03 mayo 2007

FATIMA Y LA CONVERSION DE RUSIA

Pongo en esta entrada algunos aspectos centrales de las apariciones de la Santísima Virgen en Fátima.

Dentro de unos días, el 13 de mayo de 2007, se conmemora el 90 aniversario de las apariciones de la Virgen en Fátima. El próximo 13 de julio de 2007 se cumplirá el 90 aniversario de la primera vez que la Virgen, en Fátima, habló de la conversión de Rusia. También del Milagro del Sol en Fátima, ocurrido el 13 de octubre de 1917.



En aquella ocasión, Lucia de Fátima pidió a Nuestra Señora:

“Quería que nos dijese quién es y que hiciera un milagro para que todos crean que Vd. se nos aparece.”


Nuestra Señora respondió:

“Continuad viniendo todos los meses. En octubre diré quién soy y lo que quiero, y haré un milagro para que todos vean y crean.”






Y el 13 de octubre de 1917, 70.000 personas fueron testigos del gran Milagro del Sol. 70.000 personas vieron el sol danzando en el cielo y enseguida desplomándose en dirección a la tierra. Estos testigos, incluso el padre de Jacinta, Tío Marto, nos informan que estaban aterrados. Dijo él: “El sol... comenzó a moverse y a danzar hasta que pareció que se desprendía del cielo y caía sobre nosotros. Fue un momento espantoso.”

Según los testigos, el milagro duró unos 8 minutos. Y después que el sol “retornó a su posición en el cielo”, el suelo, que antes del milagro estuviera encharcado por haber llovido toda la noche, estaba seco. Del mismo modo, las ropas de aquellos que habían permanecido bajo la lluvia, el día entero, estaban completamente secas.



Dicen los testigos que, durante el Milagro del Sol, podían mirar directamente al sol sin quedarse ciegos ni perjudicar de ninguna forma sus ojos.

En el siglo XX, Nuestra Señora realizó para nosotros uno de los más asombrosos milagros de todos los tiempos — un milagro público predicho 3 meses antes y atestiguado por 70.000 personas. Este milagro llegó a ser publicado hasta en el periódico liberal, anticlerical y masónico O Século. La noticia del periódico del 15 de octubre de 1917 decía:



"Vimos a una inmensa multitud volverse hacia el sol, que estaba en su cenit, sin nubes. Parecía una bandeja de plata y era posible mirarlo fijamente sin ningún inconveniente. No quemaba los ojos. No cegaba. Podríamos decir que se produjo un eclipse. En ese momento surgió un tremendo clamor y se oyó gritar a la multitud que estaba cerca de nosotros: ‘¡Milagro!... ¡Milagro!... ¡Prodigio!... ¡Prodigio!...' Delante de los ojos aturdidos de las personas cuya actitud nos transportó a los tiempos bíblicos, y que, enmudecidas, con la cabeza descubierta, contemplaban el azul del cielo, el sol tembló, hizo unos movimientos extraños y abruptos, contra todas las leyes cósmicas, ‘el sol danzó', según la típica expresión de los campesinos.”



En Fátima, Nuestra Señora nos pidió que:

• recitemos diariamente por lo menos Cinco Decenas del Rosario;
• usemos el Escapulario del Carmen;
• ofrezcamos a Dios nuestros deberes diarios como un acto de sacrificio;
• hagamos los Cinco Primeros Sábados de Reparación a su Inmaculado Corazón;
• Nuestra Señora pidió también que el Papa, en unión con todos los obispos del mundo, consagrase Rusia a su Inmaculado Corazón, prometiendo la conversión de Rusia a través de esos medios, y un período de paz que le será concedido al mundo.

Doctrinas fundamentales afirmadas

Además, en el Mensaje de Fátima, vemos afirmados los dogmas fundamentales de nuestra Fe.

Cuando Nuestra Señora vino a Fátima:

• Ella habló de la doctrina del Cielo,
• Ella habló de la doctrina del Infierno,
• Ella habló de la doctrina del Purgatorio,
• Ella habló de la doctrina de la Sagrada Eucaristía,
• Ella habló de la doctrina del Sacramento de la Penitencia.

Sobre el Cielo

El 13 de mayo de 1917, cuando Lucía le preguntó a Nuestra Señora “¿De dónde es Vd.? ”, Ella contestó: “Yo soy del Cielo”.



Nuestra Señora está en el Cielo, en cuerpo y alma. El Cielo es un lugar, un lugar real, y no solamente un estado de espíritu. Y según el Mensaje, es un lugar que alcanzaremos sólo si vivimos la vida sacramental de la gracia santificadora a través de ser miembros del Cuerpo Místico de Cristo, la Iglesia Católica.

Nuestra Señora nos recordó también la doctrina del Infierno. Que el Infierno existe. Que es un lugar; y que las almas humanas van allí, han ido allí y están allí actualmente.

Aún más impresionante: Nuestra Señora no solamente habló con aquellos niñitos acerca de la realidad del Infierno. El 13 de julio de 1917, Nuestra Señora de Fátima les dio a los tres niños una visión terrorífica del Infierno.

