó la mirada ante el resplandor que emanaba de esta luminosa muchedumbre.


Allí estaba todo el Petersburgo católico.


Presidia la muchedumbre el nuevo ordinario de la Diócesis de Moguilev, metropolita Ropp. El Obispo Cepliak caminaba cerca del baldaquino, silencioso y recogido en oración. Se cumplian sus sueños, veía los ejercitos de Cristo, extendidos más allá de las murallas de los templos...

La procesión terminó. La solemne Santa Misa se celebró bajo el cielo abierto. Ante el altar del cementerio Viborgskiy estuvo mucho tiempo de rodillas un anciano canoso, con la cabeza agachada, en silencio derramando lágrimas, dando gracias al Dios Escondido y triunfante.

El anciano regreso triste y pensativo. Puede ser que en la hora de las muchedumbres triunfales y de los alegres Hosanna el ya preveia su Vía Crucis, por el cual dentro de poco iba a caminar. Él ya no hace cabeza en la Archidiocesis, pero debe, como sufragáneo y ayudante del Ordinario, soportar el peso de los acontecimientos que inexorablemente iran sucediendose”.

O. Aleksandr Burgos


La procesión del Corpus Christi de 2011 en San Petersburgo.


Procesión Eucarística por las calles de Nueva York.

22 mayo 2011

Tsarskoe Selo, 13 de Mayo de 2011

Querido amigo:

Confiando en la intercesión de la Santísima Virgen de Fátima, que tanto ama a Rusia y cuya fiesta celebramos hoy,te escribimos esta carta, con la bendición del Arzobispo católico de Moscú, para pedir tu ayuda personal para reconstruir el altar parroquial y poner un sagrario en nuestra parroquia católica rusa.

Somos tres sacerdotes que desde hace ocho años trabajamos en Rusia en la parroquia de San Juan Bautista en Tsarskoe Selo (San Petersburgo). Nuestra parroquia fue construida en 1825. Era un templo bellísimo. En 1938 fue cerrado y convertido en pabellón ciclista. Los preciosos frescos que adornaban las paredes fueron pintados de verde, el presbiterio fue destrozado, los altares, cuadros, cruces y esculturas que la adornaban, fueron destruidos o repartidos por oficinas y museos. En los años 80 fue transformada en sala de conciertos.





Durante ocho años hemos procurado sobre todo formar una comunidad parroquial, sin hacer grandes obras en el templo, o mejor dicho, haciendo nosotros mismos con ayuda de voluntarios muchas pequeñas obras que han transformado el templo dándole un poco de ambiente sagrado.

Ahora nos parece que ha llegado ya el momento de que la Iglesia comience a parecer de verdad una Iglesia. Para eso necesitamos hacer una obra grande: hace falta quitar el escenario de la sala de conciertos y en su lugar poner un altar, una sede, un ambón, lámparas que no parezcan quitadas de la cocina, algun cuadro y sobre todo un sagrario que nos gustaria fuese de verdad digno del Señor y también que permitiese disfrutar a la gente de un poco de belleza despues de tanto sufrimiento e injusto despojo.

El costo de todo esta obra va a ascender a 150.000 Euros. Los fieles de nuestra parroquia son generosos, pero la revolución comunista destrozó el floreciente catolicismo ruso de principios del siglo XX y ahora somos demasiados pocos.

Necesitamos 3.000 personas que nos envien 50 Euros. Querrías tú ser uno de ellos? O quizá tambien podrías ser una de las personas que nos enviaran 1000 Euros, teniendo en cuenta que es difícil encontrar tanta gente dispuesta a colaborar.

Que el Señor bendiga tu generosa aportación


Otets Aleksandr, Otets Francisk y Otets Ioann.



P.S.- Los donativos se pueden enviar a la Asociación que hemos creado en España para recibir ayudas, la “Asociación de Amigos de Rusia “San Nicolas””. Su cuenta corriente es 0049/4625/71/2316315171. IBAN ES44 0049 4625 7123 1631 5171 SWFT CODE ( BIC) : BSCHESMM
En la web de nuestra parroquia y en el blog de la Asociación iremos dando cuenta del dinero recibido. Si tienes alguna pregunta puedes escribir a O. Aleksandr Burgos Prijod Sviatogo Ioanna Kristitelia Ulitsa Dvortsovaia 15 196601 Tsarskoe Selo Sankt Petersburg Rusia Telf.//Fax.- +7/812/4516840 (parroquia)E-mail:beliykamen@gmail.com . También a través de nuestra primera web
En facebook tengo dos cuentas: Otets Aleksandr Burgos y Otets Aleksandr Burgos


Esto es lo último que tenemos grabado en vídeo.

Os enseñamos el apartamento donde vivimos y parte de la iglesia parroquial.

Aquí se puede ver nuestra parroquia. El audio y los letreros están en ruso.
La Iglesia de San Juan Bautista en Tsárskoie Selo - una de las más antiguas iglesias católicas en Rusia- fue diseñada y construida por los más grandes maestros del siglo XIX. En las paredes de la iglesia se pusieron frescos para recordar unas cuantas generaciones de la familia imperial zarista, y los mejores personajes relacionados con la historia y la cultura rusas. El templo sobrevivió en los tiempos de la revolución comunista con la destrucción universal de las iglesias, y también se mantuvo en pie durante la II Guerra Mundial. Hoy en día, el edificio ha vuelto a su fin para el que fue construido.



в сан диакона Александра Конева.

25 июня в храме Успения Пресвятой Девы Марии в Санкт-Петербурге в сан диакона был рукоположен выпускник католической высшей духовной семинарии «Мария - Царица Апостолов» Александр Конев.

El 25 de junio de 2011 en la iglesia de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María en San Petersburgo, fue ordenado diácono Alexander Konev, un graduado del Seminario Mayor Católico "María Reina de los Apóstoles" . El sacramento del Orden lo administró el arzobispo de Moscú, Mons.Paolo Pezzi.

Escudo Episcopal de Mons. José Luis Mumbiela, Obispo de Almaty, Kazajstán

Hace unos días Mons. Mumbiela explicó el significado de su escudo a unos feligreses. Pongo a continuación lo que nos dijo.




