28 diciembre 2008

Siberia: Histórico paso ecuménico entre católicos y ortodoxos

Un obispo católico entrega a un obispo ortodoxo una reliquia de San Nicolás

KEMEOROVO, lunes 22 de diciembre de 2008 (ZENIT.org).- Entre la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica se dan, también en estos días prenavideños, claros signos de acercamiento. El obispo católico de la diócesis de la Transfiguración del Señor de Novosibirsk, monseñor Joseph Werth, entregó el 19 de diciembre, en el marco de una solemne lituriga ortodoxa, al obispo ruso-ortodoxo de Kemerovo y Novokuznetsk (Siberia), monseñor Aristarco, una reliquia de San Nicolás.



La santa misa, a la que asistió también el nuncio apostólico en la Federación Rusa, arzobispo Antonio Mennini, se celebró en la festividad rusa de San Nicolás en la Catedral de San Nicolás de Kemerovo, que estaba llena a rebosar pese a ser día laboral.

El obispo Aristarco dijo que la entrega de la reliquia era "un signo auténtico del amor y aprecio que se profesan mutuamente la Iglesia ortodoxa rusa y la Iglesia católica".

En repetidas ocasiones, subrayó la alegría con la que los creyentes acogían la reliquia y recalcó que la cristiandad oriental y occidental veneran conjuntamente a numerosos santos.

Por su parte, el obispo Joseph Werth, que llamó al obispo Aristarco "mi hermano en el cargo episcopal", hizo hincapié en que ese día daba ejemplo de cómo podía ser la relación entre las Iglesias católica y ortodoxa.

Dijo literalmente: "Los obispos, sacerdotes y creyentes ortodoxos y católicos se encuentran y rezan al único Señor. Estoy seguro de que, en el futuro, también se establecerán unas relaciones tan calurosas en otras ciudades de Siberia".

Monseñor Mennini, representante papal en Rusia, explicó que el acto de entrega representaba "un gesto de amor fraternal" por parte del Santo Padre Benedicto XVI, pues era por deseo expreso suyo que se entregaba la reliquia al Obispo ortodoxo y a los creyentes de Kemerovo.

También señaló que, para la Iglesia católica, era importante proseguir el diálogo con la Iglesia ortodoxa, así como aprovechar toda oportunidad para profundizar en él.

Los representantes de ambas Iglesias coinciden en calificar el acto de "histórico".

Peter Humeniuk, responsable para los contactos de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada con la Iglesia católica en Rusia y la Iglesia ortodoxa rusa, también presente en el acto de entrega de la reliquia, dijo: "A menudo, sólo se mencionan los mil años de separación entre las Iglesias ortodoxa y católica, olvidando que los cristianos de Oriente y Occidente también comparten un milenio de unión".

Según señaló, actualmente, en nuestra sociedad moderna, los cristianos de todas las confesiones afrontan numerosos desafíos comunes. Humeniuk precisó que San Nicolás, para ambas Iglesias también el patrón de los marineros, podría ser, "en estos tiempos tormentosos, nuestro acompañante y guía".

La asociación Ayuda a la Iglesia Necesitada lleva más de 10 años manteniendo buenos contactos con la joven Eparquía de Kemerovo, y como ha precisado Humeniuk, ya tenía una estrecha relación con el predecesor del obispo Aristarco.

En la Santa Misa participaron, en calidad de invitados de honor, varios sacerdotes y creyentes de Kemerovo.

La ciudad de Kemerovo se encuentra a 3.400 kilómetros al este de Moscú, en la región de Kuzbas.

Católicos y ortodoxos celebraron juntos a San Nicolás

Crónica de una asistente al evento


Novosibirsk (Siberia), 9 Ene. 09 (AICA)

“Las reliquias, ¿me traen las reliquias?…”. Un murmullo se levanta entre los creyentes que, apretujados, llenaron la iglesia catedral de San Nicolás, para venerar las reliquias del Santo que el obispo católico de Novosibirsk, monseñor Joseph Werth, va a entregar al obispo ortodoxo de Kemerovo. El coro entona un himno, las mujeres, con pañuelos en la cabeza, se inclinan y santiguan piadosamente, la gente contiene la respiración: San Nicolás llega a Kemerovo.