Este es un relato de las propias memorias de Sor Lucia:

“Nuestra Señora abrió las manos como en los meses anteriores. El reflejo pareció penetrar la tierra y vimos como un mar de fuego. Sumergidos en este fuego estaban los demonios y las almas como si fuesen brasas transparentes y negras o bronceadas con forma humana. Llevados por las llamas que de ellos mismos salían, juntamente con horribles nubes de humo, flotaban en aquel fuego y caían para todos los lados igual que las pavesas en los grandes incendios sin peso y sin equilibrio, entre gritos de dolor y desesperación que horrorizaban y hacían estremecer de espanto. (Debió ser ante esta visión cuando dije aquel ‘Ay!', que dicen me oyeron.) Los demonios se distinguían por formas horribles y repugnantes de animales espantosos y desconocidos pero transparentes igual que carbones encendidos. Esta visión duró sólo un momento. Y gracias a que la Santísima Virgen en la primera aparición nos había prevenido con la promesa de llevarnos al cielo, porque si no yo creo que habríamos muerto de susto y pavor.”



Nuestra Señora les dijo entonces:

“Visteis el infierno donde van las almas de los pobres pecadores. Para salvarlos Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón.”

Fue ésta una visión pavorosa dada a los niños. Sor Lucía afirmó muy claramente que “los demonios se distinguían [de las almas de los condenados ]”. En el Infierno hay demonios y en el Infierno hay almas humanas. Esta visión les dio a los niños la gracia y el ánimo de realizar sacrificios heroicos por la salvación de las almas.

Nuestra Señora afirmó también la doctrina sobre el Purgatorio.

El 13 de mayo de 1917, Lucia le preguntó a Nuestra Señora acerca de dos amigas suyas recientemente fallecidas.

Lucia preguntó: “¿María das Neves ya está en el Cielo?” (esta joven había fallecido aproximadamente a los 16 años).

Nuestra Señora respondió: “Sí, ya está.”

Entonces Lucia Le preguntó sobre otra amiga suya que había fallecido de 18 ó 20 años: “¿Y Amelia?”

Nuestra Señora contestó: “Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo.”

Nuestra Señora afirmó la enseñanza sobre el Sacramento de la Confesión. Ella estableció la confesión sacramental como una condición necesaria para que las almas cumpliesen las peticiones para los Cinco Primeros Sábados.

Sobre la Sagrada Eucaristía

Las apariciones de Fátima no solamente afirman la doctrina de la Eucaristía, sino que afirman también el deber del hombre de reverenciar la Sagrada Eucaristía como el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo.

En 1916, un año antes que Nuestra Señora viniese a Fátima, Jacinta, Francisco y Lucía fueron favorecidos con tres apariciones separadas de un ángel — precursor de las visitas de Nuestra Señora. La tercera y última de las apariciones del ángel ocurrió en el otoño de 1916, con el “Angel de la Eucaristía”.

Lucia nos cuenta que era mediodía y los niños estaban postrados, recitando las oraciones de reparación que en la primavera anterior les había enseñado el “Ángel de la Paz”.

Escribe Lucia:

“No sé cuantas veces habíamos repetido esta oración cuando advertimos que sobre nosotros brillaba una luz desconocida. Nos incorporamos para ver lo que pasaba y vimos al ángel teniendo el la mano izquierda un cáliz sobre el cual está suspensa una hostia de la que caen algunas gotas de sangre dentro del cáliz.”
“El ángel deja suspenso el cáliz en el aire, se arrodilla con nosotros y nos hace repetir tres veces:

‘ Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te adoro profundamente, y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesucristo, presente en todos los sagrarios de la tierra, en reparación de los ultrajes, sacrilegios e indiferencias con que El mismo es ofendido. Y por los méritos infinitos de su Santísimo Corazón y del Corazón Inmaculado de María te pido la conversión de los pobres pecadores.'”

Escribe Lucia que el ángel se levantó, tomó otra vez el Cáliz y la Hostia en sus manos, y les dio la Comunión a los tres niños, colocando la Santa Hostia en la lengua de Lucía y repartió la Sangre del Cáliz entre Francisco y Jacinta, diciendo al mismo tiempo:

“Comed y bebed el Cuerpo y Sangre de Jesucristo horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crímenes y consolad a vuestro Dios.”

Después de esto, relata Lucia que el ángel “[se postró] de nuevo en tierra repitió con nosotros otras tres veces la misma oración: ‘ Santísima Trinidad... etc. ' , y desapareció.”

• El ángel estaba arrodillado, postrado con su faz hacia el suelo. Al hacer esto, estaba reconociendo la Soberana Majestad y Divinidad de Jesucristo verdaderamente presente en la Eucaristía. Esto nos recuerda la gran reverencia que le debemos al Santísimo Sacramento.

• El ángel recitó oraciones de reparación por las blasfemias y sacrilegios cometidos contra el Santísimo Sacramento, como si estuviese previendo los innumerables ultrajes que ocurrirían contra el Santísimo Sacramento, especialmente después de 1960.

