01 diciembre 2008



El pincel celestial de Natalia Tsarkova

Entrevista con la artista rusa, pintora oficial del Papa

ROMA, domingo, 7 diciembre 2008 (ZENIT.org).- Rusa de nacimiento lleva casi una vida en Roma. Con tan sólo 5 años comenzó a pintar y a sus 41 años es una de las pintoras más importantes del mundo y no porque posea una barita mágica, todo lo contrario, la mayoría del día sus dedos sostienen un pincel que muchos considerarían de celestial por haberla ayudado a retratar a varios Papas, cardenales, obispos, familias reales, aristocráticos y personajes de la cultura y del espectáculo.





Y es que Natalia Tsarkova, mujer y ortodoxa, ya es conocida por todos como la retratista oficial de los Papas. Algún medio de comunicación ya la ha denominado como la Miguel Angel de siglo XXI. Natalia ha abierto las puertas de su casa en Roma a ZENIT. Un apartamento con vistas al Vaticano y lleno de cuadros que no permiten averiguar el color de las paredes. Ahí, entre lienzo y lienzo, hablando un italiano malo pero muy divertido, nos confiesa con humildad que el futuro no la preocupa y que tiene muy claro el mensaje que quiere que aporten sus cuadros.

¿Qué siente al ser la única pintora que retrata a su santidad el Papa?





Es un gran honor y sobre todo una gran responsabilidad y una gran alegría. Ser apreciada por los Papas para retratarlos, como le pasó a Rafael, a Velázquez a Pedro de Cortona.




Para mí ha sido algo muy importante y además que ha cambiado mi vida. Me siento muy feliz, muy contenta y aún más al ser parte de la historia.

¿Por qué ha decidido retratar Papas y centrarse en el ambiente de Iglesia católica?

Creo que trabajar en la Iglesia, en este mundo espiritual viene de una serie de coincidencias que han sucedido en mi vida y creo que no suceden por que sí, diría que ha sido la divina providencia. He entendido que este es mi lugar y tengo que continuar este camino. Me siento preparada para ello y lo siento en el corazón, porque trabajar haciendo santos por ejemplo, trabajar de esta forma espiritual, me ha dado entender cómo es mi persona, mi espíritu, y entender mi fe, profundizando en ella. He podido aprender muchas cosas de mí misma.

¿Qué quiere conseguir con sus cuadros?

Quiero que un retrato aporte un mensaje de paz y de amor. Así que tiene que ser más que un retrato, una composición que ofrezca un mensaje e intento construir ese mensaje a partir de símbolos, colores o una posición. Como en el retrato del Papa Benedicto XVI, la capa roja como símbolo de la fe y el amor, el Espíritu Santo que ilumina el mundo, hay ángeles que toman vida y está el símbolo del diálogo con este mundo a través del libro, el discurso. Toda esta simbología crea el mensaje. Y yo quiero contribuir con mi pincel, aunque sea de forma pequeña, para conseguir la paz.

En uno de sus últimos cuadros, el retrato del padre Giaccomo, aparece un niño con síndrome de Down. ¿Cómo se inspira para retratar estos personajes?

Para mí es muy importante entender los personajes. Por esto me fui a atender a enfermos, a ayudar a Lourdes y a Loreto para entenderlos mejor. Siempre intento meterme dentro de la atmósfera. Cuando he tenido que representar la virtud de la caridad he ido a Tierra Santa para sentirlo ahí.

Hoy estudiamos a Miguel Ángel, Da Vinci y posiblemente las generaciones futuras estudien a Natalia Tsarkova. ¿Qué le pasa por la mente al pensar en esto?

Pintar estos cuadros es una gran satisfacción y una gran alegría. Pero me siento muy responsable al hacerlo. No pienso en esto, cuando hago un cuadro. Quiero que sea bello y el futuro ya se verá. No pienso que soy grande, sólo que tengo que crear un mensaje con cada cuadro. Quiero ayudar con mis cuadros a conseguir la paz y es un honor que me reciba el Santo Padre, por ejemplo cuando hice su retrato. Es siempre una emoción y una satisfacción.


La pintora rusa, Natalia Tsarkova, conocida como la retratista de los papas, entregó hoy 12 de diciembre en privado a Benedicto XVI el retrato que le ha realizado, tras la audiencia general de los miércoles, informaron fuentes vaticanas.




El cuadro le fue encargado a la pintora en ocasión del 80 cumpleaños del pontífice, celebrado el año pasado, por la asociación Patrons of the Arts in the Vatican Museum, creada para sostener cultural y económicamente las actividades de los museos vaticanos.

En el retrato de 180 centímetros de alto por 120 centímetros de ancho, Benedicto XVI aparece sentado en el trono que perteneció a León XIII con un libro con su escudo papal apoyado en el regazo y con la imagen de la basílica de San Pedro en el fondo.


El Papa Benedicto XVI ha bendecido el cuadro del P. Santiago De Ghazir


CIUDAD DEL VATICANO - El Santo Padre ha bendecido al término de la audiencia general del miércoles 21 de mayo, en el recinto contiguo al Aula Pablo VI, el cuadro del P. Santiago De Ghazir, imagen que será expuesta en la beatificación del capuchino, el próximo 22 de junio en Beirut.



Benedicto XVI ha admirado la obra – de la pintora rusa Natalia Tsarkova – en presencia de sor Marie Makhlouf, superiora general de las Hermanas Franciscanas de la Cruz del Líbano. Muy venerado en el País, Santiago De Ghazir Haddad (en el siglo Khalil) era nativo de Beirut. Sacerdote de la Orden de los HH. Menores Capuchinos – en la que entró a los 18 años –, nació el 1 de febrero de 1875 y murió en su ciudad natal el 26 de junio de 1954.

Siguiendo las huellas de San Francisco de Asís, el futuro beato libanés fue un incansable apóstol de la caridad, plasmada en su solicitud por las necesidades físicas y morales del prójimo. Para dar continuidad a su trabajo, fundó dicha congregación religiosa. Sor Marie Makhlouf ha llevado en el Vaticano, como don, una reliquia del hermano libanés incrustada en una cruz de oro. El Papa no ha podido esconder su aprecio por la pintura presentada y por la capacidad artística que demuestra.

De gran fuerza emotiva, la obra (cm 110 x 170) permite una lectura inmediata de la vida de Santiago De Ghazir. El sacerdote, en el centro, tiene la mirada serena y luminosa; entre sus dedos se entrevé la cruz del rosario gastada por las tantísimas veces como la había acariciado en oración. El cuadro del P. Santiago De Ghazir Haddad parte ahora para Beirut. Se colocará cerca de su tumba, en la iglesia de Santa María del Mar.

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