Así comienza la crónica, firmada por Eva-María Kolmann, de cómo celebraron juntos, católicos y ortodoxos, la fiesta de San Nicolás de Bari en Siberia.

La Eparquía (diócesis ortodoxa) de Kemerovo -relata la cronista- mantuvo en los 15 años de su existencia buenos contactos con la Iglesia católica. Y así es como, por deseo del Papa Benedicto XVI, el obispo católico responsable de la región llevó la pequeña reliquia ósea procedente de Italia a Kemerovo, donde, a partir de ahora, será venerada por los creyentes en la catedral de San Nicolás.

El obispo Aristarco recibió a la delegación católica a la entrada del templo catedralicio. Abrazó a monseñor Werth y al nuncio apostólico en Rusia, monseñor Antonio Mennini. Todos los invitados católicos –incluidos los feligreses de la parroquia católica de Kemerovo– fueron invitados a ubicarse en la parte delantera: eran invitados de honor. Entre ellos también estaban los representantes, procedentes del lejano Königstein im Taunus de Alemania, de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia Necesitada (AIN), que en Rusia colabora tanto con la Iglesia Católica como con la Iglesia Ortodoxa.

La Iglesia Ortodoxa Rusa celebra la fiesta de San Nicolás el 19 de diciembre (en la Iglesia católica el 6 de diciembre). San Nicolás, llamado en Rusia “el Taumaturgo”, es, después de la Madre de Dios, el Santo más venerado de la Iglesia rusa. La gente lo ama. Este 19 de diciembre de 2008 se hizo realidad un sueño navideño: católicos y ortodoxos celebraron conjuntamente la fiesta de este Santo, que une a ambas Iglesias.

El coro cantó: “San Nicolás, ruega a Cristo, nuestro Dios, por nuestra salvación”. Una joven catequista de la parroquia católica, emocionada, rompió a llorar, y también a monseñor Werth se lo vio visiblemente conmovido.

La noche anterior, un sacerdote ortodoxo, el padre Sergey, había asistido como invitado a la Santa Misa que los creyentes celebraron junto con monseñor Mennini y monseñor Werth. Durante el Padrenuestro, todos se tomaron de la mano. Entre los feligreses había también muchas caras jóvenes. Una parejita juvenil que se casará pronto recibió a los Obispos con pan, sal y flores, y ataviada con un bello traje regional. Los niños adornaron la imagen de la Virgen con ornamentos confeccionados por ellos mismos: oraciones infantiles visibles en la lejana Siberia.

También a los representantes de Ayuda a la Iglesia Necesitada (la cronista es miembro de la entidad), nos obsequiaron, aunque el verdadero regalo fue el amor que percibimos ahí. Afuera hacía un frío gélido (30 grados bajo cero) que corta la respiración. Pero el calor humano hacía que nos olvidáramos de él. Una joven religiosa indonesa, la hermana Marcella, aún no se acostumbró a estos duros inviernos, pero su sonrisa caldea e ilumina el lugar. La gente está feliz de ver a su Obispo. Hace no mucho tiempo, los cristianos vivían oprimidos y perseguidos, y muchos de ellos –tanto católicos como ortodoxos– murieron asesinados. Hoy, los creyentes católicos abrazan a su Obispo y al Nuncio Apostólico, y católicos y ortodoxos profesan públicamente su fe.

Hasta ahora, la parroquia católica celebra la Santa Misa en una vivienda, pero, gracias al apoyo de AIN está construyendo su propia iglesia. Los creyentes esperan que la obra finalice dentro de un año y medio. El obispo ortodoxo Aristarco prometió asistir a la ceremonia de consagración, asegurándoles, además, que “¡Si tienen algún problema, no duden en llamarme por teléfono!”.

Afuera hiela, pero los corazones están llenos de calor. Somos conscientes de haber vivido una experiencia extraordinaria que demuestra cómo puede ser el mundo –y no sólo en esta Navidad– cuando las personas se abrazan como hermanos. A veces, es necesario viajar a Siberia para presenciar cómo los sueños navideños se hacen realidad. Y sobre el bosque invernal se escucha cantar en voz queda a los ángeles de Belén: “Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres de buena voluntad”.





Vida de San Nicolas

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