Escudo Episcopal de Mons. José Luis Mumbiela, Obispo de Almaty, Kazajstán.




En la parte central, ocupando el mayor espacio, está el buen pastor con una oveja sobre sus hombros: es Jesús, el buen Jesús, que nos lleva a nosotros sobre los hombros, nos cura si hemos enfermado, nos defiende con su callado contra el lobo y demás animales feroces. Es de color dorado, porque el buen pastor es el verdadero золотой человек, orgullo de Kazasjtán.

La flor de la izquierda es de un lirio. Con ella se representa en la iconografía religiosa a San José, y se resalta su pureza.

La flor de la derecha es una rosa azul. Representa a la Virgen María. La rosa azul es el sueño de los alquimistas y de muchos sabios de la antigüedad. Un sueño, un deseo que nunca han conseguido hacer realidad. Los japoneses han anunciado que algún día conseguirán producir una rosa azul, pero es imposible: la rosa carece del pigmento que se necesita para obtener el color azul. Hay rosas rojas, rosas rosas, rosas blancas, pero no rosas azules.

En la literatura china, y también de Grecia y del antiguo Egipto hay relatos fantásticos relacionados con la rosa azul, con su belleza inigualable. Se la califica como la más hermosa de todas las flores, como el sueño dorado de los príncipes, como una belleza tan sublime que nos hace participar del cielo ya en la tierra… Pero siempre se recalca que esa belleza, que esa perfección desgraciadamente es inalcanzable. Por eso la rosa azul es el símbolo de lo inalcanzable, de lo que es tan hermoso que queda fuera de nuestro ámbito.

Cuenta una antigua leyenda que el rey de Persia quería dar a su hija en matrimonio a alguno de los príncipes de su país. Pero la princesa no amaba a ninguno de ellos, y ante la insistencia del padre, puso una condición: “me casaré con aquel que me traiga una rosa azul”. Todos los príncipes se pusieron a buscar la rosa azul, preguntaron a los alquimistas, ofrecieron dinero a los sabios del país, viajaron a países remotos, pero todo fue en vano: nadie pudo encontrar la rosa azul. Sin embargo había un joven que se había enamorado de la princesa, pero no tenía ningún título nobiliario que ofrecer al rey, ni tampoco fortuna. Solamente tocaba la guitarra y cantaba. La princesa escuchó sus cantos, vio que era un joven de buen corazón, y se enamoró de él. Cuando le dijo a su padre que quería casarse con ese joven, el rey se opuso: “sólo se lo concederé si cumple la condición que tú misma pusiste, si te trae una rosa azul”. El joven fue al jardín, cortó una rosa sencilla y la presentó a la princesa. “Esta es la rosa azul que yo deseaba, padre”, dijo la princesa, “este es el amor puro con que yo soñaba”.

Otra leyenda narra que una dama estaba enamorada de un joven, pero este joven se sentía indigno de casarse con ella, así que decidió hacerse soldado, ir a la guerra, y convertirse en una persona importante. “Me iré a la guerra, llegaré a ser general, y regresaré. Espérame, volveré, y nos casaremos”, le pidió. Pasó el tiempo, y no regresaba. El padre de esta dama supo que el soldado se había quedado a vivir en tierras lejanas, se había casado, y había olvidado a su hija. Para no aumentar su dolor, le dijo que tenía noticias de que el joven había muerto heroicamente en una batalla. La joven lloraba y lloraba. Lloraba y lloraba. Nadie podía consolarla. Tanto lloraba, que ni siquiera comía, y enfermó. La muerte estaba ya cercana. El padre muy preocupado, buscaba la forma de consolar a su hija. Oyó decir que en Грузии есть один старец había un santo y sabio, que podría dar el consejo necesario para salvar a su hija. Recorrió los montes, atravesó los ríos y llegó a donde vivía este sabio starez (anciano, maestro espiritual ). Le explicó que su hija tenía la más extraña enfermedad, que se moría de amor, que se había enamorado de una persona que no le correspondía. “Ven conmigo al jardín”, dijo el starez. “Aquí crece esta flor única, esta rosa azul. Llévasela, que la vea: al contemplar su belleza, todos los otros amores le parecerán nada, los olvidará”. Con mucho cuidado el padre llevó la flor a su hija, y cuando ésta la vio, se quedó prendada por su belleza. El aroma que emanaba era divino; ante la rosa azul, la belleza del joven le parecía insignificante, y efectivamente lo olvidó, recuperó la alegría y volvió a comer. Aquella rosa azul sí era una verdadera belleza, y además no se marchitaba ni envejecía: había encontrado el gran amor de su vida.

Esta es la historia de la rosa azul: el sueño inalcanzable de los hombres. Aquello ante lo cual, todo lo demás se vuelve insignificante. Pues bien, lo que el hombre no puede hacer, lo que es imposible, lo que es un deseo inalcanzable, conseguir una rosa azul, Dios lo hace dos veces: la Inmaculada Concepción de María, y ser Virgen y Madre. Por eso la rosa azul en este escudo representa a la Virgen María.

En el escudo el lirio sale al encuentro de la rosa azul, y viceversa: San José sale al encuentro de Santa María, y Santa María de San José. Y ese amor humano, ese amor limpio y noble, es bendecido por el Espíritu Santo, que es la paloma que aparece en el escudo y está en medio de ellos y por encima. (Aquí Mons. Mumbiela explicó que él le tiene gran devoción a San Josemaría Escrivá de Balaguer, quien unió en su nombre a María y a José, por el gran amor que les tenía). Y fruto de ese amor entre María y José es Jesús, el buen pastor, aunque sabemos que Jesús nació de la Virgen María por obra del Espíritu Santo. El Espíritu Santo da el calor de hogar, la atmósfera de familia, en los hogares cristianos.

Encima de la paloma, tenemos la cruz, y por tanto a Dios Hijo. El Espíritu Santo es fruto de la cruz, viene después de la cruz. Y sobre la cruz está el sombrero, que representa a Dios Padre. Así pues si miramos en vertical tenemos a la Santísima Trinidad, a la Trinidad del Cielo: Padre, Hijo y Espíritu Santo. Y si miramos en el plano horizontal nos encontramos con Jesús, Santa María y San José, que son como la “trinidad” de la tierra.

