14 marzo 2007

Encuentro de Benedicto XVI con Vladimir Putin


CIUDAD DEL VATICANO, martes, 13 marzo 2007.


La primera visita de Vladimir Putin, presidente de la Federación Rusa, a Benedicto XVI ha servido para intensificar las relaciones ente la Santa Sede y ese país.

Asimismo, el encuentro ha servido para promover el buen entendimiento entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, mayoritaria en Rusia, según se desprende de un comunicado emitido por el Vaticano tras el encuentro.

Mientras el Papa y Putin se encontraban cara a cara, se celebró un encuentro del cardenal Tarcisio Bertone, secretario de Estado de Su Santidad, y del arzobispo Dominique Mamberti, secretario para las Relaciones con los Estados, con Sergei Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de la Federación Rusa, y otros miembros de la delegación que acompaña al presidente.




«Los coloquios, que se desarrollaron en un clima muy positivo, han permitido constatar las cordiales relaciones que se dan entre la Santa Sede y la Federación Rusa, así como la voluntad recíproca de desarrollarlos ulteriormente, incluso con iniciativa específicas de carácter cultural», afirma el comunicado.

El 29 de marzo se celebrará un concierto junto al Vaticano compuesto por el obispo Hilarion Alfeyev, obispo de la Iglesia ortodoxa rusa en Viena y Austria y representante del patriarcado de Moscú ante la Unión Europea.

Este lunes, se inauguró en el Consejo Pontificio para la Cultura una exposición de alguno de lo más grandes pintores rusos contemporáneos sobre la «Tierra del Señor».

«En este contexto, se han examinado algunos temas bilaterales de común interés, que afectan también a las relaciones entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa, y se han analizado las cuestiones internacionales de actualidad, en particular las de Oriente Medio», afirma el comunicado.

En los encuentros, además, «se ha prestado atención a los problemas del extremismo y de la intolerancia, que constituyen graves amenazas a la convivencia civil entre las naciones, subrayando la necesidad de preservar la paz y de favorecer una resolución negociada y pacífica de los conflictos».

Al final del encuentro, el presidente Putin ha regalado a Benedicto XVI un icono realizada según la Escuela de Palech, que representa a san Nicolás Taumaturgo (270-350), arzobispo de Mira (Licia), en cuya catedral se custodiaron las reliquias que contenían un crisma con poderes curativos hasta el año 1087, cuando fueron trasladadas a la ciudad de Bari, donde se encuentran todavía hoy.

Desde el primer milenio del cristianismo, los fieles ortodoxos atribuyen capacidades milagrosas a los restos del obispo, que en Occidente ha pasado a ser conocido como Santa Claus.

Católicos rusos esperanzados con primer encuentro entre Putin y Benedicto XVI

El primer encuentro entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el papa Benedicto XVI ha despertado grandes esperanzas entre los católicos rusos, que mantienen desde hace años tensas relaciones con la mayoritaria Iglesia Ortodoxa.

'Albergamos esperanzas de que la reunión sirva para mejorar la situación de los católicos en Rusia', aseguró hoy a Efe Tadeusz Kondrusiewicz, de 61 años, arzobispo de Moscú y líder de los católicos rusos.



En el contexto de un viaje oficial a Italia, Putin se entrevistará mañana con el Papa en el Vaticano, en la que será su tercera visita a la sede de la Iglesia Católica Romana, donde ya estuvo en 2000 y 2003, cuando se entrevistó con Juan Pablo II.

El representante del Vaticano en Moscú, Antonio Mennini, ha confirmado que Putin se ha mostrado dispuesto a conversar con Benedicto XVI en alemán, idioma que el líder ruso domina desde sus tiempos como espía soviético en los años 80 en Alemania Oriental.

El líder de los católicos rusos, que fue destinado por el Vaticano a este país en 1991, poco antes de la desintegración de la URSS, espera que el encuentro sirva, cuando menos, para 'alentar la libertad de conciencia en Rusia', país donde la mayoría de la población profesa la religión ortodoxa.

'Es muy importante que se mantenga la tradición que comenzó el último dirigente soviético, Mijaíl Gorbachov, quien se reunió con el anterior Pontífice, Juan Pablo II, en diciembre de 1989', dijo.

El arzobispo reconoce que aún existen muchos problemas en las relaciones entre el clero católico y la Iglesia Ortodoxa Rusa, pero matiza que éstas han mejorado desde que Benedicto XVI asumió el cargo en abril de 2005 tras la muerte del polaco Karol Wojtila.

'Es evidente que en los últimos dos años tenemos menos dificultades para obtener visados y ejercer nuestra labor en territorio ruso', apuntó.

No obstante, agregó Kondrusiewicz, 'la invitación para que el Papa visite Rusia no está en la agenda del día', aunque no descartó un encuentro entre Benedicto XVI y el Patriarca ortodoxo, Alejo II, en territorio neutral.

