Benedicto XVI constató lo mucho que une a católicos y ortodoxos, así como la necesidad de un testimonio común evangelizador, al recibir este viernes a Su Beatitud Anastas, arzobispo de Tirana, Durrës y Albania entera
4 de Diciembre 2009 (Vatican Information Service - VIS) - CIUDAD DEL VATICANO. El Papa Benedicto XVI recibió hoy en Audiencia a Su Beatitud Anastas, Arzobispo de Tirana, Durrës y Albania entera, junto con otros representantes de la Iglesia Ortodoxa Autocéfala de Albania.
"La provincia Ilírica acogió el Evangelio en tiempos de los apóstoles -dijo el Santo Padre en el discurso que les dirigió- y desde entonces el mensaje salvífico de Cristo ha dado frutos en vuestro país hasta nuestros días. Como atestiguan los primeros escritos de vuestra cultura, gracias a la supervivencia de una antigua fórmula bautismal latina y a un himno bizantino sobre la resurrección del Señor, la fe de nuestros predecesores cristianos ha dejado una huella magnífica e indeleble en las primeras líneas de la historia, la literatura y el arte de vuestro pueblo".
"Sin embargo, el testimonio más importante se encuentra siempre en la vida misma", observó el Papa. "Durante la segunda mitad del pasado siglo, los cristianos en Albania, tanto los ortodoxos como los católicos, mantuvieron viva la fe a pesar de un régimen ateo extremadamente represivo y hostil y, como es bien sabido, muchos cristianos pagaron cruelmente su fe con la vida".
"Afortunadamente la caída de ese régimen ha abierto el camino a la reconstrucción de las comunidades católicas y ortodoxas en Albania", prosiguió S.S. Benedicto XVI, elogiando asimismo la actividad misionera del Arzobispo Anastas, sobre todo por lo que atañe a la "reconstrucción de los lugares de culto, la formación del clero y el trabajo catequístico" que se han traducido en un movimiento de renovación definido por el arzobispo como Ngjallja (Resurrección).
"Desde que reconquistó su libertad, la Iglesia Ortodoxa de Albania participa activamente en el diálogo teológico internacional entre católicos y ortodoxos. Vuestro compromiso en este ámbito refleja felizmente las relaciones fraternas entre ambas comunidades en vuestro país -dijo el Pontífice dirigiéndose al Arzobispo- y ofrece inspiración a todo el pueblo albanés, mostrando cómo es posible para los seguidores de Cristo vivir en armonía".
"Por eso, hacemos muy bien en subrayar los elementos de fe que comparten nuestras Iglesias: la profesión común del credo niceno-constantinopolitano, el bautismo común para la remisión de los pecados y para la incorporación en Cristo y en la Iglesia, el legado de los primeros Concilios Ecuménicos, la comunión real, aunque imperfecta que ya compartimos, y el deseo común y los esfuerzos de colaboración para construir sobre los cimientos de lo que ya existe".
El Santo Padre elogió a continuación dos iniciativas en curso en Albania: el establecimiento de la Sociedad Bíblica Interconfesional y la creación del Comité para las Relaciones Interreligiosas, calificándolas como "esfuerzos puntuales para promover la comprensión mutua y la cooperación tangible, no solo entre católicos y ortodoxos, sino también entre cristianos, musulmanes y bektashíes" (seguidores de Haci Bektash Veli (1209-1271), místico musulmán. n.d.r.).
Al final del discurso S.S. Benedicto XVI manifestó su alegría por "la renovación espiritual" del pueblo albanés y aseguró al Arzobispo Anastas que por su parte la Iglesia Católica "hará todo lo posible para ofrecer un testimonio común de hermandad y paz y para perseverar junto a vosotros en el compromiso renovado para la unidad de nuestras Iglesias".
En el territorio nacional albanés los ortodoxos son el 10% de la población, mientras que los católicos son el 10%. El resto de la población es sobre todo musulmana.
Conversaciones sobre la situación actual en los Balcanes occidentales
CIUDAD DEL VATICANO, domingo 13 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI recibió este sábado al primer ministro de la República de Albania, Sali Berisha, quien se reunió después con el Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, acompañado por el Secretario de las Relaciones con los Estados, monseñor Dominique Mamberti.
“Durante las cordiales conversaciones, ha habido un intercambio de puntos de vista sobre varios temas referentes a la actual coyuntura internacional, con particular referencia a la región de los Balcanes occidentales”, señala un comunicado de la Santa Sede.
También se trataron varios aspectos de las relaciones entre la República de Albania y la Santa Sede, “compartiendo la valoración positiva de su desarrollo”.
“Finalmente, se mencionaron los tradicionales valores de la familia, patrimonio común del pueblo albanés”, concluye el comunicado.
Sali Berisha ya había sido recibido en audiencia por Benedicto XVI, hace poco más de cuatro años, cuando viajó a Roma para entregar a Radio Vaticano la Orden Madre Teresa de Calcuta, en reconocimiento por el servicio al país balcánico de la emisora pontificia.
Allí, el cristianismo tiene orígenes antiquísimos. Fue probablemente San Pablo el que anunció el Evangelio, y ya en el año 58 d.C. Durazzo tuvo muy pronto un obispo, san César. En el siglo IV, casi todo el país estaba cristianizado, con 50 sedes episcopales en todo el territorio.
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