El Espíritu Santo, la paloma, se sale del marco. No cabe dentro de nuestros limitados horizontes, su acción sobrepasa nuestro entendimiento. El Espíritu Santo hace lo que El quiere, no se sujeta a nuestros pobres planes. Si no fuera así, ya no sería algo divino, sino algo sólo humano.

El color rojo simboliza lo humano, el azul lo divino. El buen pastor tiene mitad en cada lado, porque Jesús es Dios y hombre. Y cada buen pastor, cada persona que intente alcanzar la santidad, debe imitarle en esto: ser muy humano y muy divino a la vez. Tener corazón humano, amar a las personas, para entenderlas, como hizo Jesús, y a la vez tener el corazón lleno de Dios.

El color amarillo representa la inmensa estepa de Kazajstán, que se va llenando de gracia de Dios.

Las palabras del escudo “Abrid completamente las puertas a Cristo” las pronunció Juan Pablo II el día en que fue elegido Papa, y las ha repetido Benedicto XVI el día de la Beatificación y en la Misa de funeral de Juan Pablo II. No dice abrid un poco, sino completamente, sin miedo, totalmente.


Рукоположение в сан священника в Казахстане. Ordenaciones sacerdotales en Astaná, Kazajstán.

31 мая, в праздник Посещения Девой Марией Елизаветы в кафедральном соборе Божьей Матери Неустанной Помощи города Астаны, двоим дьяконам -- Роману Заможневичу и Вадиму Белокопытову -- было уделено таинство рукоположения в священники. Обряд рукоположения совершил архиепископ Томаш Пэта. На торжественной Святой Мессе присутствовало множество священников, а также приглашенные гости, родные и близкие.
Отцы являются гражданами Республики Казахстан, и можно сказать, что Церковь этой страны растет и развивается не только благодаря миссионерам из-за рубежа, но и благодаря местным призваниям. Отец Вадим Белокопытов родом из села Тонкошуровки, а отец Роман Заможневич из Озерного «национального святилища Казахстана», как назвал это место Папа Иоанн Павел II, будучи в Казахстане в 2001 году. И именно здесь, в родном селе, отец Роман возглавил свою первую Святую Мессу.




Himno Nacional de Kazajstán.




18 mayo 2011



Su lema episcopal, "¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!", será su gran desafío como pastor en medio de las estepas kazajas





El pasado 8 de mayo, justo una semana después de la subida a los altares de Juan Pablo II, era consagrado como obispo de Almaty, en Kazajstán, el joven sacerdote de Monzón José Luis Mumbiela, hasta ahora rector del Seminario Interdiocesano de Karaganda. Del nuevo Papa beato ha elegido Mons. Mumbiela su lema episcopal: "¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!" Éste será su gran desafío como pastor en medio de las estepas kazajas, una tierra a la que llegó hace 13 años y que poco a poco se ha ido convirtiendo en la "niña de sus ojos".









Escudo Episcopal de Mons. José Luis Mumbiela, Obispo de Almaty Kazajstán.






Con sólo 41 años, ¿cómo ha vivido su nombramiento como obispo de Almaty, una de las ciudades más importantes de Kazajstán? ¿Qué se le pasa a uno por la cabeza y por el corazón en esos momentos?

He de reconocer que los rumores que corrían antes del nombramiento no me entusiasmaban lo más mínimo, pero cuando la Iglesia te pide un servicio no se lo puedes negar, aunque al inicio te cueste mucho asimilarlo. Con el tiempo, uno se acostumbra a hacer lo que no le apetece cuando Dios se lo pide; y además, descubres, pasado un tiempo, que Él tenía razón. Curiosamente siempre es así: el camino para tu felicidad pasa por el cumplimiento de su voluntad.

¿Con qué expectativas afronta el desafío pastoral que el Papa ahora le propone?

Con la convicción de que sólo con la ayuda de Dios se podrá sacar adelante la misión encomendada. Junto a eso, da alegría saber que Él suele poner al lado los colaboradores necesarios (sacerdotes, religiosas y laicos) para que la obra sea totalmente de Él y como Él quiere. Lo nuestro es procurar "estorbar" lo menos posible.

¿Qué se siente llamado a aportar como pastor diocesano?


Mons. Mumbiela arropado por sus feligreses.


Es difícil adivinarlo al inicio del camino, aunque bien me gustaría resumirlo, como deseo, en las palabras de la famosa oración "haz de mí, Señor, un instrumento de tu paz", poniendo perdón, reconciliación, vida, esperanza, optimismo, fe..., en definitiva "Amor donde no hay amor".

Muchos se preguntarán: ¿qué hace un sacerdote de Monzón en las estepas kazajas? ¿Podría describirnos brevemente su particular "historia de amor" con un pueblo tan distinto al suyo de origen y en el que lleva ya más de 13 años?

Aunque nunca tuve entre mis proyectos y deseos el irme a misiones, sí que tenía claro que el ministerio sacerdotal de un cura diocesano no se agota en los límites geográficos de la propia diócesis, sino que has de tener el corazón y la disponibilidad tan amplios como los horizontes de las necesidades de la Iglesia. Por eso la "historia de amor" arranca de los inicios de mi propia vocación, amándolos antes de conocerlos, deseando servirles antes de saber que un día estaría junto a ellos. Y una vez aquí fue hermoso descubrir las grandes cualidades humanas de estas gentes, su profundo sentido de respeto hacia lo sagrado. No dudo de que el hecho de haber vivido en un seminario internacional durante mi preparación al sacerdocio haya sido un buen "campo de entrenamiento" para estar acostumbrado a convivir con personas muy distintas a mi cultura y lengua. Por otro lado, esta capacidad de convivencia con gente diversa creo que está insertada, o al menos lo debería, en el alma de todo sacerdote, de todo pastor.

¿Qué nos puede decir de la Iglesia y del pueblo que ahora le toca guiar como pastor? ¿Se sienten bien integrados y reconocidos en el contexto de pluralismo religioso que se vive en el país?