En sus dos anteriores viajes, y al contrario de lo que hicieron sus antecesores en el Kremlin, Gorbachov y Borís Yeltsin, Putin no invitó a Juan Pablo II a visitar Moscú, como anhelaba el Papa polaco.



En cuanto a una posible reunión con Benedicto XVI, el Patriarca ruso aseguró recientemente que no se verá con el Papa romano mientras continúe el proselitismo católico en el territorio de Rusia y los otros países de su área de influencia.

Al respecto, Kondrusiewicz calificó de 'sinsentido' acusar al clero católico en Rusia de proselitismo, ya que una de las reglas de oro de la actividad de los sacerdotes y misioneros católicos en Rusia es 'no dirigirse a los fieles de otras religiones'.

En todo caso, las relaciones entre ambas iglesias han mejorado sensiblemente desde la elección como Papa del cardenal Ratzinger, cuyo talante conservador en materia de moral religiosa ha sido alabado por el Patriarca ruso.

'El encuentro entre Putin y Benedicto XVI contribuirá a nuestra causa común: la defensa de los valores morales tradicionales', aseguró hoy el Obispo Hilarión, representante de la Iglesia Ortodoxa Rusa para las Instituciones Europeas.

Hilarión auguró que 'cambios positivos en las relaciones entre ambas iglesias podrían tener lugar durante el actual pontificado', aunque añadió que es 'muy pronto para proponer fechas' para un eventual encuentro entre el Papa romano y el Patriarca ruso.

'Hace diez años, en 1997, se acordó una fecha para un encuentro entre Juan Pablo II y Alejo II, pero la entrevista fue cancelada por falta de acuerdo sobre la Iglesia Uniata de rito oriental (Ucrania). Creo que ni ortodoxos ni católicos quieren repetir la experiencia. Antes tenemos que resolver los problemas', dijo.

Con todo, misioneros católicos como el peruano Oscar Rivas no pierden la esperanza de que el Papa visite Rusia, a donde llegó hace tres años con una maleta llena de ilusiones.

'Esperamos que venga. Las relaciones son difíciles, pero mejoran poco a poco. Si seguimos así, seguro que acabarán por invitarlo', dijo a Efe.

Putin fue uno de los escasos jefes de Estado que no acudió al entierro de Juan Pablo II, considerado uno de los artífices de la caída de la URSS y del comunismo, a las que el Papa polaco contribuyó desde su elección en 1978.

El arzobispo de Moscú cifró en poco más de 600.000 el número de católicos en Rusia, país en el que los ortodoxos son mayoría con varias decenas de millones, mientras los musulmanes rondan los 20 millones.

Los católicos rusos, apenas 600.000, esperan que la visita mejore su situación y puedan ejercer con más libertad su labor en ese país, donde la gran mayoría son cristianos ortodoxos, dependientes del Patriarcado de Moscú.

Aunque las relaciones entre la Iglesia Católica y la Iglesia Ortodoxa Rusa han mejorado con la llegada de Benedicto XVI al Pontificado, no se espera que Putin invite al Papa a viajar a Rusia, ya que los ortodoxos siguen acusando a Roma de hacer proselitismo en territorios que considera zonas de su tradicional influencia.

En las dos anteriores ocasiones que Putin acudió al Vaticano, en 2000 y 2003, tampoco invitó al Papa de entonces, el polaco Juan Pablo II, quien murió sin ver cumplido su deseo de visitar Rusia, debido a la oposición del poderoso patriarca ortodoxo, Alejo II.

Juan Pablo II en su viaje a Ucrania en 2001 condenó duramente el proselitismo, al igual que hizo durante sus visitas a otros países de mayoría ortodoxa como Georgia, Rumanía y Grecia. Sin embargo, las garantías dadas por el papa Wojtyla supieron a poco a Alejo II.

Las relaciones entre el Vaticano y la Iglesia Ortodoxa Rusa sufrieron un importante deterioro en los últimos años del papado de Wojtyla, debido a la decisión de Juan Pablo II de reorganizar la Iglesia Católica en Rusia creando cuatro diócesis.

Los ortodoxos lo vieron como una agresión y en aquellas fechas -2002- las autoridades rusas expulsaron a cinco sacerdotes católicos, incluido un obispo, sin explicación oficial, pero con insinuaciones de posible espionaje. Ante esa situación, la Iglesia Ortodoxa negó estar detrás de las expulsiones.

Tras la muerte de Juan Pablo II y la llegada del Papa teólogo alemán, las relaciones mejoraron, aunque continúan las insinuaciones de proselitismo.

La visita de Putin al Vaticano ha creado también expectativas entre los ortodoxos rusos, que consideran que junto a los católicos pueden defender con más fuerzas temas como la moralidad y valores espirituales.

A diferencia de China, que tampoco pudo ser visitada por el anterior Papa, Rusia sí mantiene relaciones diplomáticas con el Vaticano.




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