• El ángel rezó, a través del Inmaculado Corazón de María, por la conversión de los pobres pecadores, especialmente — podemos deducir por el contexto — de aquellos que pecan contra la Sagrada Eucaristía.

Los tres niños de Fátima supieron que el ángel fue enviado para instruirlos, y para que siguiesen su ejemplo.

Escribe Lucia:

“... Llevado[s] por una fuerza sobrenatural que a eso nos movía... nos postrábamos para rezar esa oración...permanecimos en la misma actitud repitiendo siempre las mismas palabras...”

Además, parecía que el ángel era un mensajero celestial de Dios dándonos el ejemplo de la profunda reverencia que le debemos al Santísimo Sacramento.

Sobre los Cinco Primeros Sábados

La Virgen quiso dar énfasis:

• al Rosario,
• a la devoción de su Inmaculado Corazón,
• al Escapulario del Monte Carmelo,
• al Purgatorio,
• a la autoridad del Papado,
• al Sacramento de la Confesión,
• a la Sagrada Eucaristía como el Cuerpo, la Sangre, el Alma y la Divinidad de Jesucristo.



El 13 de junio de 1917, Nuestra Señora mostró a los 3 niños de Fátima su Inmaculado Corazón, “rodeado de espinas que parecían clavarlo”, pidiendo reparación.

Al pedir por los Cinco Primeros Sábados, Nuestra Señora tomó una devoción tradicional, la simplificó y le dio una mayor eficacia.

El 10 de Diciembre de 1925, cuando Sor Lucia a los 18 años era una postulante en Pontevedra, se le aparecieron Nuestra Señora y el Niño Jesús. Dijo Nuestro Señor:

“Ten pena del Corazón de su Santísima Madre que está rodeado con las espinas que los hombres ingratos constantemente le clavan sin haber quien haga un acto de reparación para quitárselas.”

El Niño Jesús está preocupado con estos pecados contra su Madre.



Nuestra Bendita Madre le dijo a Lucia:

“Mira, hija mía, mi Corazón rodeado de espinas que los hombres ingratos en cada momento me clavan con blasfemias e ingratitudes. Tú al menos, haz por consolarme y di que a todos aquellos que durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada comunión, recen el Rosario y me acompañen 15 minutos meditando sus misterios con el fin de desagraviarme, Yo prometo asistirles en la hora de la muerte con todas las gracias necesarias para su salvación.”

Posteriormente, el confesor de Sor Lucía, el Padre Gonçalves, le pidió que hiciese algunas preguntas a Nuestra Señora acerca de los Cinco Primeros Sábados.

Una de las preguntas que él hizo fue: “¿Por qué cinco sábados, y no nueve o siete en honor de los Dolores de Nuestra Señora?”

Durante la revelación de Nuestro Señor en Tuy el 29 de mayo de 1930, Sor Lucia formuló esa pregunta. Fue ésta la respuesta que le dio el Cielo:



“Hija mía, el motivo es sencillo. Cinco son las clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María:

1. Las blasfemias contra la Inmaculada Concepción.
2. Las blasfemias contra su Virginidad Perpetua.
3. Las blasfemias contra la Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como la Madre de los hombres.
4. El tratar de infundir públicamente en el corazón de los niños la indiferencia, el desprecio y hasta el odio para con esta Inmaculada Madre.
5. Los ultrajes dirigidos a Ella en sus sagradas imágenes.”

En Fátima, Nuestra Señora demuestra su continuidad con las revelaciones especiales hechas por el Cielo a la Iglesia en el siglo XIX; ya sea su aparición en Lourdes, en La Salette, ya sean las manifestaciones de Nuestro Señor a Sor María de Saint-Pierre en Francia en la década de 1840. Todos constituyen el mismo mensaje urgente.

Cuando Nuestra Señora apareció en Lourdes en 1858, pidió para “hacer penitencia, hacer reparación”.

Cuando Nuestra Señora apareció en La Salette en 1846, suplicó que se “hiciese penitencia”, que se “hiciese reparación”. Y avisó en La Salette que Francia podría ser castigada principalmente por dos pecados: por los pecados contra la profanación de los domingos (pecados contra el Tercer Mandamiento) y por usar el nombre de Dios en vano (pecados contra el Segundo Mandamiento).





Fátima: experiencia de fe (35:42)



Historia y significación de Fátima (56:39)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El mensaje de fatima deja en claro la advertencia a los pecadores sobre la existencia del infierno y que no hay posibilidad de salir de ahi.Penitencia Penitencia Penitencia pide el angel enviado por la justicia divina,Nuestra Señora pide la conversion de todos los pecadores nuestro padre no quiere que ninguno de sus hijos se pierda.Te amo Jesus

Anónimo dijo...

El mensaje de fatima deja en claro la advertencia a los pecadores sobre la existencia del infierno y que no hay posibilidad de salir de ahi.Penitencia Penitencia Penitencia pide el angel enviado por la justicia divina,Nuestra Señora pide la conversion de todos los pecadores nuestro padre no quiere que ninguno de sus hijos se pierda.Te amo Jesus