Los católicos gozan en la actualidad de una libertad de culto con la que sólo se podía soñar décadas atrás. A nivel oficial la Iglesia católica es considerada una de las religiones "tradicionales" del país, junto con el islam y la iglesia ortodoxa rusa. Este hecho, teniendo en cuenta el pequeño número de creyentes católicos en comparación con el resto, no deja de ser un detalle de gran distinción.

La Iglesia católica afronta en estos tiempos un período de transformación. La imagen (incluso manifestada en las facciones de los rostros según las nacionalidades) de la Iglesia en épocas soviéticas y en los años noventa, está adquiriendo una mayor variedad. La mentalidad de la gente también cambia, así como la situación sociopolítica. Respecto a esto último, de cara al futuro siempre se generan interrogantes, debido a la constante corriente de emigración y a la incógnita acerca de la estabilidad de un sistema que de momento da buenos resultados, pero no sabes cuánto puede durar.

Usted será obispo de Almaty…

La diócesis de Almaty, al sur del país, es la zona donde los kazajos (mayoría de la población) suelen guardar con más afán sus tradiciones, entre ellas la religión islámica. Con todo, se nota la distinta mentalidad de la gente de Almaty (capital económica del país con dos millones de habitantes) del resto de las poblaciones. En Almaty se advierte un carácter más abierto, cosmopolita.

Como pastor de una Iglesia en minoría, ¿cuáles serán sus prioridades al frente de la diócesis de Almaty?








Ante todo, cuidar con más esmero del "pequeño rebaño" a mí encomendado En primer lugar, del clero y las religiosas. La sal, aunque sea pequeña en comparación con el resto de la comida, ha de tener ese sabor especial que la convierte en imprescindible. La sociedad de Kazajstán necesita que esta pequeña "minoría" dé todo el sabor que es capaz de dar. La belleza de nuestra fe atrae por el testimonio gozoso de quienes la compartimos, y los no católicos están, consciente o inconscientemente, esperando la manifestación de una vida según el mensaje de Jesús de Nazaret, una vida que les haga salir de las cadenas que tan frecuentemente les atan a un callejón sin salida en el egoísmo, la venganza, la corrupción, la desesperanza, etc.

Y, evidentemente, la "niña de mis ojos" será la pastoral vocacional. Después de cinco años trabajando en el único seminario para el Asia Central, uno adquiere con más nitidez si cabe la urgente e imperiosa necesidad de que la Iglesia católica en Kazajstán tenga, como pastores, sacerdotes nacidos en estas mismas estepas. Lo mismo cabría decir respecto a las religiosas y otros modos de entrega a Dios en la vida laical.

La imagen de la estepa kazaja, tan inhóspita como gélida, ¿se corresponde con la realidad eclesial de un país fuertemente marcado por su herencia comunista?

Personalmente, contemplando la inmensidad de la estepa en los múltiples viajes que me toca hacer, lo que me impresiona es la serenidad que aporta al espíritu. Sus amplios horizontes invitan a expandir el alma, y la cercanía de la bóveda celeste, que parece que te envuelve, no deja de ser un recuerdo de lo cerca que el "cielo" está de la tierra. No obstante, el comunismo ha dejado ciertamente un sello profundo en el espíritu de estas gentes. En algunas cosas para bien... y en otras no tanto. De todos modos, la rápida evolución política, social y cultural que está viviendo este país desde la disolución de la Unión Soviética lo lleva a un "no se sabe dónde" por lo impredecible del futuro del país.

¿Cómo se vive la fe en Kazajstán?

La fe en Kazajstán... me imagino que se vive como en otros lugares: entre las persecuciones del mundo y los consuelos de Dios. Es una Iglesia en minoría y joven, que tiene que abrirse paso, y crecer, sin esos grandes apoyos "humanos" que son las tradiciones sociales, culturales o incluso familiares en las que la fe cristiana, o más estrictamente católica, se recibe, comparte y transmite de un modo casi connatural. Tal vez por eso Dios nos da una alegría y ayuda especial para disfrutar de nuestra fe; une fe, por otro lado, que, al carecer de esos recursos "sociales", se hace más sencilla, teniendo tal vez la oportunidad de acceder de un modo más directo a lo esencial, al encuentro personal con Él, sin quedarse en lo meramente tradicional, cultural o social, aunque evidentemente estos elementos también constituyen parte importante e irrenunciable de nuestra vivencia de la fe.

¿Cree usted que Asia constituye hoy un continente de gran esperanza para la Iglesia universal?





No sé si sería mejor decir que es precisamente la Iglesia quien se presenta como la garante de la auténtica esperanza para Asia. El continente asiático constituye hasta el momento un gran desafío para la evangelización; una evangelización que comportará, para estos pueblos que están viviendo un período de gran desarrollo (pensemos también en China, la India,...), la oportunidad de encontrarse con unos valores alternativos que les hagan descubrir la riqueza no sólo basada en el petróleo o el comercio, sino en el pleno desarrollo de cada persona humana a la luz del Evangelio. De momento, Asia está necesitada en gran parte por la ayuda de misioneros.

En un contexto como el suyo, con tanta presencia musulmana, así como ortodoxa, ¿cómo se plantean el reto de la evangelización?

Nosotros no jugamos "contra" nadie. Debemos procurar ante todo esforzarnos por adquirir en plenitud el gran tesoro escondido que tenemos en casa, es decir, desarrollar todos los "talentos" de nuestra fe. Lo demás, como dijo Jesús, vendrá por añadidura. La acción evangelizadora ha de ser la consecuencia de una sobreabundancia de esfuerzo personal, con la ayuda de la gracia de Dios, por vivir en plenitud nuestra vocación cristiana. Después, como gustaba repetir Juan Pablo II, la verdad se impone por sí misma.

Marchó en 1998 a Kazajstán por un período inicial de 3 años, pero parece que la cosa se va a alargar bastante más... ¿Qué le ha aportado esta tierra y esta experiencia a su propia vida de fe?



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En la visita de Juan Pablo II a Kazajstán presentan al entonces José Luis Mumbiela, sacerdote, y 11 años después Mons. Mumbiela, es el Obispo de Almaty.


