01 junio 2006

RUSIA. SACERDOTES. REPÚBLICA DE KOMI.


Abriendo camino en Rusia

José Francisco Teijeiro es un joven sacerdote de la diócesis de Astorga que, tras ejercer su ministerio durante 4 años en Ponferrada, ha marchado a anunciar el Evangelio a Rusia. Pertenece a la Sociedad Sacerdotal de la Santa Cruz, una asociación de sacerdotes intrínsecamente unida al Opus Dei. Ofrecemos una entrevista publicada en 'Día 7', el 5 de diciembre de 2003 en la revista de la diócesis de Astorga.


¿Qué le ha movido a ir de sacerdote a Rusia?
Varias son las razones. Como motivación fundamental ha pesado lo que el Papa llama "la urgencia de una Nueva Evangelización" en esta Europa nuestra, incluyendo también todo el Este europeo. Pensar en esa urgencia y en que el Señor te puede querer ahí fue lo fundamental para decidirme. En cuando al modo concreto, influyó el hecho de que un amigo mío, sacerdote de la diócesis de Valladolid, llevara tiempo pensando en esa posibilidad. Al final, aquí estamos los dos.

¿Cuál es tu labor concreta? ¿Cómo y dónde vives?
Nos acaban de encargar a D. Alejandro, sacerdote de Valladolid, y a mi, dos parroquias que están a veinte kilómetros de san Petersburgo: Pushkin y Kolpino. Las ciudades tienen, respectivamente, unos 125.000 y 200.000 habitantes. Son parroquias que no tienen mucha gente católica: entre las dos no llegan a 100. También nos han encargado la atención de una república rusa, Komi. Está al lado de los Urales, tiene 400.000 km2. En todo ese territorio, no hay más sacerdotes, pero sí cuatro pequeñas comunidades de católicos a los que hay que atender.


¿Cómo reaccionó el obispo [de Astorga] y qué apoyo recibes de la diócesis?
Cuando le planteé el tema a D. Camilo, pude experimentar una comprensión enorme y sobre todo la generosidad del obispo que sabe que no puede mirar únicamente a los problemas de la propia diócesis, sino que ha de sentir como propios todos los problemas y necesidades de la Iglesia. El apoyo fundamental de la diócesis y del obispo está siendo una preocupación continua por cómo estoy y cómo trabajo. A veces, en la situación de Rusia, esto no sólo se agradece, sino que se siente como muy necesario. También me ayuda económicamente, ya que la Iglesia en Rusia cuenta, por ahora, con muy pocos medios para funcionar.


¿Piensas estar mucho tiempo?
Lo que Dios quiera. Se acaba de hacer un acuerdo entre D. Camilo y D. Thadeus, el arzobispo católico de Moscú, por el que la diócesis de Astorga me cede por tres años a la diócesis de Moscú. Pero este tiempo es poco orientativo. Podría ser menos o más. Como dicen los rusos: "Pasmotrim" (Veremos...).

¿Qué tal le va con el idioma ruso?
Es difícil. Es más, todavía no lo hablo bien. Pero estos siete primeros meses han sido de bastante tiempo dedicado al estudio del ruso y se va notando. Ya celebro Misa en ruso, mantengo conversaciones con bastante normalidad, y voy entendiendo cuando me hablan.

¿Añoras mucho tu patria?
No mucho. Lógicamente, uno se acuerda de la gente que ha dejado allí: familia, sacerdotes, feligreses, amigos... Pero si el Señor me quiere aquí, de alguna manera, sigo unido a todos por la Comunión de los santos.



¿Cómo ves la situación actual de Rusia?
Es muy difícil responder, siempre será incompleto lo que diga. Se pasa por un momento de dificultades grandes. Económicamente, la gente lo pasa mal, hay un problema de alcoholismo grande, la realidad de la familia está muy destrozada. Pero, a la vez, está la herencia de un país grande, con muchos recursos, con una historia cultural rica en músicos, escritores, pintores...

¿Qué representa la Iglesia Católica en Rusia?
La Iglesia Católica es una realidad muy pequeña en la gran Rusia. Se calcula que el porcentaje de católicos es de uno por mil (1/1000). Estamos en un momento de reconstruir todo lo perdido.

¿Cómo son las relaciones con los ortodoxos?
En los niveles oficiales, como vemos continuamente por la prensa, realmente las relaciones no son buenas ni fáciles. A la vez, cuando te encuentras con un ortodoxo de a pie puedes ver que estamos muy cerca, que en lo fundamental estamos unidos, que podemos mirar al futuro con esperanza.



¿Cómo se comporta la gente con vosotros?
Rusia no es América Latina u otras zonas, donde los sacerdotes que están trabajando allí te dicen que son recibidos con hambre por la figura del sacerdote y de su trabajo pastoral. Tantos años sin sacerdotes en Rusia y sin poder vivir en casi nada el ser cristianos dejan a la gente sin formación, sin valores humanos y sin grandes entusiasmos al ver un sacerdote. A la vez, el modo de ser de los rusos es, por tradición, el de gente de mucho corazón y capaz de crear grandes relaciones de amistad.

¿Qué diferencia hay entre ser cura en Rusia y serlo en España?
Lo más diferente es lo que proviene de ser en uno minorías y en otro mayorías. En España, el trabajo del sacerdote me parece muy heroico. Cada vez hay menos sacerdotes y con más trabajo. En Rusia, el trabajo es distinto. Probablemente, menos dado al estrés, al activismo, pero con otras dificultades externas, de presiones, de poca gente y de mirar muy al futuro, esperando mucho del Señor. Desde aquí me gustaría pedir a todos que nos sigan apoyando con la fuerza de la oración, que siempre se siente y agradece.



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