25 julio 2006

SACERDOTES EN KAZAJSTAN.

Se comienza como se puede

En 1998 fueron para Kazajstán 6 sacerdotes españoles. Era la respuesta a una petición expresa del Papa Juan Pablo II, solicitando sacerdotes dispuestos a dejar su vida en aquellas tierras.

Por diversas circunstancias, al poco tiempo, tres de ellos tuvieron que regresar a España. Uno de estos, D. Alejandro Burgos, es ahora el párroco de la iglesia católica de Tsarskoe Seló en Pushkin-San Petersburgo (Rusia).

En Kazajstán trabajan en la actualidad 4 sacerdotes españoles. Uno de ellos, D. José Luis Mumbiela, escribía una carta a los 3 meses de comenzar su labor apostólica en Shymkent, ciudad de 600.000 habitantes. Las imágenes que pongo son del periodo 1998/mayo de 2006. Copio algunos párrafos de esa carta:

Shymkent, 25 agosto 1998

Muy queridos amigos:

Nos instalamos en Shymkent el 8 de mayo. Desde entonces, han pasado ya poco más de tres meses, tiempo suficiente para descubrir muchos motivos por los que debemos dar gracias a Dios.


Nuestro corazón no deja de ser humano, pequeño; pero Él se encarga de ensancharlo. Ser cooperadores e instrumentos de su Amor a todos los hombres es para nosotros, y para vosotros queridos amigos, un regalo inmenso, la perla preciosa del Evangelio por la que se arriesga todo para conseguirla.



La precariedad propia de los inicios no deja de ser para todos nosotros un estímulo para crecer en generosidad. Hemos registrado ya la parroquia en la administración civil. Podríamos decir que "ya somos alguien"; pero no tenemos un dónde. No tenemos ni Iglesia, ni lugar apropiado para reunir a los fieles, ni un local para realizar actividades, ni casa propia.


Poco a poco vamos descubriendo más posibilidades de poder ayudar a estas gentes ya no sólo a nivel de fe, sino en lo meramente humano. Una tasa del 70% de paro es suficiente motivo para originar un clima de empobrecirniento progresivo. Así, por ejemplo, se va incrementando el número de niños que no van a la escuela porque sus familias no pueden pagar los gastos; y eso mismo, pero en mayor núrnero, se podría decir de los jóvenes que no pueden acceder a los estudios universitarios.


Hace poco vimos por televisión cómo lloraba una madre, representante de un grupo de empleados estatales: entre lo poco que cobran, y que no siempre reciben el sueldo, no podía dar una educación a sus hijos.


Queridos amigos, entre los motivos por los que damos gracias a Dios, es porque sabemos que contamos también con vuestra ayuda. Pero no olvidéis que estas situaciones no se arreglan sólo con dinero. Contamos, sobre todo, con vuestra oración.

Con todo cariño os saludan y os encomiendan.


Los sacerdotes de la Parroquia de Santa Teresa del Niño Jesús
Mn. José Luis Mumbiela Sierra
Mn. Marcelo Miguel Vázquez



Me parece interesante ver cómo ha prendido la fe en tanta gente sencilla. Pongo a continuación este vídeo. Tal vez todos que lo vean, puedan fiarse enteramente de Dios, como lo han hecho los santos y las santas que nos han precedido.

Un regalo de Dios(46:57)


No deje de ver el vídeo: Testigos de un renacer”. Lo tiene aquí

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