El sentido de mi vida es la vocación sacerdotal a la que Dios me llamó como sacerdote diocesano y en la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz; y el Señor ha querido que el sentido de mi vocación lo encuentre en estas tierras, entre estas gentes. Fácil es comprender, por tanto, que lo que me está aportando el vivir y servir en Kazajstán es precisamente el sentido de mi vida. ¿Verdad que no es poco? ¿Verdad que es para estar agradecido tanto a Dios como a este país?

* * *

"Aperite plene portas Christo!" El lema episcopal de Mons. José Luis Mumbiela son las palabras del beato Juan Pablo II que ponían de manifiesto su gran deseo al inicio de su pontificado y que fueron repetidas, y asumidas, por Benedicto XVI al final de su homilía también en el inicio de su servicio en la cátedra de Pedro: "Aperite plene portas Christo!" (¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!).
*CatalunyaCristiana.com (Entrevista de Samuel Gutiérrez).




Sembradores de paz y de alegría en Kazajstán.


Хосе Луис Мумбиела: Распахните настежь двери Христу!
José Luis Mumbiela: ¡Abrid de par en par las puertas a Cristo!
Jun 22, 2011
Ново рукоположенный епископ Алматы Хосе Луис Мумбиела Сиерра рассказал о своем служении в Казахстане, поделился воспоминаниями о своей первой общине в городе Чимкенте, о времени служения в городе Караганде в качестве ректора семинарии и поделился надеждами и планами своего служения в качестве епископа Алматинской епархии.
«Новое для себя служение я начинаю так же, как начал путь своего призвания: с удивлением и молитвой», -- так свое новое назначение прокомментировал Его Преосвященство Хосе Луис Мумбиела в день хиротонии в Кафедральном соборе Пресвятой Троицы в Алматы.
Избранный епископ Хосе Луис Мумбиела родился в Ллейде (Испания), в 1969 году. В сан священника был рукоположен в 1995 г. Почти три года прослужил в одном из приходов епархии Лерида в качестве викария. Решил служить в Казахстане, после того, как получил приглашение из Ватикана приехать в эту страну. Свое служение в республике Хосе Луис Мумбиела начал в городе Чимкенте на юге Казахстана.
При посвящении в сан епископа Алматы его преосвященство Хосе Луис Мумбиела своим девизом епископского служения избрал лозунг: «Распахните настежь двери Христу». «Распахнуть двери своего человеческого сердца ему - это первый приоритет, - говорит Его Преосвященство Хосе Луис. Чтобы действительно он правил моей жизнью, в первую очередь. По-другому ничего не будет. Потом, остальное будет легче. Если я ему позволяю, чтобы он через меня делал то, что он хочет, чтобы он научил меня быть отцом, чтобы он научил меня быть учителем, пастырем для всех: и католиков и не католиков - для всех. А это не так легко».
Своей важной задачей в епископском служении Его Преосвященство Хосе Луис видит заботу о священниках и монахинях: «Важная задача для меня это заботиться о священниках, о сестрах- монахинях. Они самые важные в жизни епархии. Они помогают людям. Я не могу быть рядом с каждым человеком».
Свои надежды отец-епископ связывает с новыми призваниями: «Важный вопрос для меня - это вопрос о призваниях. К сожалению, в епархии Пресвятой Троицы в Алматы нет местных священников - все они иностранцы. Мечтаю, чтобы епархия имела своих священников. Это мечта. Может быть Господь даст нам священников, а может нет. Но мы будем к этому стремиться».
8 мая 2011 г. в Кафедральном соборе Пресвятой Троицы в Алматы прошла хиротония епископа Хосе Луиса Мумбиелы Сиерры (Jose Luis Mumbiela Sierra). Его высокопреосвященство Хосе Луис Мумбиела был назначен епископом Алматы, после того как Папа Римский Бенедикт XVI принял прошение об отставке епископа Генриха Феофила Хованца, который недавно достиг возрастного предела согласно канонам Римской Церкви.

Процесс хиротонии провел архиепископ Мигель Маури Буэндиа. По окончании торжественной церемонии избранного епископа поздравили его родные и близкие, представители акимата Алматы, священники и монашествующие со всего Казахстана, зарубежные гости, а также иерархи православной церкви Казахстана, теплая встреча, с которыми состоялась уже после торжественной части.

Избранный епископ Хосе Луис Мумбиела Сиерра родился в Ллейде, Испания, в 1969 г. В сан священника был рукоположен в 1995 г. Почти три года прослужил в одном из приходов епархии Лерида в качестве викария. Решил служить в Казахстане, после того, как получил приглашение из Ватикана приехать в эту страну.

Свое новое назначение Его Преосвященство Хосе Луис комментирует: «Новое для себя служение я начинаю также, как начал путь своего призвания: с удивлением и молитвой. Раз Он позвал, пусть Он ведет все это дело. Мой опыт мне подсказывает, что не стоит строить собственные планы: Он должен вести. Я видел некоторые знаки, что это призвание внутри призвания было от Него. Раз это так, то я уверен, что Он постепенно явит мне Свои замыслы. Я же должен быть открыт на новые ситуации, которые раньше мне были незнакомы».

14 mayo 2011

Ordenación episcopal de José Luis Mumbiela, Almaty (Kazajstán)*




El domingo 8 de mayo de 2011, la pequeña y sencilla catedral de Almaty (Kazajstán), se vistió de fiesta para acoger la celebración de la ordenación episcopal de su nuevo obispo, el sacerdote originario de la diócesis de Lleida, de 41 años, José Luis Mumbiela Sierra.



Mons. Miguel Mauri, Nuncio de Su Santidad en Kazajstán, impone las manos sobre la cabeza de D. José Luis, dentro del rito de la ordenación episcopal.


Los católicos que vivimos en estas tierras llevábamos 600 años, desde que llegaron los primeros misioneros, esperando ver una ceremonia tan bonita. Hubo 8 Obispos, 40 sacerdotes, 2 díáconos y 13 seminaristas en el Presbiterio, cada uno realizando su misión. Nunca había visto yo algo tan cuidado y digno, no porque no lo intentáramos antes, sino porque al ser el antiguo Rector del Seminario Mayor en Karaganda pudo traerse a todos los seminaristas.

El consagrante principal fue el Nuncio de Su Santidad en Kazajstán, Mons. Miguel Mauri Buendía, madrileño. Los otros consagrantes: Mons. Peta, Arzobispo de Astaná, y Carlos Escribano, Obispo de Teruel y Albarracín, nacido en Monzón como don José Luis, compañero de seminario, y elevado al episcopado pocos meses atrás. Le acompañaban los 4 obispos del país: el arzobispo y el obispo auxiliar de Astaná, el obispo de Karaganda y el hasta ahora obispo de Almaty, el franciscano Mons. Henry T. Howaniec. También estaban el Delegado Papal de la iglesia greco-cristiana. Entre los 40 sacerdotes que concelebraron estaban Mn. Amadeo Elcoso, rector de la parroquia de San José, de Monzón, pueblo natal del nuevo obispo, un gran sacerdote, que fue quien llevo al Seminario tanto a D. José Luis como a D. Carlos Escribano, y a varios sacerdotes más; Mn. Sergio Martínez, compañero de curso, y Mn. Daniel Turmo, en representación del obispo de Lleida.




Una vista de los 8 obispos que participaron en la ceremonia.


El embajador de España en Kazajstán y otras autoridades locales asistieron a la ceremonia. Hubo representantes de los ortodoxos (el metropolita vino por la tarde a felicitar junto con el metropolita de Slovaquía y Chequía, que estaba estos días en Almaty, y dos Obispos más), también de la iglesia luterana.La representación española estuvo formada por la madre y hermanos de Mons. Mumbiela, amigos de Monzón y Terrassa y los presbíteros antes mencionados.

La ceremonia muy emotiva, exquisitamente preparada, se desarrolló en ruso y latín. Empezó a las 12 del mediodía y fue amenizada por los cantos del coro acompañados al piano y la participación de toda la asamblea. Todo ello contribuyó a hacer de la celebración un acto muy solemne que, durante dos horas y media, siguieron con gran respeto cristianos venidos de diferentes puntos de la diócesis y de otros lugares del país, que llenaron la catedral a rebosar y algunos siguieron la ceremonia desde el sotano por una pantalla. La alegría era desbordante.



Una instantánea de la ceremonia de Consagración episcopal de Mons. Mumbiela.


Muchos de los asistentes no habían presenciado nunca una ordenación episcopal, por lo que estuvieron muy atentos para no perder detalle. Fue muy emotivo el momento de presentar las letras apostólicas del nombramiento de obispo de Mons. Mumbiela, el canto de las letanías, la oración consagratoria, la entrega del anillo, del báculo y la mitra, así como la unción con el crisma, y ​​sobre todo la imposición de las manos por parte de todos los obispos, que los asistentes siguieron en silencio. En la letanía de los santos, entre otros San Josemaría Escrivá de Balaguer y el beato Juan Pablo II (de los dos habló también en sus palabras finales).Al finalizar el acto de ordenación la asamblea estalló en un caluroso aplauso al nuevo obispo, manifestación de su estimación y apoyo en su labor pastoral.

Terminada la celebración Mons. Mumbiela se dirigió a la asamblea y empezó a hablar en kazajo un buen rato, luego en ruso, más adelante en inglés, después en polaco y finalmente en coreano y español, que los asistentes agradecieron con un aplauso. Nos sorprendió porque no sabíamos que fuera tan capaz. Se ve que el Espíritu Santo ya comienza a hablar por su boca. Otro aplauso importante tuvo lugar cuando el nuevo obispo agradeció la labor realizada por el anterior obispo, Mons. Henry, como primer obispo de Almaty. Hubo también grandes aplausos a la madre y a los hermanos del nuevo obispo.


Una vista de la nave central y coro de la Catedral de Almaty.


Más tarde, representantes de diferentes grupos presentaron a Mons. Mumbiela sus parlamentos y obsequios, principalmente ramos de flores, y una guirnalda que las misioneras de la Madre Teresa de Calcuta le pusieron en el cuello.


Unas misioneras de la Madre Teresa de Calcuta ponen al cuello una guirnalda de flores al nuevo obispo de Almaty.

Terminada la ceremonia todas las personas que quisieron pasaron a saludar y felicitar al nuevo obispo.


Obsequios y ramos de flores para el nuevo Pastor.


La diócesis de Almaty tiene una extensión de 711.000 km2. Está formada por la provincia del mismo nombre y tres provincias más, todas ellas en el sureste de Kazajstán, desde el mar de Aral hasta la frontera con China. Tiene una población de 6 millones de habitantes. 17 sacerdotes atienden las 7 parroquias que hay y la población católica diseminada por el territorio, que se calcula en unos 50.000.

El lema del escudo de Mons. Mumbiela "Aperite plene portas Christo!" (Abrid de par en par las puertas a Cristo) le servirá de estímulo en su labor pastoral.

Al día siguiente Mons. Mumbiela celebró, con el grupo de españoles, su primera misa como obispo, donde tuvo un recuerdo especial para la diócesis de Lleida, recordando que él se había formado en su seminario y ordenado sacerdote en nuestra diócesis.

Hay que remarcar la gran acogida que nos han dispensado, llena de atenciones y detalles para que nuestra estancia en Almaty fuera agradable. Y, ciertamente, lo han conseguido plenamente, lo que les agradecemos de verdad y esperamos poder corresponder cuando nos visiten.


Mons. Mumbiela con un grupo de peregrinos llegados desde España.


Me parece que la Iglesia católica en Almaty va a despegar. La verdad es que ya estaba creciendo, pero esto va a ser el boom.

Ayer vino a ver al nuevo Obispo el Embajador de Irlanda. Hoy está en Taraz y mañana irá a Shimkent a donde llegó en 1998 con otro sacerdote de la diócesis de Toledo, a comenzar desde cero la labor apostólica encomendada por el Beato Papa Juan Pablo II, allí celebrará su primera Misa dominical después de la ordenación: ¡cuántos recuerdos! ¡Han sido los elegidos!

En resumen: Deo gratias! Y esperamos una lluvia de vocaciones.


Mn. Daniel Turmo i Conxita López


*El texto publicado es una mezcla de un artículo de la diócesis de Lleida y una carta mía personal recibida desde Almaty.


Pinchando aquí puede ver el vídeo "Testigos de un renacer". Es del año 2001 y D. José Luis Mumbiela aparece en él cuando vivía en Shimkent.



Una vista frontal del interior de la Catedral de Almaty.



Anuncio del nombramiento espiscopal de Mons. Mumbiela

CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 6 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Benedicto XVI ha nombrado nombrado al sacerdote español José Luis Mumbiela Sierra, de 41 años, hasta ahora rector del seminario mayor interdiocesano de Karaganda, como obispo de Almaty, en Kazajistán, según informó la Oficina de Información de la Santa Sede este sábado.

Sustituye a monseñor Henry Theophilus Howaniec, O.F.M., nacido en los Estados Unidos, quien había presentado su renuncia al Papa por razones de edad (ha cumplido los 80 años).

José Luís Mumbiela Sierra nació en Monzón (Huesca) el 27 de mayo de 1969. Estudió teología en la Universidad de Navarra (1987-1992), institución creada por el Opus Dei, donde se licenció en 1994 en Teología. Fue ordenado sacerdote el 25 de junio de 1995 por la diócesis de Lleida y ha sido vicepárroco en Fraga (1995-1998).

En 1997 se doctoró en Teología por la Universidad de Navarra y un año más tarde, en febrero de 1998 fue enviado como sacerdote "fidei donum", a la diócesis de la Santísima Trinidad de Almaty, donde ha ejercido como vicepárroco de Shimkent.

En junio de 2007 fue nombrado rector del Seminario Mayor de Karaganda. Además del español, habla inglés y ruso.

En Kazajistán país de 15 millones y medio de habitantes, la Iglesia católica ha renacido con el fin de la persecución soviética y hoy los católicos constituyen el 1% de la población. Cuentan con cuatro diócesis. El 47% de la población es musulmana, y el 44% ortodoxa, dependiente del Patriarcado de Moscú.




Misioneros católicos con los más pobres de Kazajstán.



Un momento de la ordenación episcopal de Mons.José Luis Mumbiela Новый епископ в Казахстане


Seminario "María Madre de la Iglesia" en Karaganda Семинария «Мария — Матерь церкви» в Караганде

11 mayo 2011

Juan Pablo, testigo de la misericordia*



La gran aportación del pontificado de Juan Pablo II nace de la integración de dos intuiciones que nuestra cultura ha solido contraponer equivocadamente: el humanismo y la apertura a la misericordia de Dios.




A los seis años de su muerte, celebramos la beatificación de Juan Pablo II. Su proceso de beatificación ha sido rápido, ciertamente, pero no ha tenido más privilegio que la dispensa de los cinco años exigidos tras la muerte para el inicio de la causa, tal y como ocurrió en el caso de la Madre Teresa de Calcuta. Benedicto XVI juzgó que el clamor popular en los funerales de Juan Pablo II ("¡Santo Subito!"), había que dirigirlo con prudencia. Su consigna fue: "Trabajad rápido, pero sobre todo... ¡trabajad bien!".




No pretendo hacer una semblanza neutral de la figura de Juan Pablo II, desde el momento en que me considero un hijo espiritual de su prolongado pontificado de más de 26 años. Me limito a subrayar las declaraciones de Slawomir Oder, postulador de la causa de beatificación; un hombre por cuyas manos habrán pasado muchos miles de folios que recopilan los testimonios de quienes le conocieron: "Una de las cosas que más me ha sorprendido es que no me ha sorprendido casi nada. Es decir, Juan Pablo II era transparente. Tal y como lo veíamos, así era. No existió un "Wojtyla mediático" y un 'Wojtyla privado'". Más aún, se conserva documentación de los Servicios Secretos de la Polonia comunista, en la que se advertía de la peligrosidad que la figura de Karol Wojtyla suponía para el régimen, precisamente porque entre las abundantes cualidades que le otorgaban un gran liderazgo, no habían descubierto ningún episodio que lo hiciese vulnerable moralmente. ¡Juan Pablo II fue, antes que nada, alguien transparente y auténtico!"

En mi opinión, la gran aportación del pontificado de Juan Pablo II nace de la integración de dos intuiciones que nuestra cultura ha solido contraponer equivocadamente: el humanismo y la apertura a la misericordia de Dios. Su carisma estaba lleno de frescura, alegría, proximidad, diálogo, cariño, optimismo...; pero sin caer en el error de olvidar la profunda herida que el pecado ha infligido en la naturaleza humana y en las estructuras sociales.

El pontificado de Juan Pablo II afrontó el riesgo de ruptura por los dos extremos: el integrismo lefevrista y la teología de la liberación secularizada. Sus convicciones eran muy claras: La Iglesia no ha de limitarse a proclamar el depósito de la fe, sino que al mismo tiempo tiene que hacer un esfuerzo de diálogo con el mundo. Pero, por otra parte, el verdadero humanismo no debe caer nunca en la ingenuidad de ensalzar la autonomía del hombre, hasta el punto de hacer innecesaria la gracia de Dios. ¡No podemos alcanzar la felicidad ni la salvación sin la gracia de Jesucristo! (cfr. Jn 15, 5).






La fecha elegida para la beatificación de Juan Pablo II es muy ilustrativa: el segundo domingo de Pascua, solemnidad de la Divina Misericordia. Se trata de la fiesta litúrgica instituida por él mismo, y en cuya víspera falleció.

Entender a Juan Pablo II, es adentrarse en su convicción de la necesidad que tiene el ser humano de misericordia. Karol Wojtyla había experimentado los horrores de la Segunda Guerra Mundial y había comprobado los límites a los que puede llegar el pecado del hombre, y también su santidad. Por ello, en los años de la recuperación económica y del progreso fácil, no pudo por menos de levantar su voz contra el olvido de Dios en las sociedades del bienestar, así como contra la riqueza acumulada sobre la pobreza de los más débiles.

Insisto, la palabra clave es MISERICORDIA. Cercano ya el "atardecer" de su vida, Wojtyla no dudó en hacer el siguiente balance: "El mensaje de la Divina Misericordia ha formado la imagen de mi pontificado". El humanismo de Juan Pablo II -que irradia vitalismo- transmite a su vez la convicción de que el hombre moderno sigue siendo "mendigo de misericordia".

El broche de oro en la vida de Juan Pablo II fue el testimonio de su vejez y de su muerte, vividas ante los ojos del mundo. Aquello formó parte de la "escuela" de la misericordia: "...porque cuando soy débil, entonces es cuando soy fuerte" (2 Co 12, 10). Juan Pablo II ganó más almas y más corazones viviendo su debilidad y su decrepitud en pleno abandono en las manos de Dios, que con todos los esfuerzos que realizó en sus años de plenitud.






Cuenta el postulador de la causa de beatificación, que entre la multitud de cartas recibidas en su oficina, le llamó la atención la de un niño que sólo había puesto en la dirección: "Juan Pablo II, Paraíso". Esto quiere decir dos cosas: que el servicio de correos italiano es muy eficaz; y en segundo lugar, que desde la inocencia ya sabíamos que Juan Pablo II continúa siendo nuestro padre y pastor desde el Cielo.

*Monseñor José Ignacio Munilla, Obispo de San Sebastián

01 mayo 2011

Juan Pablo II, el apóstol de la Divina Misericordia








La elección de Benedicto XVI para la fecha de la beatificación de Juan Pablo II, el 1 de mayo, que en este año coincide con el domingo de la Divina Misericordia, no es una casualidad. En varias ocasiones, pero en particular en los funerales de Karol Wojtyla, el cardenal Joseph Ratzinger ha mostrado cómo la herencia más original de ese papa a la Iglesia fue precisamente su contribución a la comprensión del mal provocado por el ser humano a la luz del límite que pone la Divina Misericordia.


(Jesús Colina / Zenit) La elección de Benedicto XVI para la fecha de la beatificación de Juan Pablo II, el 1 de mayo, que en este año coincide con el domingo de la Divina Misericordia, no es una casualidad. En varias ocasiones, pero en particular en los funerales de Karol Wojtyla, el cardenal Joseph Ratzinger ha mostrado cómo la herencia más original de ese papa a la Iglesia fue precisamente su contribución a la comprensión del mal provocado por el ser humano a la luz del límite que pone la Divina Misericordia.

El entonces decano del colegio cardenalicio, ante el cuerpo de Juan Pablo II, explicaba este legado así: "Cristo, sufriendo por todos nosotros, ha conferido un nuevo sentido al sufrimiento; lo ha introducido en una nueva dimensión, en un nuevo orden: el del amor... Es el sufrimiento que quema y consume el mal con la llama del amor, y obtiene también del pecado un multiforme florecimiento de bien" (Cf. Homilía del cardenal Joseph Ratzinger en las exequias de Juan Pablo II).




El misterio del mal ético

Karol Wojtyla sufrió los dos totalitarismos del siglo XX, el comunismo y el nazismo, y se preguntaba cómo fue posible que Dios permitiera dramas tan terribles.

Muchos han utilizado estos males como razones para negar la existencia de Dios, o incluso para afirmar que Dios no es bueno. Juan Pablo II, en cambio, se valió de ellos para reflexionar sobre lo que Dios enseña, al permitir que sucedan tragedias, a causa de la libre cooperación de los hombres. Y encontró la respuesta a la cuestión del mal ético en la perspectiva de la Divina Misericordia, la enseñanza de la religiosa y mística polaca santa Faustina Kowalska (1905-1938).

San Agustín explica que Dios nunca permite el mal: Él no lo causa; lo permite. El mal no es una cosa. Al crear al ser humano con libertad, Dios aceptó la existencia del mal. ¿Hubiera sido mejor que Dios no creara al hombre? ¿Habría sido mejor no crearlo libre? No. Pero, entonces –se preguntaba el joven polaco–, ¿cuál es el límite del mal para que no tenga la última palabra?




Juan Pablo II comprendió que los límites del mal los delimita la Divina Misericordia. Esto no implica que todo el mundo se salve automáticamente por la Divina Misericordia, disculpando así todo pecado, sino que Dios perdonará a todo pecador que acepte ser perdonado. Por eso, el perdón, la superación del mal, pasa por el arrepentimiento.

Y si el perdón constituye el límite al mal (¡cuántas lecciones se podrían sacar de esta verdad para superar los conflictos armados!), la libertad condiciona, en cierto modo, a la Divina Misericordia. Dios, en efecto, arriesgó mucho al crear al hombre libre. Arriesgó que rechace su amor y que sea capaz, negando en realidad la verdad más honda de su libertad, de matar y pisotear a su hermano. Y pagó el precio más terrible, el sacrificio de su único Hijo. Somos el riesgo de Dios. Pero un riesgo que se supera con el poder infinito de la Divina Misericordia.

Su mensaje póstumo

Juan Pablo II había preparado una alocución para el Domingo de la Divina Misericordia, que no pudo pronunciar, pues la víspera fue llamado a la Casa del Padre.

Sin embargo, quiso que ese texto se leyera y publicara como su mensaje póstumo: "A la Humanidad, que a veces parece extraviada y dominada por el poder del mal, del egoísmo y del miedo, el Señor resucitado le ofrece, como don, su amor que perdona, reconcilia y suscita de nuevo la esperanza. Es un amor que convierte los corazones y da la paz. ¡Cuánta necesidad tiene el mundo de comprender y acoger la Misericordia divina!" (Cf. Regina Cæli, 3 de abril de 2005).

Como recuerdo perenne de este mensaje, Juan Pablo II introdujo en el calendario litúrgico la solemnidad de la Divina Misericordia, una semana tras el domingo de Pascua. Por este motivo, el monseñor Guido Marini, maestro de las Celebraciones Litúrgicas Pontificias, ha anunciado que la beatificación de Juan Pablo II comenzará en la plaza de san Pedro del Vaticano con una novedad.






Los centenares de miles de peregrinos se prepararán a la celebración recitando, en diferentes idiomas, la coronilla de la Divina Misericordia, práctica de devoción que promovió sor Faustina. La imagen de la Divina Misericordia, traída de la Iglesia del Espíritu Santo en Sassia, muy cerca del Vaticano estará presente en la parte elevada de plaza, frente a la Basílica hasta el comienzo de la Santa Misa.


Santa Faustina Kowalska Apóstol de la Divina Misericordia- película completa.